[F I N]

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Dos chicos se encontraban en un sótano en una casa. Esos dos chicos, obviamente tenian nombre, Michael Mell y Jeremy Heere, quienes estaban despiertos a las tres de la mañana con ropa de escuela.

Después de que el Squip fuera removido (bueno, no del todo) de la mente de Jeremy, volvieron a ser amigos. Claro, después de una disculpa apropiada por parte de Jeremy, slushies incluidos.

Aunque Michael nunca le contaría de sus aventuras en el baño de la ya muerta casa de Jake.

Se encontraban tirados en el sofá viejo de Michael, intentando ver una manera de pasar el nivel diez de "Apocalypse of the Damned", ya que ese nivel era incluso más difícil que el anterior. No hablaban mucho, excepto por un par de risas y bromas. No hasta que Jeremy murió por recibir una paliza de un montón de vampiros y Michael fue tirado por un acantilado y el juego volvió a la pantalla de inicio.
Ambos suspiraron con exasperación , y decidieron tomar una pausa del juego.

Jeremy se estiro, y se pasó una mano por el cabello, mientras que miraba la televisión, intentando adivinar cómo pasar el nivel.
Michael tomo su tiempo para observarlo. Sus ojos claros tenían bolsas, pero abajo de estas habían un par de pecas casi invisibles. Eran quince, Jeremy le dijo una vez. Su cabello estaba desordenado, pero un desordenado que parecía normal conociéndolo. Su camiseta tenía una mancha vieja de una quemadura circular. Jeremy decía que era porque estaba planchando, pero Michael recordaba que era porque le puso el porro en la camiseta por accidente. Su chaqueta y sus tenis eran nuevas, pero eran de su característico color azul, similar a tantas otras cosas que tenia.
Michael se enfocaba mucho en los pequeños detalles de su mejor amigo, e involuntariamente sonrió. Jeremy lo noto casi de inmediato.

—¿Que?—pregunto, sonriendo de vuelta, con una expresión medio confusa. Michael se encogió de hombros, sin mirarlo.— ¿Tengo algo? —Michael negó con la cabeza y se mordió los labios, buscando las palabras correctas. Se arregló las gafas casi caídas antes de contestar.

—Creo que te extrañe.—murmuró mirando al suelo y luego a Jeremy, quien se sonrojó un poco. — Mientras no estabas- ya sabes, eh, cuerdo. —la pálida mano de Jeremy se posó en su hombro, y lo apretó un poco. Michael no se sentía triste, al menos no completamente. Estaba feliz que su mejor amigo estuviera ahí, con el.—

— Vamos, —Jeremy puso su otra mano en el otro hombro de Michael, haciéndolo voltear a verle.— fue estupido de mi parte hacer eso. No debería haberte dejado, y fue muy egoísta de mi parte creer que si te ignoraba Christine me prestaría atención, y al final solo terminamos siendo amigos y- –

—¿No es tu novia?— Michael abrió los ojos como platos, mientras que Jeremy soltó una risita, soltando a su amigo— ¿De te ríes?—

—Michael, Christine es lesbiana.–

—Qué. —

—Fue algo incómodo.—explicó Jeremy– dijo que después de darse cuenta de que le gustaban las chicas se forzaba a esconderlo y a esperar a que se le pasara y todo eso. — no parecía triste por Christine, sino feliz por ella. Michael decidió anotar mentalmente que tenía que chocarle los cinco cuando la viera— Me dijo que lo sentía y ahora somos solo amigos. —Se encogió de hombros.—

—Mierda.—murmuró Michael— ¿No te sentiste mal? Es decir, te gustaba mucho. —Michael recordó todos esos momentos donde lo interrumpió para hablarle de Christine. Aunque realmente nunca hablaba a fondo sobre ella. Solo decía que le gustaba, así que probablemente no la conocía lo suficiente para estar mal por mucho tiempo.

Jeremy no dijo nada, solo negó con la cabeza. —Es que creo que me pasó lo mismo. — Sus ojos estaban fijados en sus tenis, y sus mejillas se coloraron rápidamente. Michael observaba confuso. Los ojos claros de Jeremy miraron lentamente a Michael antes de abrir la boca para hablarle.

— Creo que me gustas. — La voz de Jeremy sonó débil, y Michael pensó que quizá estaba imaginando lo que dijo. Sentía latir su corazón y como su cerebro paró de funcionar. ¿Era real lo que pasaba? ¿En serio?

Al no recibir respuesta, Jeremy se levantó rápidamente y rio nerviosamente. — Yo... Ehm, yo... Lo siento, tengo que ir- me tengo que ir a... a mi casa— tartamudeo, casi tropezándose al dar unos pasos hacia la puerta. Michael, quien aún no reaccionó hasta unos segundos después, se paró del sofá lo más rápido que su mente en shock le dejó hacerlo.

—¡Jeremy! — el grito sorprendió al castaño, quien se dio la vuelta para mirar a Michael. Sus ojos marrón claro estaban cristalizados y jugaba con sus dedos con nerviosismo que Michael había visto y sentido antes.

— No fue nada, solo lo dije por impulso, ya arrui- —mintió Jeremy, quien se interrumpió a si mismo por estar notablemente a punto de llorar. Se compuso lo más rápido posible e intento ver a su amigo a los ojos. — Lo siento mucho, ya arruine- ya arruine tod– Fue interrumpido por Michael, quien puso su mano en su boca para que dejara de hablar, la cual inmediatamente se topó con una de las lágrimas de Jeremy, quien lo miro con sorpresa, balbuceando una disculpa.

—No debí haber reaccionado así, soy tan idio- —
—¡También me gustas!— exclamó Michael, quitándole la mano de la cara. Jeremy estaba completamente rojo (y sorprendido) y Michael podía sentir sus mejillas ardiendo. — ¡Me gustas desde primaria, Heere, y no has parado de gustarme desde hace mucho! — Se acercó a Jeremy, sin pensar lo que hacía. — Y no pienso que- eh..— Michael perdió toda la adrenalina de su confesión y sintió cómo se avergonzaba de haber dicho tantas cosas de la nada. La cercanía a Jeremy que tenía en ese momento era casi mortal, no sabía que hacer. Se dio cuenta en aquel momento lleno de tensión que efectivamente era más alto que Jeremy.

—¿Puedo...?—La suave voz de Jeremy lo volvió a la realidad, y sin saber a qué se refería, Michael logró asentir.

Inmediatamente Jeremy lo besó y Michael, siendo Michael, continuó el beso, colocando sus manos en las mejillas de su mejor amigo que ahora era su pareja. Jeremy tomo las manos de Michael y las apretó suavemente, hasta que cortaron el beso.

Se miraron mutuamente, y Michael río un poco. — He querido hacer eso desde hace años— susurro, con una sonrisa que Jeremy le devolvió.-

—Estas pendejo.—Jeremy bromeo, mirando a otro lado, con cara de tonto enamorado, y Michael alzó una ceja, dándole un suave golpe en el hombro.
—¿Quien beso al pendejo, tu o yo?— ambos rieron, y con toda honestidad, Michael y Jeremy se sentían bien después de mucho tiempo de mantener cosas secretas.

Eran felices juntos y no les faltaba nada más.










//este está más gay. de nada

Michael in the Bathroom; BMCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora