Capitulo 1

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-ya voy mamá, un segundo- dije tomando mi nuevo libro de edgar allan poe, era una edición especial que contenía mi poema favorito “el cuervo” subí al auto de mi madre en el asiento del copiloto, mi madre se puso en marcha. Mi madre es una ginecóloga excelente, una señora muy tierna, una muy buena amiga y para terminar una excelente madre soltera, mi padre la abandono hace como mil años, pero la verdad mi madre ah sido tan buena madre con mi hermano y conmigo que ni nos ah hecho falta una figura paterna, el problema con mi madre es que es muy religiosa y tiene una hija que es atea.

- ¡para ahora! ¡sabes que no me gusta que juegues esos videojuegos llenos de violencia!- grito mi madre observando a mi hermano por el retrovisor, mi hermano volteo los ojos y guardo su psp donde se la vive jugando Assassin’s Creed, la verdad apoyaba a mi hermano, porque mi madre creería que mario bros es violento, mi hermano se llama Carlos, tiene 12 años y es un gamer en potencia, esta en esa edad donde solo te concentras en ti mismo, donde se te alborotan las hormonas, donde estas confundido y buscas tu identidad, al igual que yo, solo que el esta iniciándose y el cambio para él será duro, es un chico muy guapo, lo cual me gusta, porque no sufrirá de amor.

El camino fue en silencio, era un día lluvioso y yo hacia caritas felices en la ventanilla del auto, mi madre hablaba por teléfono y mi hermano seguía jugando videojuegos, en fin, en pocos minutos llegamos a mi instituto, un enorme edificio blanco con suficientes aulas y campos de entrenamiento, baje del auto y como arte de magia mi amiga Sonia ya estaba a mi lado, con sus habituales pantalones pegadísimos y una blusa de manga larga, y por supuesto su patineta roja que traía a todos lados.

-hola- saludo saltándome encima, yo sonreí y la abrace

-hola- dije emocionada, hace como ocho horas que no la veía.

-no me digas que es ¡otro libro!- dijo enojada, yo asentí orgullosa

-debes de dejar de leer tanto- dijo molesta por no ponerle atención mientras leo

-es ella, por favor- dijo Ángel recargándose en mis hombros, Ángel era el chico que siempre iba a dirección por estafar a estudiantes al venderles cosas que no era permitidas en la escuela, vendía desde un labial o cigarros, hasta justificantes médicos falsos, era un chico bastante entusiasta.

-muy cierto, nunca cambiara, será nuestra amiga lectora a claro, adicta al cigarro y miles de porquerías mas- dijo Ángel

-¿Qué no tu también las tomas?- dije molesta

-da igual- dijo Sonia, entonces empujando a Ángel y se dirigió completamente hacia mi- ¿ya viste, ese es Alex?-yo mire a un chico de gafas, con cabello negro y ojos miel, era bastante serio y su expresión era horriblemente fría, era el mejor de la escuela, y aunque no era del todo atractivo, para mi lo era, desde que lo conocí hace un año, supe que era el chico de mis sueños.

-¿Qué hace aquí?- pregunte exaltada- ¿Qué no se supone que se iba a ir en este año?- Sonia  sonrió y dijo

-pues parece que regreso y esta es tu oportunidad- yo la mire con los ojos de plato

-ya lo eh intentado ¿recuerdas?- dije recordando yo misma todos mis fracasos del año pasado, me caí enfrente de el, me caí en su maqueta, vomite en sus zapatos en una borrachera, me trabe al hablar cuando me pidió un lápiz, tire su charola de comer, prácticamente cuando lo veía me ponía nerviosa y quería huir.

Todos partieron en risa- si- dijo Ángel- ¿recuerdas cuando le vomitaste encima?-todos rieron aun mas fuerte

-¡ya déjenme idiotas!- amenace

-¿Qué hacen? ¿oye Ale ya viste a Alex?-pregunto Rubén al llegar, Rubén era el típico chicos que se acostaba con todas, todos rieron a carcajadas

¡Todo un cliché!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora