Luego de tres largas horas al fin pude verlo, estaba terriblemente lastimado, seguía siendo tan guapo como en las fotografías.
Pobre, se veía tan vulnerable. Me acerque a el, bese su frente helada y en ese instante, enormes gotas de lágrimas rodaron por mis mejillas, lo abrace y nada más pude pedirle a Dios que no lo separara de mi.
¿Cómo es posible que acabara de conocerlo y un terrible accidente lo pudiera alejar de mi?
No puedo decir que moriría sin el, eso sería mentir, pero la simple idea de no poder escuchar tu risa extraña y ver sus ojos parpadear me aterraba, eran largos escalofríos en todo mi cuerpo cada vez que lo imaginaba.
Sonia entró en la habitación y por detrás me abrazo.
-No puedo ni tomar su mano, este no es mi hijo...- dijo Sonia muy aterrada y triste.
Preferí salir de la habitación, era un momento íntimo y en siento punto incómodo para mi.
Me dirigí hacia la sala de espera con la intención de esperar a Sonia y acompañarla hacia su casa pero de un segundo a otro mejor preferí irme y ya, odia estar en ese lugar tan sombrío y con olor a medicinas.
Llegue a mi casa tan tarde que Grey mi perro ya estaba dormido y no recibí su tan cálida bienvenida como todos los días, pobre, a deber estado muy cansado como para esperarme.
No podía dejar de pensar en Todd, ¿cómo es que algo tan absurdo como un conductor ebrio o unos frenos desgastados puedan destrozar algo que la vida me regalo tan generosamente?.
Decidí poner en blanco mi mente y pedir un poco de comida china; debería distraerme y no pensar mucho en lo sucedido.
5:43 a.m.
Desperté deprisa, mire el móvil y al instante volví a recostarme, sentía que había dormido mil años y no era así, faltaban aún 2 horas para que sonara la alarma.
-¿Podría ser peor todo esto?- mi mente se repetía esa pregunta todo el tiempo desde la visita al hospital, ya esperaba cualquier otra cosa pero me negaba a pensar que Todd nunca podría despertar.
7:30 a.m.
Un pequeño salto en el corazon me desperto de prisa, la alarma alfin habia sonado -Malditasea, tonta alarma, odio que me asuste-. Rapidamente me levante y me prepare para ir al hospital a visitar a Todd, esperaba que su madre no estubiese ahi, seria muy incomodo y queria estar a solas con el, asi como en las peliculas: la chica toma la mano de su novio y aunque no resiba respuesta, ella habla horas y horas con el... Puede que sea tonto y cursi pero esos eran mis deseos en ese preciso momento.
ABRIL.
Hoy, 14 de abril Todd cumple un mes en coma, cada dia me enamoro mas de el y no se como, el no sabe que estoy junto a él, no puede sentirme, olerme o verme, eso me mata cada día, el no puede enamorarse de mi como yo lo hago a cada instante de él, pero como las personas dicen constantemente: "el puede orite, hablale y luego tal vez recuerde tus palabras y tu voz".
Solamente desearía poder tener una maldita vara mágica y poderlo hacer despertar. Se cuales serán las grandes consecuencias después de que el despierte... Si es que algún día lo hace; tendrá que empezar de cero, como un niño tendrá que aprender nuevamente a hacer miles de cosas.
Brillantemente los médicos dijeron que sus daños serán mínimos, que podrá hacer lo que antes hacia.
Como desearía que ese chico tan apuesto que esta postrado en ese estúpida cama de hospital despertara en ese preciso instante sin daño alguno y de un salto intenso rodease todo mi cuerpo con sus brazos.
MAYO.
In the morning when you wake up
I like to believe you are thinking of me... Sonaba en mi iPod, mi canción favorita, maravillosamente me recordaba con cada palabra a Todd, no seré de esas cheras que se la pasan sufriendo, es todo lo contrario, me encanta recordarlo, no tuvimos muchas citas pero las videollamadas, chats y esa primera cita la recordaba perfectamente y me encantaba.
Es martes, día de ir al hospital y llevarle unas cuantas revistas a Todd para leerle.
