BLUE NEIGHBOURHOOD ━ YOONSEOK

talk me down

hoseok, realmente lo lamento.

me tomó por sorpresa la muerte de tu padre. lo admito, creo que lo odiaba, sin embargo era tu padre, y su muerte te lastimaba.

iba caminando casi sin sentido al funeral, mientras recorría el trayecto acomodaba la corbata en mi cuello.
no lograba comprender el motivo por el cual asistía al entierro. tú me habías dejado, desde que te vi con aquella mujer no me habías buscado en absoluto.

y ahora estoy yendo hacia ti, arrastrándome para consolar tu aflicción.

cuando llegue no habían muchas personas. frente a mí estabas tú, y a tu lado la chica con la que te encontrabas la otra vez.
sin embargo no me viste, estabas cabizbajo llorando mientras ella acariciaba tu hombro para reconfortarte.

te veías destrozado, hoseok. casi no lograba reconocerte.
habían ojeras oscuras bajo tus ojos, tus labios estaban secos y no había un rastro mínimo de tu hermosa sonrisa.

en estos momentos quería dormir a tu lado, volver a casa contigo, consolarte e intentar hacerte sentir mejor. yo te necesito, hoseok, sabes que no se puede confiar en mí ni en mi sombra de las horas nocturnas. sólo deseo someterme ante tus palabras, porque sé que así me sentiré seguro.
sólo deseo tomar tu mano, quiero sentir que somos uno mientras entrelazamos nuestros dedos, quiero acariciar tus nudillos, quiero sentir lo cálido suave de tu mano.
quiero estar cerca de ti, quiero sentirme real, quiero darte motivos para seguir.

la chica que se encontraba a tu lado en un momento ella bajó sus manos, y entonces tu entrelazaste tus dedos con los de ella. eso me cayó tan mal, me hizo pedazos.

el agarrarnos de las manos, para nosotros era especial, eran un símbolo muy grande entrelazar nuestros dedos como los hacíamos. sin embargo ahora lo hacías con ella.

entonces lo recordé, soy un tonto. sentí que sobraba allí, no quería causarte un disgusto.

comencé a caminar por el cementerio cuando me fui, acariciando los barrotes de acero mientras pensaba en lo doloroso que debe ser esto para ti. imagino los momentos con tu padre reproducirse en tu cabeza, haciéndote llorar demasiado.
no quiero que llores, hobi, yo quiero que sonreías. quiero ver tus hoyuelos marcarse en tus mejillas, y tu perfecta dentadura cuando estás feliz.

vuelvo a repetirlo: lamento la muerte de tu progenitor, en serio.
porque aunque haya sido un borracho que te haya golpeado, era tu padre, y yo estaba consiente de lo mucho que lo amabas.

y tú eres muy bondadoso, dudo que tengas alguna especie de rencor hacia él.

examiné el lugar, había un viento gélido y el clima estaba nublado. perfecto para acompañar mi soledad.
me senté en una de las escaleras que había allí, estaba completamente tieso y sumido en mis pensamientos.
en un segundo comenzaron a reproducirse imágenes en mi cabeza, de nuestros recuerdos, de lo que vivimos juntos.

en un segundo sentí una mano tocar mi hombro, me asusté y giré mi rstro rápidamente para ver de quién se trataba.

entonces te vi. me levante de mi lugar para poder verte mejor. seguías siendo tan hermoso a pesar de que lágrimas estén rondando por tus mejillas como un río, seguías teniendo el mismo rostro angelical de siempre.

en ese momento me quedé congelado, no sabía qué hacer.

es decir, ¿qué seguía? ¿ignoraba todo lo anterior y simplemente te besaba? ¿te abrazaba? ¿me pedías perdón y luego me decías que me amabas?

me mirabas fijamente, y yo me puse nervioso así que dirigí una de mis manos a tu mejilla para acariciarte. te veías conforme a mi demostración de amor, lo cual me alegró mucho.
necesitaba besarte, en serio, sin embargo me limité a posar mis manos sobre tu pecho. intenté ignorar mis nervios para poder mirarte a los ojos también. logré mantener contacto visual unos segundos, ya que luego se asomaron lágrimas hacia tus ojos.

tomé tu nuca y te atraje fuertemente hacia mi hombro mientras con la otra me limitaba a acariciar tu cabello. luego tus manos se aferraron a mi cintura.

tal y como fue la tarde en la que tu padre nos vió.

acaricié tu espalda mientras tu me estrechabas más contra tu cuerpo.

estabas tan triste, seokseok, tan dañado. no dudé en intentar darte todo el calor posible para hacerte sentir mejor.

nunca me había gustado que sufras, nunca quise verte mal, yo siempre quise y sigo queriendo lo mejor para ti.

te lo mereces, siempre fue así, sin embargo últimamente estabas tan apagado.

mi sol, ¿qué te está pasando?

sin embargo no fue eterno, ya que cesé mis caricias cuando pude ver a la chica con la que antes estabas mirándonos mal.

yo tragué saliva mientras tú te separabas. cuando la viste entrecerraste tus ojos rápidamente.
luego me miraste a mí, e hiciste una mueca triste.
hoseok, ¿acaso pensabas volver a dejarme?

—quédate conmigo... —susurré.

tú negaste con la cabeza, y acariciaste mi mano con la tuya para luego mirar hacia ella. bajaste las escaleras y fuiste a su lado.

yo no sabía qué hacer, así que te seguí unos pasos hasta bajar los pequeños escalones.

ella te dijo algo, estaba furiosa. tomó tu brazo fuertemente y te jaló para alejarte de mí.

me miraste una vez más mientras ella casi te tiraba a las rastras de ahí.

la escena volvía a repetirse, como cuando éramos pequeños. pero ahora no nos separa tu padre, nos separa esa mujer.

hoseok, ¿por qué no hiciste nada?
ahora tenías la posibilidad de desistir y elegir, ya no eras un niño como para acatar órdenes.

tú querías quedarte conmigo, pude notarlo en lo cristalino de tus ojos. sin embargo te alejaste, te fuiste, te apartaste.

pero, ¿quieres saber qué me dolió más? que hayas intentado irte de este mundo sin si quiera avisarme.