Mi Caja de caramelo

Mano incorrecta

Hoy en la salida me di cuenta que Adrian era mejor amigo de Bryan, se juntaron en la banca y sin parar de mirarme hablaron, esas miradas sentía que me observaban detenidamente, Adrián ya no estudiaba en la escuela pero eso no era razón para impedir ver a su mejor amigo, tanto así eran sus miradas que estas manos comenzaron a sudar.

Yo comenze a sacar mi lado temeroso y el libro que leía comenzaba a torturar me, ojeada por ojeada, paso por paso, tape mi cara con el libro para que no me vieran, pero sólo conseguí que Bryan desapareciera de su asiento.

"Mantente alerta, este hombre es una fusión extraña de mis miedos"

Ese paso de atrás comenzó a sentirse pesado y por si fuera poco, yo sentí que me ahogaba, esas manos que yo siempre había temido me estaban cubriendo los ojos, de alguna manera me estaba llendo para atrás. Sin duda alguna era el....

-Hola Elizabeth, quien soy??-

-Eres la persona a que va a acabar con mi vida matando me de un susto- estaba casi llorando, pero me enoje un poco al saber que era Bryan y por primera vez..... corrí, si, huyendo de un hombre.

Corrí lo más lejos y por si fuera muy poco mi esfuerzo seguía atrás de mi mirándome, me gustaría poder correr a la velocidad de la luz.

El me alcanzó en la cuadra, me tomo de la cintura y a pesar de ser alto alcanzó mis labios.

Tan suaves... espera..., que estoy diciendo, Elizabeth, esa no soy yo, que asco... pero ... de alguna manera eran dulces, aún mantenía el sabor de algodón de azúcar que estaba  compartiendo  con Adrian.

Que asco..
Que lindo...
Pero que irritante...
Tan suave...

!!!!Que problema¡¡¡

Mi primer beso....... corrompido

Por primera vez, después de no haber llorado en años, salieron de mis ojos cristales.

Si... estaba ¿llorando?

Llore más y más y más.  Estaba asustada. Ese chico me estaba haciendo sentir calida y me sentía segura, no quiero admitirlo, pero quería que me estuviera abrazando por siempre.

Sus labios tocaron los míos y sin duda alguna quería que se repitiera. Me sentía confundida.

Se disculpo, era su culpa que yo estuviera llorando. Se arrodilló y bastante caballeroso se mostró hacia mi, salieron de sus labios frases incomprensibles, yo estaba demasiado hida en el hecho de rosar con un millón de habitantes pequeños de su boca,  pero en un segundo, sin haberlo visto más a, el.... ya era mi novio.

Como pude imaginarlo, ahora el es mi novio, pero no quiero que lo sea, mi corazón le pertenece a su mejor amigo.

TODO PARENTESCO A LA REALIDAD ES PURA COINCIDENCIA.