cap 7

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***Sungmin***

Luego de haberme pasado todo el camino de la casa a la escuela escuchando la música irritante de Kyuhyun, llegamos al colegio a un tiempo aceptable, para que después de haber entrado al estacionamiento, Cho Simio Kyuhyun  aparcara su auto en su "lugar privado". Pero qué chico tan creído era.

Cogí mi mochila, la puse sobre mis piernas y me puse a pensar: tenía hambre. Bastante. Joder, esto me pasaba por no desayunar. Pero para qué mentir... El desayuno que me había ofrecido la madre de Kyuhyun parecía vómito de... de... de rana. Sinceramente asqueroso.

Mi estómago rugió por el hambre y volteé para ver si Kyuhyun había escuchado el rugido de león provocado por mi falta de comida. Pero no. Sólo estaba ahí, lamentándose en silencio mientras golpeaba su cabeza contra el manubrio del auto.

Eso era masoquismo. Rodé los ojos al ver el infantil comportamiento de Kyuhyun, y, como si estuviera leyendo su mente, comprendí que estaba así por el hecho de no saber qué decirle a sus amigos. Eso y que susurraba para sí mismo: "mi popularidad, ¡noooo!". Y lo entendía. Claro, que alguien se enterara de que Kyuhyun el asombroso había estado en el mismo auto que Sungmin el tonto nerd debía de ser humillante para él.

Suspiré y pensando en un tiempo récord una buena excusa para que le dijera a los demás, le di la respuesta a sus problemas.

-Tu omma te pidió que me llevaras, si no lo hacías te castigaría. Te lo pidió por asuntos personales. Conozco a tu madre porque mi madre era amiga de ella en la universidad. Las demás preguntas que te hagan... no sabes las respuestas- dije fríamente haciéndolo quedar sorprendido y... sorprendiéndome a mí a la vez. Joder, sí que era astuto. Me aplaudí mentalmente y luego, viendo el asombrado rostro de Kyuhyun, le dije cortantemente...-No hablamos en la escuela por nada del mundo, ¿no?- y dicho esto de mi parte, escuchándome terriblemente pesado, salí de su auto cerrando la puerta con un fuerte portazo.

Y ese era Lee Sungmin, damas y caballeros.

Entré por las grandes puertas principales de la escuela y me encontré con el famoso Donghae, el chico más egocéntrico de toda la escuela. Pensando que me ignoraría como solía hacer la mayoría del tiempo, si es que no estaba ocupado insultándome, seguí de largo hasta mi salón.

Pero no fue como lo había pensado. Al pasar a su lado, sentí claramente la zancadilla de parte suya en mi tobillo, haciéndome tropezar ridículamente a la vez que mi mochila caía al suelo. Maldito estúpido. Cuánto odiaba que me hicieran esto. Me levanté con dificultad y cogí mi mochila bruscamente antes de dirigir mi mirada hacia el.

-¿Qué?- dijo el inocentemente- Deberías tener más cuidado- comentó haciéndolo ver como un simple consejo del momento y siguió charlando con sus dos perros falderos. Me sentía venenoso insultando mentalmente a esos chicos, pero sinceramente ese día no estaba de humor. No desde que me había enterado de que tendría que pasar dos semanas y media con un simio retrasado.

Seguí mi camino hacia mi salón, cuando al llegar y sentarme en mi asiento, noto que el llavero que me había regalado mi madre, no colgaba del cierre de mi mochila. Mierda y más mierda, ese maldito llavero se lo había regalado mi abuelo a mi madre antes de fallecer, y ella me lo había entregado a mí con el pensamiento de que yo lo guardaría responsablemente.

Dejé mi mochila tirada sobre mi silla y caminé rápidamente hasta el lugar donde me había caído "accidentalmente". Lugar donde también pudo haber quedado el llavero en el suelo.

Estaba a punto de llegar cuando, por andar tan distraído del mundo exterior y tan concentrado en el maldito llavero, choqué con alguien. ¿Quién? No tenía idea. Sólo sabía que llevaba unos vaqueros, unas chaqueta de cuero y.

Viviendo con el nerd Donde viven las historias. Descúbrelo ahora