II.

93 9 0
                                    

El frío me había hecho volver de la realidad. Aquel frío helador, recorría mi espina dorsal. Quizás, no solo era frío; también era miedo. Terror de perderme, de olvidar mi identidad. Suspiré, y olvidé lo que mi mente había pensado segundos antes. Mediante mi mirada color café, analicé lo que parecía una habitación de hotel. ¿En qué momento llegue aquí? pensé confundida. Un maletín negro captó mi atención; estaba pidiéndome a gritos que lo inspeccionara. Y así fue. Para mi grata sorpresa, dicho maletín no tenia combinación numérica, pero en su interior se encontraba una gran cantidad de dinero y un misterioso sobre. 

"Supongo que ahora mismo te estarás preguntando dónde estás y por qué hay un maletín sospechoso al lado tuyo. Obviamente, si vas a trabajar para mí, no será gratis, ¿no? Soy un hombre de palabra, o eso suelen decir. Sin más preámbulos, aquí dejo tú primera misión, espero que cumplas con lo prometido; mi confianza no se la regalo a cualquiera.

Av/Ciudad de Cali, Casona Mendez, Nº532.

Para ponerte en situación; la "Casona Mendez" es el hogar de uno de los empresarios más famosos de Bogotá, y es el que mantiene el funcionamiento de las cámaras del gobierno. Entre ellas, cómo ya te he dicho, se encuentran todas las pruebas que pueden acabar con mi vida cómo narcotraficante. Mediante esta dirección, tu deber es vigilar esa zona. Deberás anotar cada movimiento y notificarme de cualquier acontecimiento extraño que veas, ya que me será de gran ayuda para acabar con él, y conseguir la mágica llave de la cámara.

Hasta aquí, eso es todo. Si tienes alguna duda, o si estás en peligro, utiliza uno de los teléfonos móviles que te he dejado en el maletín.

Un saludo,

Escobar."

Y con su carta en la mano, el cansacio pudo conmigo, y caí en un profundo sueño. 

A la mañana siguiente, me preparé y cogí un taxi para dirigirme a dicha avenida. 

Comencé a caminar, y a caminar, hasta que encontré lo que andaba buscando; la famosa Casona Mendez, adornada con colores vivos y figuras de ángeles.  Eché un vistazo cuidadosamente a la zona, ya que habían cámaras a cada lado. Me refugié detrás de unos robustos y altos árboles para que nadie me pillase, y saqué una serie de fotos. 

Y ahí me mantuve, hasta que el sol se ocultó. Todo andaba con normalidad, hasta que un gran coche negro acaparó el lugar. De el, salieron dos hombres cubiertos de toneladas de cadenas de oro y tatuajes. Me quedé sorprendida, ya que sus rostros me eran bastante familiares. Lo peor de todo, es que estos se dirigieron a la Casona Mendez, y se adentraron en ella. No cabía en mi asombro. Ellos eran los dos hombres que me habían "secuestrado" para llegar a manos de Pablo. Pero, había algo que no encajaba en este momento. ¿Cómo iban a ir ellos, fieles de Escobar, a casa del famoso empresario que quiere acabar con su vida? Por mucho que lo pensaba, no lo lograba entender. 

Para mi seguridad, decidí volver al hotel. Abrí la puerta, y me bloqueé. No sabia que hacer. Él, estaba. Ahí. Dando vueltas a la habitación, de lado a lado, pensativo y nervioso. Cuando entré, se acercó a mí, preocupado.

-¡Joder! ¿Dónde te habías metido? Estaba temiendo de que habías acabado en malas manos.-dijo, con su voz grave y áspera.

-Lo siento, jefe. Me quedé esperando para ver si ocurría algo; y pasó. Ví con mis propios ojos a dos de tus hombres entrando en la Casona Mendez.

-¿CÓMO PUEDE SER ESO POSIBLE? No pudieron ser ellos. ELLOS NO PUEDEN PISAR ESE LUGAR. ESTÁ PROHIBIDO. ÉL Y EL GOBIERNO PUEDEN DESCUBRIR DÓNDE ESTOY. PUEDEN DESCUBRIR CADA JODIDO PASO QUE DOY. Y todo por culpa de esos mamahuevos. A partir de ahora, se inicia la guerra. Y tú, pequeña, vendrás conmigo. Intentaré no dejarte sola; no quiero que vayan a por ti también. Pero, estos dos me han defraudado. Nadie juega con Pablo Emilio Escobar Gaviria.-dijo, quedándose sin voz tras su último grito.

-Pero..no hace falta que se quede conmig...-me interrumpió en seco.- Aquí se hace lo que digo yo. Y si digo que vendrás conmigo, lo harás. Ahora, coge tus cosas. Te llevaré a cenar.-dijo saliendo rápidamente de la habitación.


Seré una ilusa, tonta, y perdida joven..pero creo que me he enamorado de un narcotraficante.


Aires de Colombia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora