Capitulo 27

19 3 0
                                    

Al cantar esa canción muchos recuerdos invadieron mi mente e inconscientemente mis ojos se llenaron de lágrimas, para cuando alce la vista muchas personas me veían y sonreían en eso mi mirada se encontró con la de Henry; una mirada de un azul como el del mar profunda pero a la vez llena de vida, cariño y alegría que siempre me reconfortaba, en eso todos comenzaron a aplaudir, pero Henry había notado que no estaba del todo bien y se acercó a mí.

-¿estas bien?- dijo rodeándome con sus brazos.

-sí, no...- lo abrace, me sentía protegida por él.

-¿Qué pasa?-

-quiero regresar a mi departamento- pedí.

-espera iré por mi saco-

Si Henry viste muy formal, no le he mencionado pero es algunos años mayor que yo para ser exactos 5 años ; pero bueno a pesar de ser mayor tiene el alma de un niño; una muy buena persona.

-vamos te llevo a tu departamento-

-gracias-conteste con la mirada baja.

-toma pillaras una pulmonía- dijo al tiempo que ponía su saco en mis hombros.

-no tengo frío y tu estas enfermo me parece- objete.

-nada, tú te quedas con el saco-

Reí un poco y no dije nada, el transcurso a mi departamento fue en silencio.

-gracias, lamento arruinar la noche-

-no la arruinaste, me encanto escucharte cantar-

-gracias- dije una vez más sonrojándome.

-nos vemos luego, linda noche- se acercó a mí y deposito un tierno beso en mi frente.

-adiós- susurre.

Entre a mi departamento, me prepare y me di una larga y relajante ducha para después acostarme dispuesta a dormir, pero no lo logre mi mente daba muchas vueltas ¿Por qué aun después de tanto tiempo me afectaba lo que él hiciera? ¿Por qué no podía rehacer mi vida? ¿Qué rayos podía hacer? Con estas y otras miles de preguntas se me pasó rapidísimo la noche y cuando menos lo imagine era hora de irme al conservatorio. (Lo siento he perdido la noción del tiempo).

En una semana tendríamos vacaciones, asi que teníamos que poner mucho empeño en todas las actividades que tuviéramos. Para mi suerte llegue antes que el profesor de canto, el día paso lento y yo moría de sueño, me recosté un momento encima del pupitre en lo que el profesor terminaba de dar indicaciones, no sentí que pasara mucho tiempo y alguien tocaba mi mejilla, abrí de golpe mis ojos y me encontré con un rostro muy familiar.

-por fin bella durmiente- dijo con una hermosa sonrisa en su rostro.

-pero si apenas cerré mis ojos- me excuse.

-tiene dos horas que terminaron las clases, he venido a buscarte desde ese momento pero no quería despertarte parecía que necesitabas dormir-

-estas bromeando acaso-

-ja no lo hago linda, creo que es momento de irnos-

-espera, espera me has llamado linda-

-sí, te molesta-

-am, es raro-

-...- me miro a los ojos. – Yo... tengo que presentarte a alguien-

-¿enserio?- alce una ceja

-sí, es una persona muy importante para mí- tomo mi mano y salimos del salón.

Era muy raro ir tomados de la mano, tenía mucho tiempo que no lo hacía pero no quise soltarlo, es raro pero me gusta, bueno me gusta tomarlo de la mano mas no me gusta él, él es mi amigo no cometería el mismo error.

Lo que daría por tener amnesia...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora