➼ Capítulo 01

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La noticia del médico para Akane había sido contundente.

—Esguince de rodilla—revelo el médico.

Sonaba simple, pero podía llegar a ser algo grave. Se había salvado casi milagrosamente porque si hubiese sido más grave, el esguince cortaría sus ligamientos, en cuyo caso hubiera ido a cirugía directa; se trataba de un esguince breve aunque debía pasar unas semanas con la pierna inmovilizada.

No obstante, ese no era el problema. Se trata de un tipo de lesión bastante normal para personas que practican deportes con cambios bruscos de velocidad y dirección.
Debía cuidarse para no volver a tener el mismo tipo de lesión. De hecho, los dos meses que debería pasar en recuperación ya suponían un punto final a su lugar de titular en el equipo. Tendría que esperar al siguiente año, con mucha dedicación y práctica.

Después de aquel partido contra un equipo, fue trasladada al hospital más cercano. Sus amigas aparecieron en el hospital junto con su hermana Ema y los demás, y se quedaron allí esperando hasta que enviarán a la azabache de vuelta a casa.

Durante las primeras semanas de reposo, Ema se había hechos cargo de todo lo necesario para que la azabache no tuviera que mover un músculo de más.
Resultaba increíblemente agradable recibir todas esas atenciones de Ema y el grupo arcoiris. Los regalos de los chicos y las incontables visitas que le hacían a la casa, colocaba una sonrisa enorme en el rostro de la joven todos los días.

Mientras pasaba los días, Akane pasaba el resto de la tarde en el comedor, pues no quería estar todo el día en la habitación, postrada en su cama.
Con la pierna bien reposada sobre una silla para mantenerla en alto, Akane estaba competente echada en el sillón, apoyando la cabeza sobre una almohada mientras veía el partido de los chicos por la TV, en el canal local.

A pesar, de no vivir aquellos partidos en vivo y en directo, sentía que algo había cambiado, ellos no jugaban como antes lo hacían. Habían cambiado completamente su modo de juego.

—¿Cómo está tu rodilla?—le preguntó Kuroko a Akane en ese momento, era su visita diaria, para saber cómo se encontraba la joven, hace dos días le habían quitado lo que le inmovilizaba la pierna, pero aún no podía hacer muchos movimientos.

Kuroko era el único que estaba al tanto de su recuperación, los demás incluyendo a Momoi habían dejado de visitarla y solo venían una vez por semana. Aunque con Satsuki mantenía conversaciones por teléfono.

Akane hizo una breve mueca.— Me encuentro mejor Tetsu. Estoy emocionada, el médico me dijo que ya puedo caminar, aunque no haga mucho esfuerzo. Podré ir a verlos mañana, si mi memoria no falla, Ogiwara estudia en Meikō.

Al día siguiente, Akane asistió al partido final del torneo, con mucho cuidado y acompañada por Ema.

—Gracias Ema, por acompañarme a ver el partido—agradecia tener una hermana cómo Ema.

—Es bueno salir y tomar un poco de aire—sonrio la mayor, la emoción de su hermana por el baloncesto también la contagiaba.

A pesar de que su escuela tuviera de equipo a la Generación de los Milagros en un partido de básquetbol, y era más que obvio la victoria.
Akane movió su pie inquietantemente y aún se ponía nerviosa en la antesala de los asientos. Ema y ella ya se encontraban sentadas en los asientos del gimnasio, esperando ansiosa el encuentro. Vio como el equipo se acercaba a la cancha, divisó a Kuroko con su uniforme.
Segundos después llegó el equipo de Meikō y Ogiwara le dedicó una brillante sonrisa cuando la divisó entre la multitud para luego acercarse a su equipo para entrablar conversación.

𝐂𝐨𝐧𝐟𝐥𝐢𝐜𝐭𝐨 𝐩𝐨𝐫 𝐥𝐚 𝐁𝐚𝐬𝐪𝐮𝐞𝐭𝐛𝐨𝐥𝐢𝐬𝐭𝐚 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora