Crazy Love

4-Bajo la bolsa

Los últimos días Flug estuvo analizando el comportamiento que tenía al encontrarse junto a Demencia. No pasó por alto ni un solo detalle, y la conclusión no le gustaba para nada.
Simplemente no podía aceptar dicho resultado. Debía estar equivocado, pero sin duda no lo estaba. Él se había enamorado de Demencia. Sí. Suena loco. Pero estaba enamorado de la locura, así que no podía sonar más raro.
No se lo creía, debía haber enloquecido. Pero en el fondo estaba seguro de que no había error alguno. No quería enamorarse, mucho menos de ella, pero al corazón no se le puede obligar a cambiar de opinión.
Se miró al espejo por un rato y se dijo a sí mismo:
-Muy bien, solo evita sentir esto. Y de seguro lo olvidas luego-
-¡¿Qué vas a olvidar?!-exclamó la chica apareciendo de la nada dentro de su cuarto
-¡Demencia!-la regañó
-¿Y bien? ¿Qué quieres olvidar?-
Dr. Flug dudó demasiado sobre decir algo, después de todo, aunque no lo quisiera, ella era esa chica especial que podía hacerlo suspirar.
-Emm.... Bueno, yo... Este... A.. ¿Una chica?-susurró pero de todos modos fue escuchado por Demencia
-¡¿Una chica?! Eso está genial. ¿Quién es la chica?-
-Eso no es asunto tuyo Demencia-
-Oh.. Voy a descubrirlo. Ya verás-dijo entre cerrando los ojos-En fin. ¿Quieres que te ayude a olvidar a la señorita misteriosa?-dijo sonriendo
-Sí, no creo arrepentirme-aceptó encogiéndose de hombros
Oh Flug, si tan solo supieras lo que te espera.
-¿Y qué quieres hacer?-preguntó él. Esto suena como si estuviéramos teniendo una cita.... Pensó
-Ven conmigo. Saldremos, y luego subiremos a la azotea. Hay algo que quiero mostrarte-ella lo tomó de la muñeca y lo guió por el camino que ella solía tomar para ir al techo de la mansión
-Pero... Ese lugar es algo desproporcional, podríamos resbalar y caer-
-Tengo todo calculado Flug-
Después de haber tomado el largo camino en silencio llegaron a la azotea, lugar al que él nunca había acudido. Era como un balcón, que normalmente era cubierto por la parte delantera del techo de la mansión.
-Ven-lo invitó a sentarse junto a ella
Él obedeció de inmediato, no sabía lo que esta chica loca tenía planeado hacer con él.
Demencia arrastró una hielera hacia donde estaban los dos y sacó dos latas de refresco.
-¿Por qué...?-
-Podemos hablar si gustas-dijo ella
-Ok. No tengo idea de por qué actúas de esa forma pero es sospechoso exclamó
-¿Qué? Eres mi amigo, creo que puedo tratarte bien algunas veces-
-Pero... Tú nunca te comportas así-
-Mira. Sé que estoy loca, lo acepto, pero....muy en el fondo también tengo un lado humano-
Eso dejó con miles de preguntas a Flug. Ese comentario lo hizo verla de otra forma, desde otra perspectiva. En cambio, Demencia veía como un buen amigo a Flug, como alguien con quien ser ella misma sin ser juzgada, alguien con quien puede hablar y pasar el rato.
-Bueno. Sigamos con lo que teníamos desde un principio ¿de acuerdo?-dijo dándole un leve empujón al científico, él rió nervioso y asintió-¿Y cómo piensas beber tu refresco con esa bolsa en tu cabeza?-
-¿Eh?-
-Anda. Dejame quitartela-se acercó la bolsa pero Flug se alejó rápidamente-Vamos.. Dejame ver tu cara al menos una vez-
-¡No! No te va a gustar lo que verías-
-Por favor-
-Lo siento, pero no...-
-Oh.. Si ese es el caso, me veo obligada a... ¡quitarla por la fuerza!-dicho eso se abalanzó sobre él
Fue una lucha un tanto infantil pero bueno, ella solía ser infantil. Al final logró quitarle la bolsa. Demencia se quedó callada. Por fin sabía quien estaba bajo la bolsa de papel. Había un chico castaño de piel blanca y pecas en sus mejillas, era de facciones muy tiernas. El silencio por su parte hizo que Flug lo tomara a mal.
-Lo ves... No te gusta ¿cierto?-dijo inseguro y triste
-¡¿Bromeas?! Eres completamente adorable-dijo ella causando que las mejillas del científico se enrojecieran en cuestión de segundos-Creo que lo que le da ese tierno toque son tus muchas pecas en tus cachetes-al decir cachetes le estrujó estos como si de un niño se tratara
-¿Quieres dejar de hacer eso por favor?-
-No-y sacó la lengua sonriendo