BillDip Challenge

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Mabel suspiró con melancolía desde su lugar mientras observaba como su hermano y su novio comían frente a ella. Mabel era consiente de las manos entrelazadas por debajo de la mesa y de como aveces Bill o Dipper tomaban algo de comida y se la daban en la boca al otro. Además, claro, de las constantes sonrisas, miradas y besos en la mejilla.
Mabel deseaba tanto el poder tener algún día un romance como aquel... ¡Literalmente hacían de todo juntos! Bill leía junto a Dipper los libros nerds de este sin quejarse, ambos paseaban por el bosque constantemente tomados de la mano, y Dipper soportaba las muchas fotos que a su novio se le daba por tomarle o los dibujos de él que este hacía.
Ignorando las miradas de Ford, Stan y Mabel, los dos tórtolos salieron de la cocina luego de terminar de comer y Mabel, dispuesta a espiarlos un poco, los siguió hasta el techo de la cabaña.
Una vez ahí ambos se sentaron bajo el cielo del crepúsculo que teñía todo de un color naranja rosado y lo observaron, aún sin soltar sus manos.
—¿Sabías que mi constelación favorita es la Osa Mayor? —dijo Bill, observando como el sol se escondía tras las montañas y el cielo se teñía poco a poco de puntos blancos, mismos que le recordaban a Dipper a las pecas de Bill que tanto le gustaban.
Dipper soltó una pequeña risita.
—No me lo imaginaba —ambos se miraron por largos segundos sin decir nada, sólo comunicándose con la mirada.
—No se que sería de mi si no hubieras aparecido en mi vida, Mason Pines. Eres la constelación brillante que apareció en mi noche sin estrellas.
Oh, ahí iba de nuevo. Concurso de frases cursimente poéticas, una de las cosas que más entretenía a Mabel en sus espionajes diarios a esa peculiar pareja.
—Tu eres el brillante color amarillo que le faltaba a mi neutral vida en blanco y negro.
—¿Ah, sí? Pues tu eres...
—Ya cállate y bésame —interrumpió Dipper, que se encontraba desde hacía largos segundos observando los labios de Bill.
Este sonrió y sólo cumplió el capricho de Dipper, acercándose a besarlo. Ambos disfrutaron del sabor a vainilla y chocolate de los labios del otro durante segundos que bien para ellos pudieron ser milenios.
Se separaron lentamente y se sonrieron el uno al otro.
—Te amo —dijo Dipper.
—Te amo —dijo Bill. Volvieron a mirarse y soltaron leves risas.
Bill volvió a mirar el cielo, ya lleno de estrellas, y Dipper lo imitó.
—Las estrellas me recuerdan a tus pecas, me gustan.
—Tus ojos me recuerdan al chocolate derretido, me gustan —respondió Bill a las palabras de Dipper.
—Podría tratar de enumerar las cosas que me gustan de ti y nunca acabaría.
—Yo lo diré simplemente, todo tu me encantas.
Y de nuevo las miradas. Mabel no se cansaba de ver esas miradas de amor que se dedicaban el uno al otro cada 5 segundos.
—Vaya que estoy en problemas... —murmuró Bill, admirando cada detalle del rostro de Dipper— me enamoré del ángel más hermoso de todo el maldito cielo.
—A este ángel le gusta estar enamorado también del demonio más atractivo del multi-verso.
Y las sonrisas. Las sonrisas de tontos enamorados tampoco podían faltar, según creía Mabel.
Volvieron a guardar silencio hasta que Dipper comenzó a tiritar de frío y soltó uno de esos adorables estornudos de gatito que Bill amaba. Este, chasqueando los dedos, apareció una manta y abrazó a Dipper contra si mientras los cubría a ambos con aquella manta. Dipper de inmediato se acurrucó contra el pecho de Bill y este lo rodeó con sus brazos.
—En serio que te amo —dijo Dipper, mientras seguía mirando a las estrellas.
—En serio te amo también —dijo Bill, quitando el pelo de la frente de Dipper y besando su marca de nacimiento.
—Bill... —Dipper se giró un poco para mirar a el contrario, el cual de inmediato le prestó atención—. ¿Me prometes que estaremos siempre juntos? ¿Aún cuando... cuando yo moriré un día? —Dipper agachó la mirada.
Bill lo tomó del mentón y lo hizo que lo mirara directamente a sus ojos dorados. El nuevo color favorito de Dipper, el dorado.
—No es necesario que lo prometa, porque ya es un echo que lo estaremos. Aún si mueres un día, esperaré siglos por ti hasta que regreses, no importa si tengo que enamorarte de nuevo.
—Pero, ¿y si no lo logras? ¿Y si no logras enamorarme de nuevo?
—Lo intentaré, no importa cuantas veces tenga que hacerlo. No dejaré que me arrebaten a mi constelación así de fácil ahora que llegaste a darle luz a mi inmortal y tonta vida.
—Pero... —Dipper dudó y evitó la mirada de Bill.
—Pero nada —Bill volvió a besar a Dipper—. Te dije que lo conseguiré, aún si fallo y caigo 100 veces en el camino se que al final cuando lo logre estarás tu ahí, para ayudarme a levantarme y curarme los raspones que me hice en el proceso.
—Eso basta para mi —Dipper volvió a sonreír y ambos se acomodaron, mientras seguían admirando el firmamento y su espía soltaba un suspiro.
Como envidiaba a su hermano, ella también quería una relación así de melosa.

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Aquí compensando la falta de actualización de el cadáver del novio con esto xD sólo tengo que decir... Gracias a Sharon por este reto xD
Btw, gané, hice el BillDip más meloso que pude.

¡One Shot's BillDip!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora