Melodía

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-Arigatou! Yo cerraré!

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-Arigatou! Yo cerraré!

La luz tenue del último farol encendido alumbraba con luz cálida la habitación. La mesa de trabajo, la computadora apagada y el piano abierto mantenían en calma el pequeño lugar. Al estar completamente insonorizada, toda la habitación recibía el aspecto de ser un pequeño mueble de juguete.

Sentada en el banquillo del piano, mirando el micrófono encima de este, con un pequeño suéter, pantalones cortos y un chuyo en la cabeza, la joven permanecía en silencio. 

-A puertas de algo tan importante, esa hermosa sonrisa lucirá radiante... Kusuda.

-Es el momento más feliz de la vida, verdad Nanjo?

La joven sentada en el piano sonreía mientras recordaba las notas de la canción que había escrito recientemente. 

Con las partituras a un lado, un ramo de flores purpura reposaba sobre la mesa. Decorado con pequeños lirios blancos el ramo mantenía aún el aroma de recién cortado.

Suavemente las primeras notas empezaron a sonar, la delicada melodía iba llenando poco a poco la habitación.

Todos los asistentes ya se habían ido, después de todo era domingo. Momentos antes había partido el productor, quien le había aconsejado que no se quedara mucho, "salir a algún lugar bonito será mejor".

Las pequeñas paredes de madera revotaban los sonidos del piano y suavemente regresaban a sus oídos.

-Me siento muy contenta por esto, al fin estamos consiguiendo todo lo que soñamos, aunque no de la forma en que podríamos haber pensado, Kusuda.

-Siempre supimos que llegaríamos a esto, verdad Nanjo?

Tocando delicadamente las teclas del piano, la joven continuó sonriendo y las notas de música nuevamente llenaban la habitación.

-Nuestros padres están muy contentos del rumbo que hemos llevado, mamá incluso viene seguido a visitarme y me dice lo orgullosa que está de mi. A pesar de todo, estamos haciendo las cosas bien, Kusuda.

"¿Esto es lo más feliz que podríamos haber sido, verdad Nanjo?" Kusuda preguntó al mirar en el  estanque mientras sonaba en el templo la música que daba inicio a la ceremonia de su boda.

Las lagrimas cayeron por su rostro.

Ne, Nanjo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora