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Miraba a la nada, como siempre.

No hace mucho tiempo que conocí a la señorita Millares. No hace mucho también que leí su artículo.

Quedé como un mujeriego, egoísta y con complejo de superioridad. Bueno, no exactamente  así, pero yo lo entendí de esa manera.

Escribía bien, sus párrafos me absorbían y  no podía dejar de leerlo. Y aunque me hirió el ego y muchas personas me llamaron para aconsejarme que instalará una demanda, no podía pasar por alto que me encantó el artículo. Porque, siendo sincero, estaba en lo correcto. 

—Vaya, si que te afecto esa nota.

Gire mi silla, encontrándome con los chispeantes ojos de Sal. 

¿Cómo es capaz de leer mi mente?

—No, para nada. Estaba pensando en Molly.

—¡Si, claro! Tu piensas en ella como yo pienso en el matrimonio.

Reí.

—¿Soltería para toda la vida?

—¡Sí, mi amigo! ¿No me digas que en serio estabas pensando en Molly y en su 'compromiso'?

—Puede que funcione.

Me miró y de inmediato se sentó en el mueble frente a mi.

—Estás confundido por esa chica. No quieres casarte con la bruja de Molly. Sólo quiere tu dinero, recuerdalo.

Eso lo sabía. Más que nadie.

En este punto de mi camino ya no estaba seguro de lo que quería en realidad; ¿Quería una vida llena de mentiras, traiciones? ¿Llena de infelicidad? Ya no lo sabía, ya no sabía absolutamente nada.

—Te quedaste callado de repente. Sé que odias vivir así, pero acéptalo, tú decidiste vivir de esa manera.

Me miró por última vez, se paró del asiento y sin mirar hacía atrás, se marchó, dejándome completamente solo, con mi cabeza hecha un caos y con mil preguntas sin respuestas en ella.

Me senté exhausto. Sus palabras tenían razón, yo había decidido vivir como lo hacía. Todavía recordaba las palabras de mi hermano, cuando me decía que no dejará que los demás tomarán decisiones por mi; en ese entonces lo tome como una tontería sin sentido, aislado totalmente de mi realidad. La manipulación. Un juego mental del que se habían hecho cargo mis padres, tratando de hacerme el hombre perfecto, cuando estaban creando todo lo contrario. Me llenaron de dudas, desconfianza y un ego sin igual, dejándome tocar el cielo con un dedo, pero sin los pies sobre la tierra.

¿Ahora que haría? ¿Qué sería de mi? 

Mi teléfono vibró. Lo tomé de mi bolsillo y revise la notificación en mi bandeja de entrada. 

Un seguidor nuevo en Instagram. Já.

¿De que me servía una nueva chica entre mis más de cien mil seguidores? ¿Qué diferencia hacía eso?

Apagué la pantalla y dejé caer mi cabeza en el asiento. Se sentía tan bien, un poco de relajación no me haría mal.

  ¿Qué debía de hacer ahora? ¿Rendirme, seguir adelante con lo que estaba planeado?

Tomé mi teléfono y abrí Instagram; mi mente estaba aturdida, no estaba mal despejarla un poco con chicas lindas. En el corazoncillo estaba ese punto, di clic y allí había por lo menos viente notificaciones sin revisar, de por lo menos tres segundos sin abrir. 

Me encantas, comentarios y seguidores nuevos. Como el patético que era, empecé a mirar los perfiles de esas personas. Varias modelos, algunos empresarios y muchas niñitas. Me aburrí inmediatamente, ¿En serio había personas tan desencantadas del mundo real? Cuando estaba apunto de cerrar la aplicación, un seguidor llamó mi atención: "El usuario Sofía Millares acaba de seguirte en Instagram" Mis dedos velozmente le dieron clic a su perfil. 

"Ana Sofía Millares. 

Periodista y columnista de la New York Times.

(Perfil autenticado)"

Seguidores: cincuenta mil. Seguidos: dos. Ella sólo seguía a dos cuentas. La New York Times, y a mi. Me seguía a mi. Eso me arrebató una sonrisa. Me sentía como si yo fuera la excepción e hizo que mi corazón diera un vuelco.

Sofía Millares. 

En ese instante, a mi bandeja de Gmail había llegado un e-mail de Sal. Era la información completa de ella. Clic.

"Ana Sofía Millares. Nacida en California, Estados Unidos, 22 de Mayo de 1992.

 Padres: Stacy Stewart de Millares y Richard Millares. Ocupaciones: dueños de la jardinería Millares. Nacimiento: 03 de Junio de 1965, Nueva York, Nueva York Stacy. 27 de Agosto de 1963, California.

Hermanos: Rowland y Stephany Millares. Ocupaciones: fotógrafos. Hermanos gemelos, nacidos el 30 de Diciembre de 1983, California.

Estudios realizados: periodismo en la universidad privada de Inglaterra.

Inicio de empleo: 2015."

Me detuve. 

Por primera vez, quise conocer a alguien de verdad, por mi mismo, sin ayuda de mis influencias.

Abrí de nuevo Instagram; hice clic en enviar mensaje.

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