Hoy fue una mañana fea. Mas fea que el resto de mis mañanas feas de secundaria. Y yo que estaba de bastante buen humor por ser la última semana de clases, el último lunes de infierno 2018. Un chico de mi curso, Victor, se me declaró. Enfrente de todos, empezó con cosas de que yo le hacía latir el corazón más rápido de lo habitual, que se sentía distinto conmigo. Lo peor de todo es que todos en mi curso hicieron silencio cuando lo dijo, y cualquier respuesta que yo le diera la hubieran escuchado todos.
Me sentía presionado, no sabía cómo reaccionar. Hasta que lo entendí: cuando se empezaron escuchar unas silenciosas risas de parte de las amigas de Víctor, cuando todos se empezaron a mirar con risas burlonas, cuando él mismo se estalló de la risa lo entendí. Al principio me quedé quieto del shock; pero reaccioné, me di cuenta de cuán en ridículo había quedado y como reflejo empujé a Víctor. Aunque se merece algo peor y va a cobrar.
Ahora estoy acostado cómodamente en mi cama con un helado de frutilla que le compré a la señora Grand en mi vuelta a casa, aunque no fui por el recorrido de siempre, quería llegar rápido. Seguramente llamen a mi vieja porque me rateé, me escapé a mitad del recreo, a mitad del día, en la escuela.Le hablé a Val, una amiga del turno tarde para que venga a casa, quería distraerme y con ella pensar en cualquier cosa siempre es fácil. Por suerte respondió rápido el mensaje, le pasé la dirección y dijo que en 30 minutos ya llegaba; pensé en aprovechar el tiempo de espera para escribir y comer algo, porque ya para las 11, osea ahora, me da mucha hambre.
Me sorprende cómo me afectó lo que me hizo hoy Víctor, lo que hicieron todos. No sé si fue para reírse de que soy gay o solo para reírse de mí para joder. Pero sé que fue horrible; no me gusta llamar la atención, que todos me miren, que todos escuchen lo que vaya a decir. Solo aprovecho el colegio porque puedo leer libros gratis, y por las pocas cosas que enseñan los pocos buenos profesores que hay. Pero hoy me agarró tal desagrado de estar ahí, dejando que me jodan y se rían de mí; no quiero volver.
No sé si cambiarme de escuela o de turno, pero por ejemplo, si voy a la tarde tendría que dejar los talleres. Y además que en invierno saldría del colegio cuando ya es de noche; perderme de tantos cielos bonitos que podría ver en el puerto, o la plaza por estar en esa cárcel encerrado no lo soportaría, la escuela va a seguir siendo un lugar horrible para mí.
Val llegó, espero sentirme mejor; aparte de que tengo hambre y la estaba esperando para preparar algo rápido.
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Son las 20 hs, ya llegué hace como 40 minutos a casa. Estoy solo. Estoy cansado, no sé cuándo va a llegar mi mamá o ni siquiera si va volver y no tengo ganas de prepararme algo de comer así que solo pienso escribir un poco e irme a dormir.
Estuve todo el día caminando. En un principio fue porque Val me invitó a ir con un grupo de amigos suyos y como vino en bici y la mía está pinchada tuvimos que ir a pie. Cuando llegamos me sorprendió la cantidad de gente que había, habrán sido unas 13 personas. Al instante noté que habían bastantes latas de cerveza dobladas y tiradas en el cordón de la calle junto con muchísimas colillas de cigarrillo, me dio bastante asco. Del montón de gente nadie se paró a saludarnos y mismo no estaba seguro si eran ellos a los que estábamos buscando porque no reaccionaron a nosotros, apenas nos miraron.
