3-Leyendo juntos

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Dr. Flug no se encontraba trabajando ese día de puro milagro. Esa era la ventaja de que Black Hat le encomendara esa misión, muchos más descansos, mucho más tiempo libre para disfrutar.
Se encontraba sentado en el sillón tranquilamente con un libro entre sus manos. Estaba muy concentrado en su lectura, no era fanático de literatura, era más para libros científicos pero este era uno de los pocos libros literarios que llegaba a amar.
Pronto la chica pelirroja entró a la sala sonriente como siempre. Analizó el cuarto con la mirada y vio esto como una gran oportunidad para molestar.
Se acercó sigilosamente sin emitir alguna clase de ruido, pero aún así él logró verla de reojo. Suspiró y detuvo su lectura.
-Demencia, sé que te encuentras allí-dijo
-Oh vamos-se quejó de forma infantil, muy en el fondo él lo tomó con un poco de ternura, incluso inconscientemente
-Por favor, quiero que me dejes tranquilo hoy, estoy muy ocupado leyendo-
-¿Qué lees?-
-Ni siquiera te importa, solo preguntas por preguntar ¿verdad?-
-No. De verdad, quiero saberlo. Estoy muy aburrida de nuevo y creo que esto sería aunque sea un poco divertido-
-Oh, bueno. Leo La Guerra y la Paz-comentó con orgullo-Ya lo he leído muchas otras veces pero es mi libro preferido, ¿cómo no leerlo varias veces?-
-Nunca lo he leído. De hecho, no me gusta leer como a ti-
-Eso lo tengo bien claro desde hace tiempo. ¿Quieres leer conmigo?-ofreció. Por una razón imposible de entender para él se sintió un poco nervioso por decir esas simples palabras
-Ok. No tengo otra cosa que hacer-
Ella se sentó a su lado saltando desde atrás al sillón y miró la página. Los dos empezaron a leer en silencio. Ni cuenta se dieron de la presencia de 5.0.5. Que al verlos así le fue imposible ocultar su felicidad. Podía no hablar, pero eso no significaba que no tenía fantasías. Y como era todo lo contrario a ser malo, deseaba alegría para sus amigos, y pensó que verlos juntos era buena señal para que los dos alcanzaran su alegría.
Flug no quitaba la mirada de las letras, iba a cambiar de página pero ella también tenía pensado hacerlo, a causa de esto sus manos chocaron. Ella quitó su mano de inmediato y miró a su acompañante que se sonrojó al sentir el tacto con sus dedos. Sonrió, era sumamente gracioso verlo así. No entendía que le pasaba a él en esos momentos pero le divertía. Podía estar enamorada pero no sabía como era tener vergüenza o nervios de sentir el amor.
Las horas pasaban, y él no podía dejar de pensar en lo que había sentido al tocar su mano. Era nuevo. No lograba prestar atención al libro. Solo, disimuladamente, veía los ojos de Demencia, sus hermosos ojos. Luego posó su mirada sobre los labios de ella, se veían muy suaves, y lindos. De pronto reaccionó en las cosas en las que pensaba. ¿Qué rayos le pasaba? Se sentía abrumado por todo eso.
-Ahora vuelvo. Debo beber algo de agua-
-Oki doki-dijo y él se retiró
Demencia sonrió y comenzó a rondar por la enorme sala. Se encontró con un cuaderno de Flug debajo del sillón. Lo tomó y empezó a hojearlo, era un diario. ¡Era el diario del Dr. Flug! Rió con una pizca de locura y lo leyó con mucha atención.
En cambio el científico bebía con toda tranquilidad de su vaso. Al terminar enjuagó el vaso de cristal y lo dejó en su lugar. Dio la vuelta y se llevó un susto al toparse con 5.0.5. en el lugar.
La tierna criatura lo miraba de forma extraña. Sonriendo y con sus ojos entre cerrados. Como tratando de decir Ya vi lo que te traes con Demencia.
-¿Qué?-exclamó al sentirse incomodo con la mirada del oso, aunque estaba claro que no obtendría respuesta alguna
Optó por ignorar dicho comportamiento y volvió a la sala.
Ella ya no leía el diario de su compañero de trabajo. No es que se haya aburrido. Lo seguiría leyendo luego, en su cuarto para no ser descubierta.
-Muy bien. ¿Quieres seguir o quieres irte?-dijo él, rogando inconscientemente por la primera opción
-Claro que quiero seguir-
Pasaron más rato, incluso siguieron hasta tarde. Ya en la noche Flug sintió un peso en su hombro. Demencia había quedado completamente dormida sobre su hombro. Debajo de su bolsa había una linda sonrisa y él continuó leyendo, para al final también quedarse dormido dejando caer su cabeza sobre la de ella.

Crazy LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora