III-8"Perdida de un ser querido parte 3"

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El teniente Till Rosenweig había desaparecido causando preocupaciones en el ejercito alemán pero por ordenes de un poder más alto, las sospechas por desaparecido fueron cubiertas de manera que creyeran al teniente, retirado y de vacaciones. 

Pero la cruda verdad era que se encontraba en una isla de mucho peligro, lejos de poder volver con vida a casa. El sujeto estaba acostado escondido detrás de algunas rocas tratando de escapar de una especie de escarabajo rinoceronte de tamaño gigante, trataba de entender como había un insecto de esa magnitud y aun más confuso no sabía donde se ubicaba su persona. 

Tras esconderse entre las rocas se detuvo para pensar con más calma y ver que estaba a su alcance para sobrevivir de ese gran bicho. Cuando él había sido lanzado del helicóptero, uno de los uniformados con traje negro le dio una hoja de papel de cuaderno doblada. Esta contenía indicaciones sobre su nueva posición, escritas por su recién y ex amante. María Benito. 

Saco aquel papel de su bolsillo del pantalón y comenzó a leer lo que decía, lo dejó con un inmenso impacto, sin saber como se las iba arreglar de ahora en adelante. Menos en una isla de mala facha. 

El papel decía: 

-Querido Teniente Rosenweig, lo saludo desde mi cómoda cama en la que nos acostamos la ultima vez. Le informo que su cargo como teniente a sido retirado, no, es más. Usted como soldado del ejercito a sido sacado del sistema, ya no eres parte de tus 26 años de servicio. Ahora estas en un juego de supervivencia. Espero te guste. Me despido cordialmente, la señorita María Benito. 

-Posdata, No te vayas a morir muy rápido te creo un hábil jugador.   

Un Año después

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Un Año después...

Till había superado cada expectativa en su residencia en la isla. Había crecido junto a la isla con creces, superando obstáculos como el hambre y las continuas amenazas de muerte por otros jugadores y la constancia de especímenes raros de la isla. 

Un día en lo que ya era normal para él escucho llegar un helicóptero justo sobre la parte donde el se ubicaba. Fue en instantes cuando vio como exactamente 4  personas  iban aterrizando en paracaídas. Cada uno en un paracaídas distinto. Vio como se iban separando por la altura cayendo en lugares diferentes, alejados de cada uno. Justamente en el lugar que él se localizaba. Dos de ellos cayeron. 

¿Quienes eran los nuevos jugadores? 

Till se escondió detrás de un árbol que lo tapaba perfectamente. Al mirar notó que eran dos hombres cada uno era muy diferente del otro. Uno más joven que el otro. Podía observar que se sentían confundidos, como todos los recién llegados. Él teniente comenzó a ver más detalladamente las facciones de cada uno, no quería olvidar ningún rostro. 

Primero escaneo con sus ojos tratando de gravarlos en su mente. El primero era un tipo que parecía ya estar en sus cuarenta. Cabello corto con zonas en calvicie, como entradas y el remolino con muy poco pelo. Además ya tenía una que otra cana en su cabello negro descolorido. Tenía una mirada algo fría lo cual lo hizo recordar a sus muchachos del ejercito. 

El segundo tipo era alguien más joven, quizá en sus veinte años. Cabello colocho y con una piel blanca, tirando a pálido. Su mirada era lo opuesto al otro sujeto. Era más tierna. Le recordaba a sus años de juventud antes de entrar al ejercito alemán.

Lo observo detenidamente hasta ver cuales serían sus primeros movimientos en la isla. Los dos platicaban tranquilos en el mismo lugar donde aterrizaron. De hecho demasiado tranquilos para estar en esta isla. Al rato ambos partieron del lugar. Los escuchó decir cosas como que tenían que ir a buscar a los otros dos que aterrizaron. También pudo escuchar el nombre de ambos. Jamás olvidaría esos nombres, siempre los tendría en su memoria. Sebastian y Fausto. 

2 días después

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2 días después...

En los siguientes días el mismo se dio la tarea de encontrar a las otras dos personas que aterrizaron. Según él, no podían haber cabos sueltos. Y así se dio la manera en que conoció a los otros dos. Cuando los vio entrar a una pequeña cueva. Era un hombre de cabello negro y una chica de cabello rubio. A ese par los iba a conocer de una forma más dramática. 

Till estaba observando detrás de un arbustos, como si los acosara para obtener información de ellos. Cuando en determinado momento otro jugador apareció. Se iba adentrar a la misma cueva, seguramente iba haber una o dos muertes ahí mismo. Rosenweig no iba a dejar que ese par murieran tan rápido en manos de otro.  Así que antes de que entrara a la cueva salio corriendo hasta poder acercarse. Antes de que hubiera un alboroto entre el par y el otro jugador, él interrumpió de manera efectiva. Sacó un arma de fuego que portaba con él y disparo antes de permitirle continuar. 

...

Paso un tiempo y pudo conocer a la pareja. Al principio vio que estaban atemorizados por su presencia pero de forma sutil pudo conectar con ellos y entablar una conversación.

Till Rosenweig: -¿Quienes son ustedes? ¿De donde vienen? ¿Quien es su dueño? 

La pareja no sabía si dar su información a el tipo pero el hombre se armo de cierto valor y respondió. 

- Si con dueño te refieres a el tipo que nos trajo aquí, pues se llama Aaron Clayton.

Till Rosenweig: - Mmm ya veo. Respondió como si conociera nada del sistema de Dueños. 

- Nosotros venimos de los Estados Unidos. Yo de New York y ella es del estado de Texas.

Till Rosenweig: - ¡Americanos! Dijo con algo de furia y resentimiento. 

Los dos lo observaron por unos segundos en silencio. Se delato mostrando su odio por los americanos. El chico continuo respondiendo después de un leve silencio incomodo. 

-Mi nombre es Brian Film y ella es Samantha Bloom. Te agradezco por haberme salvado de matar a ese tipo.  

Esto nos remonta exactamente a cuando Brian y Samantha llegaron a la isla. 

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