Cerró los ojos sintiendo como el viento golpeaba en su cara. La velocidad del tren era constante, Cloud permaneció inerte esperando que la enorme maquinaria hiciera su arrivo. Así está diagramado el plan, la seguridad de la estación 1 estaría alerta para cuando este llegara. Nadie mejor que él conocía las instalaciones de la empresa de energía sustentable, Shinra. Fue justamente eso lo que convenció a Barret de contratarlo. Eso y el parentesco cercano con una de los miembros de la organización Avalancha. Un grupo muy reducido en sus filas, que estaba en contra de la política de la empresa. Para Cloud, todo eso no tenía importancia, su única motivación era monetaria, prometieron pagarle bastante bien. Si bien poco le gustaba revolver su pasado, él vivía de este tipo de trabajo, o cualquier otro que le permitiera destacar sus habilidades. Siendo así, se desconocían los motivos de su deserción. La velocidad del tren comenzó a disminuir, el rechinar de los frenos tampoco se hizo esperar. El gran peso en su espalda, se debía a su enorme Espada Mortal, regalo de un amigo suyo en el pasado. La desprendió de su vaina imán, para estar listo cuando frenara el vehículo, luego terminaría dando un sorprendente salto acrobático para descender del mismo.
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—¡Deja de alardear y sígueme novato!— vociferó molesto un hombre robusto. Por su prepotencia y mal genio podría decirse que estaba a cargo, al menos de Cloud. El sujeto mostraba marcas de guerra, uno de sus brazos había sido reemplazado por un implante, pero no uno cualquiera. Un brazo mecánico adaptado a una metralleta automática similar a un minigun. Sólo con su aspecto, aquel fortachón, intimidaba a cualquiera. —¡Date prisa, Biggs, Wedge y Jesse ya deben haberse adelantado, nos han abierto el camino!— el grandulón no terminó su frase para cuando dos soldados de la seguridad los rodearon.
Diestros en batalla, Cloud y Barret se deshicieron rápidamente de aquellos guardias. Claramente a pesar de tener armas de fuego, la habilidad del espadachín iban más allá de la limitación de un guardia armado. Inclinándose sobre el cuerpo de sus víctimas, Cloud comenzó a revisar las ropas de los caídos. —¡¿Qué haces?!— Barret lo observó con elocuencia. —Estamos en una misión suicida. Cuando se trata de la batalla, el sentido de la supervivencia es vital.— contestó el mercenario. —¡Yo soy el líder, ajústate al plan!— los reproches de Barret, poco le importaban a Cloud. Después de haber obtenido material de interés de aquellos guardias, continuaron su camino.
Cloud continuó avanzando sólo, Barret decía que hacerlo de esa manera obligaba a la seguridad desplegarse y de esa forma, las posibilidades de éxito aumentaban. Luego de luchar con dos guardias más, Cloud llegó donde el resto del equipo intentaba franquear la puerta Norte de las instalaciones.
—Aún no me entero de tu nombre ¿Es cierto que eres ex miembro de Soldado? Me asombra que uno de ellos esté con nosotros.— ese era Biggs, el experto en espionaje y guerrero de primera línea del grupo Avalancha. Su apariencia no asustaba tanto como la de Barret, el detalle de la cinta en la frente probablemente sea para reflejar un exceso de confianza o simplemente para adornar...
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