Llegue al hospital y como ya era costumbre todas las enfermeras me saludaban alegremente, les llevaba capuchinos y unos ricos muffins. Camille, la enfermera de Todd no había llegado ese día, pregunte porque noy nada sabía que responderme, ella se había convertido en una gran amiga, conversábamos de todos los temas existentes, me transmitía la confianza suficiente como para poder hablarle de lo mucho de extraño a Todd, teníamos casi la misma edad, solamente me superaba por 3 años, me encantaba su actitud.
En fin...
Entré a la habitación, ahí estaba Todd, con esos tubos, cables y máquinas...Maldita sea, odio verlo así, cada día veo su piel más pálida, más fría y más débil, me siento incapaz, lo amo tanto; tome su mano, la puse en mi rostro y acerque mis labios hacia ella, quisiera que pudiera acariciar me rostro, poder escuchar su vos o ver sus ojos brillar tan sólo una vez más.
-¿Y si jamás despierta?- me lo preguntaba cada estúpido día que pasaba, que sería de mi vida si jamás lo hace, estaría enamorada de un chico que no puede ni decir mi nombre y que mucho menos puede besarme.
-¡Támara!, llegaste temprano ahora- dijo Camill que al fin había aparecido, sonriente como siempre. Empezó a tomar apuntes del estado de Todd, con los mismos números y anotaciones de todos los días como es de esperarse. -Mira Tamara...Me acerque a ella y trate de entender las anotaciones -tiene un alto ritmo cardíaco, eso no es de todos los días...- no entendía nada de lo que estaba diciendo, era su idioma enfermeril, trate de comprender pero era imposible.
JUNIO.
Ya es el tercer mes y a Todd aún no se le nota alguna mejoría.
-Feliz cumpleaños mi amor- entré a la habilitación con un cupcake de chocolate, era su favorito, recuerdo perfecto cuando me lo dijo en la primera cita, luego de pedir un capuchino comenzó a devorar con una indescriptible ansiedad ese pequeño e indefenso cupcake y dijo:-Loco el que no ame estas cosas y loco el que las creo, son mis favoritos-.
Llevaba mil globos en la mano izquierda, un cupcake con una linda vela celeste en la mano derecha y un llamativo gorro de fiesta dorado para él, sería una pequeña fiesta.
-Te verás guapísimo con este gorro- lo coloque en su cabeza cuidadosamente y yo sonreía mientras lo hacia, en verdad estaba loca por ese chico...-¡eres un idiota, despierta ya por favor! Se supone que esta debe ser una historia maravillosa, que tendríamos miles de citas, que te me declararías maravillosamente y seríamos felices por años y años... No puedes hacerme esto-. Mis ojos estaban totalmente inundados, puse mi cara en su pecho y comencé a llorar, se suponía que iba a celebrar su cumpleaños, no a llorar otra vez.
-Támara... Pensé que estarías en clases, por lo que veo viniste por lo mismo que he venido yo- Sonia había entrado a la habitación, me alegró tanto verla después de tantos meses, luego de que Todd tuviera el accidente y nos encontráramos en el hospital ya nunca la volví a ver, hasta ahora por supuesto.
Limpie mis ojos rápidamente, pues claro, no quería que me viera llorar -¡Sonia! Hace tanto que no te veo, ya tenemos a una nueva integrante para la fiesta-.
...
-Tengo que irme, mi clase empieza a las 10:00, ya casi es hora- me acerque a Todd y le di un beso en la mejilla a Todd y con voz muy baja al oído le dije: cuando regrese quiero ver tus ojos bien abiertos. -adiós Sonia, me encantó pasar esta horas contigo y Todd, deberíamos hacerlo las seguido-.
¿Qué a hecho el para que yo puedo amarlo tanto?.
¿Qué podría hacer yo para que el me ame tanto?
¿Qué?...

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Tres citas
RomancePuede ser que tanto libro de amor haya conspirado a mi favor, nunca había amado y era lo único que quería hacer luego de la muerte de mi madre. Dicen que en el amor el tiempo es la clave. Tarama y Todd son una pareja que se conocieron por Internet...