Channie-ah!

¿Jongdae?

Chanyeol caminó con Jongdae sin rumbo, el menor tarareaba una canción que Chanyeol jamás había escuchado aun así el sonido se le hacia muy agradable. Ambos caminaban por las hierbas de los campos de los pueblerinos, estaban muy lejos de casa.

Las manzanas se acabaron y sus estómagos reclamaban comida. Chanyeol solo decía:

—Ya encontraremos algo.

Jongdae con un puchero se resignó a pasar hambre por el resto del camino.

—No pongas ese puchero, me harás sentir mal. Si tan solo tuviera algo de dinero te compraría toda la comida que quisieras. Kyungsoo ya me habría regañado por hacerte pasar hambre, el es...perfecto. Te habría agradado y le agradarás ya que lo iremos a ver, comeremos como nunca en su casa.

Chanyeol siguió caminando sin voltear. Después de dos minutos su sexto sentido se activo ya que no escuchaba a Jongdae.

—¿Jongdae?

Chanyeol volteo hacia todos lados pero no vio a su curioso compañero de viaje.

—¡¿Jongdae?!

Su cerebro comenzó a dar vueltas, había perdido a alguien que no era capaz de sobrevivir solo en un mundo tan cruel como en el que vivían. Chanyeol comenzó a entrar en pánico.

—¡Jongdae!

Corrió hacia cualquier dirección buscando algo, entre los arboles, las hierbas, incluso en las pequeñas casas de los agricultores.

—¡Jongdae!

Estaba a punto de desmayarse si no fuera porque vio una cabellera marrón cerca de un pozo.

—¡Jongdae!

El menor levanto la cabeza con una gran sonrisa señalando el pozo.

—Idiota, me asustaste.

Chanyeol se acercó hacia el muchacho con algo de temor y alivio.

—No te acerques mucho o caerás.

Jongdae asintió sin mirarlo, Chanyeol se sentó a su lado a mirar el pozo.

—¿Crees que hago lo correcto? Es decir, buscar a Kyungsoo.

Jongdae lo miro sin decir nada.

¿Que podía decir? Realmente no lo sabia porque nunca a sentido la necesidad de buscar a alguien.

Sin decir más, Chanyeol siguió mirando el pozo.

—¿Channie-ah?

Chanyeol volteo a mirar a Jongdae.

El castaño tomó su mano derecha y la acercó a la altura de su corazón, luego con su mano izquierda tapó la mano de Chanyeol sobre su pecho, Jongdae sin mirarlo a los ojos volvió a poner la mano de Chanyeol ahora a la altura del corazón del alto. Chanyeol entendió.

—Lo quiero mucho. Creo que tienes razón,  debo luchar.

Jongdae se sintió feliz por Chanyeol solo por ver la sonrisa de este.