Katsuki Coffee Shop

🌸Quatre🌸

"Oh, mira, creo que era él"

Justamente en el momento que Chris pronunció esas palabras, el cuerpo del ruso tembló ligeramente, y juro, que podía sentir perfectamente el pulso acelerado de su corazón.

¿Por qué estaba reaccionando así?

No tenía sentido, pero ahí estaba él, en un club, lleno de dudas y con los latidos a mil por hora, esperando que de verdad, Yuuri no tuviese problemas.

— Oye Chris, creo que olvide algo, regreso más tarde, ¿está bien? — Le mencionó al rubio en cuanto sus piernas reaccionaron. El otro solo asintió, con algo de duda, mientas se volvía hacia los muchachos de nuevo.

Viktor dirigió sus pasos hacia la salida, si el japonés en verdad tuvo un problema, dudo que se haya quedado dentro del club. Pero no tenía la menor idea de cómo llegar así como así, si es que en verdad estaba ocurriendo algo malo.

Cuando salió, el aire se había tornado mucho más frío, no llevaba la gran cosa encima, así que comenzó a caminar rápido, esperando encontrar al japonés pronto, antes de morir por hipotermia.

Para su fortuna, pudo escuchar la preciosa voz del japonés en la lejanía. En un tono más alto y molesto que de costumbre, pero seguía siendo un deleite a sus oídos.

Para su desgracia, se dio cuenta de que no tenía la menor idea de lo que el menor estaba casi gritando. Seguramente estaría hablando en su idioma natal, y eso le dificultaba aún más la situación. No quería ser un entrometido tampoco, pero de verdad quería ayudar en lo que necesitase a Yuuri si es que este tenía un problema.

Se acercó un poco más hacia de donde la voz provenía y pudo divisar a dos personas. Primero a Yuuri, y después a una chica, piel blanca, delgada y con el cabello castaño claro, y sobretodo, japonesa también. Si estaba en lo correcto, creía haberla visto en el café antes.

¿Y si era la novia de Yuuri? Si mal no recordaba, la única ocasión en la que la había visto parecía no querer separarse del japonés.

Sin embargo, tampoco recordaba que el menor le prestase mucha atención tampoco.

Tras minutos de divagar, pensó que lo mejor era irse, si eran pareja, él no tenía nada que ver ahí, y si no lo eran, sus problemas tampoco eran de su incumbencia. Después de todo, solo había ido por qué pensó que Yuuri estaba en problemas o algo así.

¿Verdad?

Se dio la media vuelta, dispuesto a regresar con Christope y los demás.

— ¿Viktor? —

La voz aterciopelada de Yuuri, ligeramente más desinhibida, posiblemente por el alcohol, llego hasta sus odios como un susurro lejano.

El ruso volteó, tratando de simular sorpresa y camino a pasos lentos hacia él, tratando de captar cada movimiento del japonés.

Desde sus preciosos orbes cafés llenos de duda y felicidad, hasta sus mejillas rojas seguramente por el alcohol. Sin su delantal de la cafetería, solo con una camisa azul marino y unos jeans negros. Su complexión, cada vez menos robusta, llamándolo e invitándolo a perderse en ella.

Espera.

¿Cómo llegó a pensar en eso último? Definitivamente, algo no estaba bien con él.