Capitulo 12

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Mi vida esta del asco, no tengo amiga, no tengo amigos, no tengo novio, y mi enemiga fue mucho más lista que yo en todos los sentidos, caí muy fácil en su trampa y no solo yo, sino Sonia y Alex también van para allá, directo a sus brazos, siempre he dicho que las cosas van para mejor, que ni toda la obscuridad del mundo puede apagar la luz de la más pequeña vela, pero esta vez lo dudo, a no tengo más esperanzas. Rubén y Ángel, ya no me hablan, ahora tienen otras amistades populares, no los culpo, no he estado con ellos estas semanas, pero bueno n me ayudan mucho en mi situación. Y Fernando, bueno a Fernando ni siquiera lo puedo mirar, sé que no es su culpa, no es culpa de nadie estar enamorado, pregúntenme a mí, pero en mi situación con Sonia es mejor mantener distancia.

En fin Salí de mi casa con un beso en mi frente de mi madre, mi hermano me acompaño un par de calles en silencio, sabia mi situación, todo el mundo lo sabía, era la comidilla de la escuela, me sentía muy sola, me preguntaba mil veces, ¿Qué puedo hacer? No quiero perder a Sonia, imaginar un mundo sin mi amiga me llena los ojos de lágrimas.

Llegue a la escuela y estudie sin compañía de un solo ser viviente, en clase de algebra Alex se sentó junto a mi, quien tampoco me dirigía la palabra y últimamente se comportaba más raro que nunca, me evitaba en todas las clases, ¿Por qué se había sentado a mi lado? Yo lo mire como un enigma, hace tanto que no lo miraba, el sintió mi acoso y me devolvió la mirada, la sostuvo dos segundos y volteo completamente la cara, esta chico me tiene harta ¡¿Por qué se sienta a mi lado y luego me ignora?!, yo voltee mi vista al otro lado indignada, pensando en mi gran amiga Sonia, me sentía sola, tenia las lágrimas en la garganta, al final nuestros ojos se volvieron a encontrar.

-¿te sientes bien?- pregunto el al mirarme con mas atención

-¿Por qué no lo estaría?- dije sonriendo falsamente, lo menos que necesitaba era compasión, él la amaba a ella, no a mí.

-porque estas llorando- dijo, yo me toque la mejilla, estaba húmeda.

-Luego hablamos, tengo que irme- dije poniéndome de pie apenada, no quería que él me viera así de frágil, abrí la puerta y eche a correr por los pasillos secándome las lágrimas con las mangas de mi chamarra, al final termine en cayéndome en las escaleras principales y llorando en un rincón, y para colmo estaba cayendo un diluvio afuera.

-Sabes, no sé cómo se te acurre correr con esos tobillos tan frágiles bajo la lluvia- yo volví la mirada a la puerta, era Alex, quien sin importar mojarse se sentó a mi lado, él se quedó abrazándome en silencio, sin decir nada, después de un rato me dijo- ¿te llevo a tu casa en la tarde?-

-¿pero que hoy no es el ensayo de romeo y Julieta? mañana va a ver presentación- dije sorprendida

-¡Voy todos los días!, diré que estoy enfermo ¿Qué no es lo que tú siempre haces?-Yo me reí

-Tu nunca haces algo malo- el me miro indignado y dijo

-¿no me crees capaz de hacer algo malo?- pregunto

-No, ¡obviamente no!- dije entre risas

-¡yo he hecho muchas cosas malas!- afirmo

-¿no me digas? ¿Cómo cuáles?- pregunte, él se quedó callado y ambos reímos, yo lo tome de la mano y me pare, el me siguió y ambos empezamos a correr, de la nada, simplemente dejamos nuestros cuerpos correr, reírse y liberarse de los problemas, corrimos tanto que salimos de la escuela y seguimos corriendo hasta que dejamos atrás la lluvia y quedamos absolutamente secos, terminamos exhaustos en una heladería.

-¡no lo puedo creer! Nunca me había escapado de la escuela, ¡se siente genial!- dijo el emocionado, yo no pude reprimir una risa de burla -¿quieres un helado?- pregunto, yo asentí

Salimos de la heladería, el con un helado de limón y yo con uno de chocolate, caminamos por las calles, hablando de absolutamente todo y a la vez de nada, llegamos a un parque y nos sentamos a terminar nuestro helado.

-¿Qué se supone que se debe de hacer en esto de escaparse?- pregunto Alex

-Improvisar, las cosas divertidas surgen de la nada-dije sonriendo, el me miro y yo lo mire, nos miramos con mucha intensidad durante mucho tiempo, yo me acerque a sus labios y él no me rechazo y se acercó a mí, podía escuchar su respiración, sentirla en mi piel, podía saber que no era la única que anhelaba un beso, y justo cuando nuestros labios iban a rozarse, su helado cayo en mi mano.

-perdón- dijo nervioso intentando limpiarme.

-Nada de perdón- dije de broma- creo que te falto algo aquí- y le embarre de mi helado en la cara, el tomo su helado y me imito, embarrándome la nariz con helado. Ambos reímos y seguimos jugando, yo me levante y eche a correr por el parque, él de igual manera salió tras de mi con helado en la mano, hacia tanto que no reía como esa vez.

-Ya basta- dijo el cuando llegamos al centro del parque, donde los niños corrían por la fuente interactiva, mojándose entre ellos, yo me pare y ambos reímos- estas muy manchada- dijo viendo mi cara- un segundo, se cómo quitarte la mancha- exclamo cargándome por las piernas y haciéndome meter en la fuente, yo lo patalee divertida, hasta que al final ambos términos siendo expulsados del parque.

-¿nunca te habían echado de un lugar?- pregunte al ver su expresión

-para nada- dijo el, yo lo mire, mojado se veía más lindo que nunca, su cabello caía sobre su rostro y sus ojos brillaban aún más que nunca- tampoco me había mojado dos veces en un día- yo reí y dije

-soy mala influencia-él también me sonrió

-Todo se va a arreglar con Sonia, ya verás- Yo sonreí desanimada y dije

-vayamos a mi casa, te invito a comer- el me siguió sin decir nada

Al llegar a mi casa mi madre casi se escandaliza al ver a un chico que no sea Rubén y Ángel conmigo, lo invito a sentar y casi lo hace morir de tantas preguntas que le hizo, mi hermano también se sorprendió con verlo, lo saludo porque ya se conocían, luego me dedico una mirada y una sonrisa cómplice, ayude a mi madre a poner la mesa y me dijo

-Lo quiero para nuero-

-¡mamá!- dije yo sonrojada, mi madre sonrió y dijo

-es un muchacho encantador, no me extraña que te guste- ¿alguna vez les ha pasado? ¿Qué tus lindos padres te pongan en vergüenza? A mí me paso ese día

Pusimos la mesa y comimos pollo teriyaki, a Alex le encanto el pollo, y pidió más,  yo no podía dejar de verlo y ponerme roja por recordar nuestra escena del casi beso que nos dimos. El por su parte también se ponía rojo cuando mi madre hacia una insinuación de una relación amorosa sobre nosotros. Al final del día terminamos viendo mis fotos de bebe en la bañera o mis fotos de infancia disfrazada de un conejito, idea de mi madre, ¡y no solo eso! Le regalo una foto mía, que pena, ¡quiero morir de vergüenza!

¡Todo un cliché!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora