La vida de un satanico

VII. ¿Quién es ese?

―¿Cuál es la misión exactamente?―Pregunta Lukas a Luccian mientras recogía las cosas de Alex.

―Debemos tomar este punto y declararlo territorio dedicado a Satanás, pero debemos apagar las creencias de todos en la iglesia primero. Desde la cabeza hasta el más pequeño deben ser cautivos―Responde Luccian.

―¿A qué te refieres con cautivos?¿Por qué no podemos hacerlo de una vez? De lo que entiendo, nos tomará tiempo hacer eso―Le dice al demonio sin entender cuál era la situación real ni lo peligrosa que era esa misión para ambos hermanos.

―Estamos tratando con un enemigo poderoso, no podemos ir de frente―

Mientras Luccian le explica a Lukas que ya están en lo que se llama Ligas Mayores, Alex se despide del único familiar que les queda sin saberlo.

―Yo me quedo aquí, mi hermano me vendrá a buscar en una hora― Le dice Alex al llegar a la iglesia.

―Está bien, espero estés bien―Le responde Luis, luego de insistir en vano para quedarse a acompañar al infante hasta que llegue algún acudiente.

―¿Jugamos a la ouija?―Le susurra al oído, una niña a Alex luego de esperar pacientemente que el adulto se retirara.

―¿Quién eres?―Pregunta al tomar su mano.

―Soy Zoe, nos co...―Antes de poder completar la frase, Alex lanza una enorme carcajada.

―¿Zoe? Ese nombre no te cae― Le dice al aplacar la risa.

―¿Por qué?―Pregunta la niña, intrigada por la afirmación.

―Porque Zoe significa vida pero en ti sólo hay oscuridad y muerte―Le dice Alex.

―¿Ya me recuerdas?―Le pregunta emocionada.

―Si, eres la única a la que le he perdonado la vida―Responde Alex sin mostrar expresión alguna.

―¿Puedo saber tu nombre?―Pregunta la niña ya entrando en confianza.

―Alex, ese es mi nombre. ¿Tu vienes a esta iglesia?―Consulta el infante.

A partir de esta pregunta, se dio una conversación fluida de horas. Tiempo suficiente para que Lukas se empezara a preocupar.

―¿Dónde está Alex?― Pregunta Lukas a Luccian.

―En la iglesia, lo voy a buscar― Le responde.

―No, yo lo buscaré― Le dice mientras se encamina en dirección al sitio indicado por el demonio.

"Un día absurdamente caluroso" piensa Lukas al ver que aunque eran las 6 de la tarde no bajaba la intensidad. Para llegar más rápido, decide tomar un camino entrando al bosque.

Con los poderes que tiene, Lukas se siente confiado ya que a su corta edad posee herramientas para defenderse.

A pocos metros de la salida del bosque, se encuentra con dos personas. Una de ellas era una anciana que leía un libro viejo en voz alta.

Quiso ser sigiloso y pasar desapercibido, pero al intentar rodearla pisa una rama húmeda y se cae, la señora le escucha y le pide se acerque a ella.

No entiende por qué pero algo en su interior le indica que atienda a la petición de la anciana.

―¿Te sabes la historia de Saulo de Tarso?―Le pregunta aquella señora con una dulce sonrisa.

―¿Quién es ese?―Le pregunta Lukas.

La señora le empieza a contar sobre quién es y cómo se convirtió a Jesús pero Lukas no sabía quién rayos era ese tal Jesús asique, intrigado, espera a que la señora termine su historia sobre Pablo y decide preguntar.

―¿Quién es ese Jesús que se le apareció?―pregunta mirando fijamente a la señora. La anciana se llena de asombro, nunca había enseñado a alguien que no supiera por lo menos algo tan básico como quién era Jesús.

― Jesús es...―empieza a hablar, pero de pronto escucha un trueno resonar fuerte, era Luccian que decía "es el enemigo".

Al escuchar eso, Lukas levanta la mira y ve al joven con quien estaba la señora. Al mismo le salieron alas y observó con asombro cómo un torbellino de viento en sus manos se convertía en una enorme espada resplandeciente.

Acto seguido, a lo lejos ve algo que nunca había visto antes y que desconocía, a Luccian le salen unas alas enormes también pero negras y se da un enfrentamiento fiero entre ambas creaturas.

―¿Qué ves tan asombrado?― pregunta la anciana al ver que ya no era objeto de la atención de Lukas.

―¿No lo ves? Es la mejor batalla que he podido ver, el ser alado que la acompaña está peleando con Luccian. Es simplemente inexplicable...¿No lo ves?― Pregunta Lukas con mayor asombro al percatarse que la señora no podía.