¿¡QUIÉN!?

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Capítulo 2

Podía ver el aeropuerto cada vez más cerca a través de la ventana del auto de Will. En pocos minutos mi hermano estaba estacionado su bebé en el aeropuerto de Liverpool-John Lennon y todos nos bajamos del auto. Scott y Will bajaron todas la maletas.
Grace tomó mi mano y caminamos juntas, los chicos iban atrás de nosotras haciéndose bromas. Nos acercamos a la entrada y ahí estaban nuestros padres y la gemelas. Y ahora viene lo feo.

Tenemos que despedirnos de Will.
¡Dios! Lo voy a extrañar tanto.

La primera en despedirse fue mamá y casi lo mata de lo fuerte que lo abrazó, después fue papá, seguido de Grace y de las gemelas, luego fue mi turno.
—Bueno...te veo en unos mese...Cara de nabo— dije con nostalgia mientras Will me abrazaba —te voy a extrañar idiota— y lo abracé aún más fuerte.
No quería soltarlo, quería doblarlo y meterlo en mi maleta.
—No te preocupes por mí Clio, estaré bien. Pero prométeme una cosa— dijo separándose un poco de mi para verme a los ojos — Prométeme que los cuidarás a todos Ratita.
Reí al escuchar ese horrible apodo, me lo puso por "rata de biblioteca".
Le di un último abrazo y me alejé para que Scott se despidiera.
Vi como este se acercaba y ambos se dieron un gran abrazo, ellos eran muy unidos aunque Will viviera en Manchester.
—Bueno— dijo separándose de del Cerebro de topo —los amo a todos, tengan buen viaje y no olviden llamarme.
Mamá se le volvió a acercar y le dio un último abrazo de despedida. Papá la tomó por los hombros y la atrajo hacia él. Luego todos entramos en el aeropuerto para hacer todos los trámites necesarios.

***

—Por favor hágase a un lado— me ordenó un guardia de seguridad.
Se preguntarán: "¿y ahora que hizo esta loca?"

Pues...ni idea.

Deposité todas mis cosas en la banda del detector de metales y cuando lo atravesé empezó a sonar una alarma y ahora me van a escanear.
El guardia pasó su escáner y sonó un pitido cuando lo pasó encima de mi Pandora.

¿¡PERO QUE RAYOS!? ¡MI PANDORA ES DE PLATA!

Cuando el tipo se dio cuenta de que yo no era ninguna terrorista nos dejó continuar.
Caminamos hasta nuestra terminal y nos instalamos. Me senté y saqué mi iPod con los audífonos y un libro, El Dr. Jeckill y el Señor Hide, me acomodé y me desconecté del mundo.
Estaba tan inmersa en mi lectura que no me di cuenta que Izzy me estaba hablando. Me quité los audífonos y cerré el libro.
—¿Que sucede enana?
—¡Hey! Solo eres media cabeza más alta que yo— exclamó un poco molesta —En fin, Charlie y yo queremos ver las tiendas. ¿Puedes llevarnos por favor?
Miré a mi alrededor pero sólo estaban Will y papá...dormidos. Rodee los ojos y me paré.
—De acuerdo chicas, pero les advierto que no ando dinero y aunque tuviera no lo gastaría en ustedes.
Ambas me miraron con caras de ofendidas.
—Saben que las amo— dije y las abracé.
Caminamos juntas y entramos en varias tiendas, y todas terminamos con dulces. Si ellas me hubieran dicho desde un principio que lo que querían de mi eran dulces, las hubiera cargado como sacos de papas y hubiera corrido con ellas a comprar esas delicias.
Regresamos a la terminal y ni rastro de mamá ni de Grace.
¿A donde se habrán ido?
Papá y Will seguían dormidos, es un milagro que nadie se haya robado nuestras cosas.
—¡Thomas!— grité haciendo que papá y el cerebro de topo despertaran de un brinco.
—¿¡Que pasó!?— exclamó papá asustado.
—¿Dónde está mamá?— preguntó Charlie.
—Robin está...— giró su cabeza buscándola —¿Dónde está su madre?
Los cuatro nos dimos un golpe en la frente, aunque el inútil de Will se golpeó tan fuerte que le quedó rojo. Papá sacó su teléfono del bolsillo y marcó el número de mamá, unos segundos pasaron hasta que contestó.
—Robin, cariño ¿dónde estás?— preguntó mi padre dulcemente —Mjm, de acuerdo... Le diré a los chicos— dijo con entusiasmo contenido.
—¿Y? ¿Dónde están?— preguntó mi hermano mayor. —Está en un MacDonald's, dice que no se ha movido de ahí porque está un cantante que les gusta...
—¿¡QUIÉN!?— gritamos todos al mismo tiempo.
—No se acuerda bien del nombre pero es algo así como Andy y un color...
—¡ANDY BLACK!— gritaron las gemelas.
—¡ANDY BIERSACK!— gritó mi hermano.
—¡Shhhh! ¡Cállense inútiles! La gente se dará cuenta y le arruinaremos el día.
—Síganme, yo vi donde estaba el MacDonald's— exclamó Charlie alegre.
Todos la seguimos, íbamos caminando rápido, evitando correr pero solo parecíamos pingüinos retrasados.
La gente nos miraba con cara de "WTF" pero estábamos acostumbrados.

Hey Mira Otro ClichéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora