Capítulo 2: Party at Silver Lake

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Emily Morgan

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Emily Morgan

Cuando terminé de cenar junto con mis padres, recogí la mesa, fregué los platos y subí a mi habitación. Me tumbé encima de la cama mirando hacia el techo hasta ahora. Estaba dudando qué hacer. Nat, la chica que conocí esta tarde, tenía razón. Sería buena idea ir a la fiesta para conocer a gente y de empezar mi nueva vida aquí en Hillsford. Así que no le di más vueltas.

Me levanto de la cama para ir hacia el vestidor donde tengo la ropa ya colocada. Miro prenda por prenda lo que me voy a poner. Al final me decanto por unos pantalones vaqueros negros, rotos por las rodillas; un top blanco y holgado, enseñando mi ombligo; una chaqueta verde y en la parte inferior, unas botas negras. Quería algo simple y cómodo. Para cambiar algo de estilo, voy al baño, tomo las planchas y aliso mi pelo rojizo. Vuelvo a mi habitación y me siento encima de la cama con el trozo de papel que me había dado Nat, en el cual estaba escrito su número de teléfono.

Saco mi móvil del bolsillo del pantalón y marco el número de teléfono

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Saco mi móvil del bolsillo del pantalón y marco el número de teléfono. Lo coloco sobre mi oreja y escucho los pitidos de la llamada. Uno... Dos... Tres... Salta el buzón de voz. Parece no estar disponible ahora, le dejaré un mensaje para que sepa que iré a la fiesta.

Vuelvo a marcar el número y espero a que finalice la llamada para dejar un mensaje. "Hola Nat, soy Emily, solo llamaba para decirte que me apunto. Espero verte allí." Cuelgo. Vuelvo a meter el móvil en el bolsillo y salgo de mi habitación para bajar a la entrada de la casa. Justo allí abajo me encuentro con mi madre, que se gira para verme.

-¿A dónde vas, Emmy?- pregunta extrañada.

-Yo...- dudo un momento pero acabo contándoselo -Me ha invitado una chica que he conocido esta tarde a una fiesta.

Al principio veo como se le va frunciendo el ceño, pero pasado un momento, su rostro se va relajando soltando al final un suspiro.

-De acuerdo- se acerca a mi y me da un fuerte abrazo -pero prométeme que te cuidarás- se aparta un poco y me acaricia la mejilla con una sonrisa cálida.

Ella sabe mejor que nadie que me ha sido muy difícil hacer amigos años atrás. Ya sea por el tiempo o porque simplemente no soy buena en ello. Pero ahora puedo hacerlo, y seguro que por eso me da esta oportunidad.

Lupus Dei: Child of the Moon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora