Una mente sin recuerdos.

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JIMIN POV.

—Ok, ahora dinos para que estamos aquí —Johanna tenía una enorme sonrisa en su rostro cuando dijo eso, Cath me miraba con una de sus perfectas cejas enarcadas. Suspiré y agaché la mirada. No podía creer en lo que estaba apunto de hacer.

—Johanna, hermanita —Sonreí y luego dirigí mi vista a Cath —. Cath, querida —junté mis manos sobre la mesa y continué —. Hum, bueno, necesito su ayuda —solté, mirándolas expectante.

La castaña chica sonrió socarronamente, Johanna no dejaba de dar brinquitos en su lugar, soltando repetidas veces: 'lo sabía, lo sabía'.

Así fue como, entre miles de cafés y unos cuantos panecillos por parte de Johanna, les conté lo que tenía ideado para la cita con ________. Recibí unos cursis 'aww' cuando terminé lo que quería decirles, mis mejillas se sonrojaron levemente ante su estúpida reacción. Vamos no era tan, tan blandito como ellas me hacían ver.

—Está bien, tendremos todo listo con Cath a las... Siete y treinta —Asentí —. Le pediremos ayuda a Hoseok, él sabrá donde conseguir una de esas cosas —Cath asintió dándole la razón —. Y lo demás déjalo en nuestras manos, hermanito, ya verás que saldrá todo bien —Johanna me guiño un ojo y se puso de pie, mientras hablaba por teléfono con alguien.

Ajá, me dejó a la deriva con el demonio de cabellos rizados.

Cath me examinaba con sus calculadores ojos azules, tan iguales y diferentes a los de Tae. ¿Podía siquiera eso ser posible? Ya lo creo. Me removí incómodo, gracias a la mirada que Cath me estaba enviando en estos momentos, alzó una de sus cejas y con demasiada lentitud dejó la taza de café sobre la mesa. Resopló y cruzó sus brazos por sobre su pecho. Hice una mueca con mis labios y me enderecé en el asiento, tomando una posición casi igual a la de ella, claro, con menos seguridad de la que Cath destilaba.

—Y bien... —Cath sonrió con sorna y volvió a tomar su café —¿Qué es lo que realmente pretendes con ________? —Ahora fue mi turno de alzar una ceja —Y, ¿qué demonios se supone que significa eso? —Me hice un poco más adelante con la silla, viendo fijamente los ojos de Cath.

—Jimin, estas consciente de que si vuelves a comportarte como un maldito troglodita no te salvarás esta vez, ¿cierto? —Con que era eso, ella estaba defendiendo a su amiga. Como ven, la chica tiene sentimientos. Asentí, sin poder retener la sonrisa divertida que se asomó por mis labios —Claro, los dos se comportaron como unos verdaderos idiotas pero... Bueno, entiendes, ¿no? —Asentí una vez más.

—Tranquila Cath, idiota una vez, nunca dos veces —Le guiñe un ojo y tomé un panecillo para echármelo a la boca.

—Bien —Me dijo, con una tenue sonrisa adornando sus labios.

—Bien —agregué, sonriéndole de vuelta.

—¡Todo está listo! —chilló Johanna, guardando su teléfono celular en aquel pequeño bolso que llevaba —Anda Cath, levántate, hay mucho que hacer —Cath se tomó la ultima gota de café que le quedaba y se levantó. Las chicas se despidieron de mi haciendo un simple ademan con su mano y desaparecieron por la puerta del café.

Me quedé recargado contra la silla por un buen tiempo luego de que ellas se fueron, cuando estaba preparado para pagar; sí, porque yo había tenido que pagar su descomunal desayuno, una mano en mi hombro me impidió la tarea de ponerme de pie. Me giré y vaya la sorpresa que me encontré al ver a JungKook tras de mi. Alcé una ceja con asombro cuando este tomó asiento justo a mi lado.

Whoa, las vueltas de la vida, ¿huh?

—Hum, ok, esto es incómodo —No encontré nada mejor que darle la razón —. Bien, yo, quería darte las... Las gracias —Una sonrisa de burla se plantó en mis labios. Esto sí que era un momento épico, el castaño agradeciéndome. ¡Pero qué ironía!

Lista de Imperfecciones ♥ Park JiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora