¿A quien prefieres? [Omegaverse]

Capítulo. 4 /Sufrimiento/

El príncipe omega fue llevado a la habitación del rey alfa, ¿Temía?, por supuesto, había perdido su libertad y a su familia en un solo día y quizás que haría con él el rey alfa.

Las horas pasaron hasta se abrió una gran y elegante puerta de color negro azabache, la cual fue abierta por el blanco erizo que lo acompañaba.

— Debes entrar — indicó el ericito blanco empujando suavemente al cobalto dentro de la elegante habitación — Es mejor que tomes esto — le entrega pastillas para el dolor.

— Gracias, para ser un alfa eres muy bueno — agradeció guardando las pastillas.

— Oh no, yo soy un beta, pero guarda bien esas pastillas. Te daré un consejo, no hagas enojar al rey, él es muy malo, si lo haces enfadar te torturará y lo más probable es que te mate después — advirtió con miedo.

— No te preocupes, lo tendré en mente. Gracias, no eres como los otros, ¿Por qué no te vas de aquí?, se nota que en este lugar nadie es amable con nadie, cualquier otro me hubiese lanzado aquí

— Te agradezco, pero no tengo a donde ir, además, soy un beta, nacimos para seguir ordenes, de nada me sirve ser otra cosa..... Es el rey, no lo haga enfadar o le hará daño, espero que pueda escapar de aquí — se despide para irse antes que llegará el rey.

El pequeño príncipe volteó a ver la habitación, quería desmayarse, ¿Por lo grande que era?, no, por lo sucia y desordenada que estaba.

— ¡Por caos!, pareciera que hubo un huracán — rápidamente se quito la capucha y se dispuso a limpiar de forma rápida.

— Omega, muevete que...... — el rey había entrado a su irreconocible habitación, calló al verla tan limpia como hace años hasta que vio al pequeño cobalto ordenar su cama — ¿Qué haces niño? — preguntó seriamente buscando asustar al pequeño.

— Este..... — se detuvo en seco temiendo haberle molestado — Lo lamento excelencia, yo solo...... Mi instinto ataco y..... No pude evitar limpiar, lamento mucho si lo molesté — se disculpo apenado haciendo una reverencia.

— Mmmh..... — lo mira atentamente para sentarse a orillas de su cama — Eres excepcional como mucama... Quiero que te encargues de la limpieza del castillo a partir de ahora — ordeno como si nada.

— He?!, ¿Usted.... No me matará? — pregunto realmente confundido el pequeño.

— Si eso es lo que quieres entonces... — se levanta dispuesto a ordenar a que le maten.

— ¡N...no!, perdone, lo que usted diga

— Bien, primero, todos los días, quiero el castillo limpio, vas a cocinar mi comida y la de mi hermano, usarás los trajes que te mandaré a pedir y..... Lo más importante — lo toma del brazo y lo lanza a su cama para abrirle bruscamente las piernas — En la cama..... Debes ser una perra, ¿No?

— ¡N...no!, y..yo soy......

— Vaya, vaya, entonces eres virgen — le quita los pantalones y bóxer con brusquedad al menor — Significa... Que seré el primero — mira atentamente su virgen entrada ansioso por estar en él.

— P..por favor, eso no, se lo suplico — pedía el pequeño ocultando su entrada con sus manos — Por favor, mi virginidad no

"No" era la palabra que más odiaba el alfa, nadie le daba un "no" como respuesta. Lo que le llevo a formar un puño con su mano y golpear el ojo izquierdo.

— ¡A mi nadie me dice "no" perra!, ¡Te voy a quitar la virginidad quieras o no! — sentenció para volver a golpearlo lleno de odio y abrirle las piernas bruscamente.