El día que me dejaste (suena menos doloroso decirlo así, que decir que me mandaste a la mierda) bloqueaste mi número, no sé porqué, soy muy orgulloso como para rogarte que te quedes, tú sabías que no lo haría, no entiendo porqué lo hiciste pero supongo que cada uno se lo toma como quiere ¿no? En fin, me sentí tan solo, tan estúpido por no decirte todo lo que quería cuando me dejaste, que comencé a enviarte mensajes, obviamente jamás lo leerías, ni siquiera los recibirías y yo lo sabía, pero sentí una emoción y un consuelo bastante tonto que me permitió sobrevivir el tiempo suficiente hasta que pude superarte.
