Cartas con tinta roja

Quién entiende...

A quien pueda interesar,

Quién entiende que para algunos la soledad es libertad, quién entiende que en tus labios fue mi muerte. Vagando por el mundo con el corazón hueco, con amor de pedacitos y nunca más completo. Quién entiende que en la melancolía de saberte lejos, hallo felicidad por momentos, felicidad de temporada donde no hay ancla. Quién me entiende, quién te entiende, que guardas un amor escondido detrás de cortinas, detrás de puertas blindadas. Saber que tu sonrisa me hace vivir por momentos, que tu silencio, que me enloquezco, que soy tuya y soy del viento.

Esperando que la luna me conteste el silencio, que las estrellas me desaparezcan de este suelo y que no siga en este velo que no me deja ver más allá del cielo. Noche y día, qué importa, si cargo con esta carne que solo aprende doliendo, que se quema con fuego, también con hielo, que solo sabe de ti para seguir muriendo. Que ya murió el corazón y ahora le toca al cuerpo. El tiempo que no perdona, ese que no mira atrás como dice Arjona.

Mi luz está contigo aunque ignores lo que sucede, aunque me toque callar por los dos, aunque algún día, si no lo has hecho, mentirme como tantos otros... y si te vas con el viento, si soy viento, aun así, no irnos juntos.

Quién entiende a este corazón, que aun muerto, quiere seguir hablando.

Quién entiende a este corazón, que aun muerto, quiere seguir amando.

Se despide,

Un corazón latente