Val dejó su bici apoyada y se sentó entre dos chicas: una que tenía todo el brazo derecho y la espalda tatuada, vestida con solo un top que parecía más un corpiño, un short y unos borceguíes cortos de un azul oscuro, y otra que parecía una modelo con su vestido ajustado al cuerpo medio corto, con el pelo largo lasio hasta la cintura teñido de rubio oscuro y unos aros redondos gigantes; ese no es mi tipo de ambiente -ya no soy parte de las juntadas callejeras- pero pensé en que ya había ido hasta allá y que tampoco eran mala gente si se conocen con Val; y definitivamente no me equivoqué, el día entero fue genial.
unos 10 minutos después de que llegáramos con Val se acercaron otros dos chicos bastante enfiestados, con más alcohol. Venían a los gritos corriendo muriéndose de la risa y llegaron híper agitados con las risas a flor de piel. Uno era grandote, con los músculos notoriamente trabajados y rulos cobrizos colgándole de la frente vestido solo con unos pantalones cortos y unas crocs medio gastadas, dejaba ver su pecho peludo al descubierto, a él lo llamaron Gabo; el otro se lo veía más menudito medio alto y bastante flaco, llevaba una musculosa azul con un número en el centro tipo de basquet con las axilas abiertas, unos pantalones verde militar que le quedaban gigantes y se le caían un poco y con ojotas, entendí que se llamaba Gero.
"Corriendo de esa manera le van a sacar el gas a la birra!!" Gritó alguien de la ronda, lo que dio paso a que todos se rían y empiecen a joder con ellos. Con total naturalidad me saludaron y se metieron en la ronda de adolescentes/post adolescentes borrachos sentados en el piso. Yo también me senté; entre la chica tatuada y el menudo basquetbolista.
Fue realmente divertido y hasta lo sentí liberador.Después de como una hora y media Val se paró y me miró con una mirada de picardía mezclada con disculpa y la siguió la chica del vestido ajustado, se dieron la mano y desaparecieron Val, su novia (o lo que fuere) y y la bicicleta.
Un rato después cayeron un chico y una chica que parecían una pareja de recién casados muy melosos agarrados de la mano y ambos vistiendo unas risitas tímidas, me vino a la mente la situación reciente en el colegio, en el que se burlaron de mí porque me gustan los chicos, o quizá es porque no salgo a bailar o porque simplemente son estúpidos aburridos y me pegó mal; por unos segundos sentí que así sería siempre y así serían todos conmigo, jamás tendría novio jamás estaría agarrado de la mano con un chico que me genere risitas tímidas. Por un segundo estuve a punto de irme a mi casa a estar mal pero al instante me acordé de Cen y mis amigos de dibujo o simplemente en el grupo de gente que tenía enfrente que me hacía sentir tan cómodo.
Gabo y Gero (que fueron con los que más había hablado), me sacaron de mis pensamientos diciendo que se iban para lo de un amigo suyo, si quería ir. No estaba seguro si seguirlos porque los conocí recién hoy mismo pero con la euforia del momento no lo pensé demasiado y acepté, supuse que me vendría bien estar con la cabeza ocupada y no pensar en las mierdas de hoy.fuimos caminando a la casa de este amigo Franco, que habrán sido unas 20/30 cuadras pero se me pasó rápido, mientras hablábamos y comíamos algo (que además les debo una grande porque no tenía plata y ellos me invitaron). De ahí nos quedamos un rato en el que jugamos un poco al pingpong y al póker como un estúpidos nenes jodiendo a ser mafiosos y tomamos de las petacas que habían en la casa. A las tres horas me habló Cen -para vernos que quería decirme algo-, me dijo que si no podía no pasaba nada pero lo sentí como raro y tampoco es que era tan importante lo que estaba haciendo; pero el problema fue que para ir yo tenía un camino muuy largo y no tenía la sube para transporte público o plata para cualquier cosa que me sirviera para viajar así que Gero que tenía que ir cerca de la casa de Cen se ofreció y pagó el colectivo. Todo el día fue muy bueno conmigo y eso logró que me pudiera soltar con facilidad, no suelo ser bueno conociendo gente y mucho peor si estoy solo on esa persona.
El viaje en el colectivo se pasó bastante en silencio, un silencio cómodo donde no había necesidad de decir nada. Él se bajó primero y desde la ventana de mi asiento lo vi desaparecer mientras se ponía sus auriculares.
Cuando llegué a lo de Cen, solo estaba su hermano menor y me dijo que mi amigo se había ido hace un par de minutos, pero si quería lo podía esperar. decidí volver, no sé que habrá pasado pero estoy cansado del día de hoy.
Supongo que en unos días volveré a escribir
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El Vuelo Del Pez
FantasyEs la primera vez que escribo un diario, no sé si vaya a funcionar pero me pareció bueno darle una oportunidad, soy Luciano.