Capítulo 2: Hora de Cortarse las Venas

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Tomo un plato que contenía varias frutas y se lo arrojo a papá. Él lo esquiva y continúa persiguiéndome.

-¡Ven ahora mismo, Kendall Taylor! -. Grita detrás de mí.

-¡Lo siento papá! -. Respondo sin dejar de correr -. ¡Es sería contraproducente!

Llegué hasta el jardín y corrí hacia el guardia lo más rápido que pude.

-¡Abre la maldita puerta! -. Le grité antes de llegar a él. Pero al percatarse de la presencia de mi padre, no a abrió.

Sentí unas manos fuertes tomándome por detrás, y a pesar de mis intentos por liberarme, no lo conseguí.

Papá les indicó a sus guardaespaldas sujetrame y llevarme a mi habitación. Entramos en ella, y antes de dejarme en la cama, muerdo la mano de un guardaespalda, provocando que suelte un grito.

-¡Ah! -. Gritó -. ¡Me mordió! ¡La pequeña mocosa me mordió!

-¡Pequeña tu verga, idiota! -. Le respondí en un grito mientras todos los guardaespaldas salían de la habitación y me dejaban a solas con mi padre.

Papá parecía enojado, verdaderamente enojado. Me miraba lleno de ira y caminaba en la habitación de un lado al otro.

-¡Kendall Audrey Taylor Harries! -. Vociferó -. ¡Maldición Kendall! ¡Estoy harto de ésto! ¿¡Me oíste!? ¡Harto! -. Gritó -. ¿¡De verdad pensaban escapar por la ventana!?

-Y sobornar al guardia... -. Susurré para mí misma, pero al parecer él me oyó.

-¡Y sobornar al guardia! ¿¡En serio!? -. Me miró perplejo.

-En mi defensa, él siempre me ayudaba a escaparme a fiestas... -. Puse mi barbilla sobre mi puño.

-Dios mío... Recuérdame despedir a Jerry... -. Se llevó una mano a la cabeza.

Se paseó unos segundos más de lado a lado en la habitación. Casi era cómo una bomba de tiempo.

-¡Ya no soportaré más ésto! ¡Ya no más! -. Exclamó -. ¿Quieres ser una rebelde? ¡Te trataré cómo tal! Si... Eso haré... -. Lo miré extrañada.

-¿Qué quieres decir con eso?... -. Pregunté ya asustada.

Él sólo se limitó a reír, para luego retirarse sin decir una sola palabra.

Mierda... Ahora que haría...

Sin duda, mi Plan B no había funcionado. Tendría que pasar al Plan C. El problema estaba en: ¿Cuál era el Plan C?. No tenía un Plan C, se supone que mi Plan B funcionaría, maldición...

¿Y qué significaba aquella risa? ¿Qué le sucedía a papá? Su actitud me llena de nerviosismo. Sólo Dios sabe que castigo loco y extremo me pondrá ahora...

Pasaron las horas, y lo único que podía hacer, era pensar. Y odio pensar, siempre lo odié, y siempre lo haré. Miles de ideas y recuerdos vienen a mi cabeza, ideas y recuerdos que sólo trato de apartar de mi pensamiento.

Tomo mi teléfono y tecleo rápidamente un mensaje:

WhatsApp

Kendall:

Mi niña, te necesito. ¿Estás ahí?

Sin respuesta...

Veo la pantalla de mi teléfono durante diez minutos... Pero nada... Absolutamente nada...

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⏰ Última actualización: Jul 18, 2017 ⏰

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