IV

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Los truenos sonaban a lo lejos y por un momento Moonlight dejo de sentir absolutamente todo, estaba completamente superado por la situación. La saludo abrazándola y dándole las gracias por haberle dicho todo eso pero simplemente no podía captarlo. Necesitaba descansar ya que empezaba a notar señales de cansancio mental. Mientras se alejaba oyó el chiflido de ella, se dio la vuelta para escuchar lo que tenía para decirle;

- ¿Aun recuerdas mi nombre? Porque si no es así, soy Maria hermanito.-

Moonlight iluminó completamente toda parte de su alma entendiendo a la perfección de quien se trataba y ella comprendió que empezaba a recordar. Le dedico una última mirada a María y partió hacia quien sabe donde. No pudo evitar pensar en todo momento en lo que le había dicho ella y cuanto más aumentaba el paso de la caminata, más eufórico se ponía.

Luces de neón observaba por todos lados alertaban a Moonlight que se hallaba en el centro de la ciudad. Mientras se dejaba llevar por todo lo material sin razonar, se sumergió en una nube que solo bajo una vez que sus pensamientos esclarecieron firmemente.

Debía escribir una carta.

Entró en una pequeña tienda y compró una hoja y un bolígrafo para luego salir dirigiéndose a un pequeño parque en el que tomó asiento en un banco que da justo al frente de la avenida principal.

La lluvia había cesado como por arte de magia, aprovechó para empezar a escribir.

Maria es claro que no estoy bien, desde hace tiempo lo vengo sabiendo pero aun así quiero que me disculpes todavía estoy demasiado confundido como para ir contigo. No quiero que me busques mas y mucho menos intentes convencerme de preguntarle a medio mundo si me conocen. Prefiero darme cuenta de las cosas solo que por medio de otras personas, solo yo soy dueño de mi y nadie más debería interferir. Se que en algún momento entenderé porqué estoy así y que paso, que clase de accidente o algo me afectó al punto de llevarme a esta condición de la que tu hablas. Pero por favor tenme paciencia ya que últimamente no confió en nada ni en nadie, el me lo advirtió.

-No debí haber confiado demasiado para contarle eso- Pensó Moonlight pero ya lo había decidido. Miro para todos lados y la avenida estaba completamente vacía, guardó la carta en el bolsillo y automáticamente pequeñas gotas empezaron a caer. Se levantó cuando sintió una leve ventisca que golpeó ligeramente su cuerpo y un escalofrió recorrió toda su espalda, sus facciones pasaron a ser totalmente duras en el momento que lo vio a él al costado.

-Ven, te guiaré hasta la casa de hermana.- Un hombre de facciones sombrías con un sobretodo que le cubría y ojos que miraban con intensidad.

-No es buen momento para aparecer ¿Te parece?- Moonlight se sentía un poco atemorizado aunque mantenía su rostro indiferente.

-El mundo va a seguir moviéndose tengas o no tu puta cabeza cuerda y nada de eso va a cambiar, mientras antes terminemos estos asuntos mejor será para ti.- Tomó un cigarrillo del bolsillo y empezó a fumarlo de manera calma, se alejó de Moonlight a pasos cortos sabiendo que lo seguiría.

Mientras caminaban a la par Moonlight no pudo evitar mirarlo de reojo a cada tanto mientras el desconocido acortaba cada vez más su cigarro.

-El tiempo es preciso y cada segundo necesario, lo que ya no está nunca más volverá a estarlo de la misma manera.- Le dijo el anónimo.

Moon no contestó limitándose a escuchar con atención, le caía el pelo ya húmedo sobre la cara por la leve lluvia llevando sus manos a los bolsillos. Miraba al suelo suspirando y cuestionando tantas cosas en su vida que ya habían pasado, la memoria traiciona a uno donde más le duele.

MoonlightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora