Max
¿Te han roto el corazón ?
Pues a mí sí. De hecho, mas de una vez, y estoy seguro que no soy el único. Conozco al resto. Me tienes a mí, mis amigos y mas de alguno de los que está leyendo esto.
Y la lista sigue y sigue... y seguirá creciendo.
Mi profesora de lengua está ahí, y estoy seguro de que cuando le pasa a ella, se desquita con nosotros -no es nada divertido-.
Por cada diez idiotas enamoradizos- me incluyo en ese grupo- hay un mal de amores. Y eso es algo que no podemos evitar.
¿Por dónde empiezo? ¡Ya se! Un año atrás, cuando mi corazón fue la víctima.
Mi vida empezó a volverse... pues, complicada.
Alice Collins. Juro que podría pasarme todo el día repitiendo ese nombre en mi cabeza. La conocí en un no muy buen momento.
Una chica de cabello castaño como el chocolate estaba acurrucada en el interior de una bodega, no muy lejos de donde yo me encontraba. Estaba huyendo.
Para salvar mi trasero y evitar que me mataran, me escondí en el primer hueco que encontré. Alice casi grita al verme. Si no le hubiera hecho un gesto para que guardara silencio, tal vez esos tipos hubieran acabado conmigo.
"Estuvo cerca", pensé mientras mi respiración se calmaba.
Necesité unos segundos para darme cuenta que no estaba solo.
Noté que estaba llorando. Al poco rato levantó levemente los ojos por encima de las piernasy se quedó así. Después de un rato observándome, volvió a enterrar la cara entre sus rodillas.
-¿Qué haces aquí?- dijo Alice sin levantar la mirada- ¿Cómo demonios has entrado?
-Estaba abierto- dije rascándome el cuello un poco incómodo.
-¿Y se puede saber el motivo?
-Cuatro tipos más altos que yo me quieren muerto, así que vi la puerta abierta. En otras palabras mi salvación. ¿Qué hay de ti?
-No es tu problema- dijo casi en susurros.
Esperé a que dijera algo mas, pero no lo hizo. El silencio se prolongó, haciéndose incómodo. Siempre había pensado que era una chica aburrida. Y en ese momento lo creía.
-Es cierto- terminé diciendo- Ya que este lugar está ocupado, me voy. Adiós, ha sido un gusto hablar contigo- dije lo último con un tono sarcástico.
Di media vuelta, dispuesto a abrir la puerta de nuevo. Tenía que buscar otro escondite, y más me valía encontrar uno vacío.
"¿Tan difícil es encontrar un lugar donde esconderse en esta escuela?"
Al girar el picaporte de la puerta, esta no se abrió. Una pizca de pánico apareció en el fondo de mi pecho.
-No se abre- dije para mí mismo, olvidándome que tenía compañía.
-Déjame intentarlo.
Alice se levantó y se puso en frente de mí. Tomó con ambas manos el picaporte, pero obtuvo el mismo resultado.
-Estamos atrapados - dijo con toda la normalidad del mundo, volviendo a su puesto. A veces pensaba que mi compañera de clase estaba mal de la cabeza.
***
Los primeros quince minutos pasé caminando de un lado a otro, sin poder estarme quieto. Alice me ignoraba. Ya no lloraba, pero seguía con su cara enterrada, bajo esa mata de pelo sobre sus piernas.
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El Club de los Corazones Rotos
Novela Juvenil¿No te ha pasado alguna vez, que para la persona que quieres eres invisible? ¿Te han roto el corazón? Pues a mí si. De hecho mas de una vez, y estoy seguro que no soy el único. Conozco al resto. Me tienes a mí, mis amigos y mas de alguno de los qu...