Bill.

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Era un día más en la cabaña del misterio para todos los que estaban ahí. Esta estaba cerrada ya que era domingo, pero pese a eso Wendy y Soos estaban ahí.
¿La razón? Fácil, desde que los gemelos misterio se habían mudado ahí al cumplir los 18 ahora esos 4 salían siempre a divertirse como en los viejos tiempos.
Estaban los 4 juntos en la sala, a punto de irse. O así era hasta que tocaron el timbre y Mabel luego de decir un alegre "¡Yo voy!" Corrió a abrir.
Regresó después de unos segundos y dijo:
—Dipper, te buscan.
—¿A mi?—Dipper frunció el ceño.
—Sí, un chico—Una sonrisa se formó en el rostro de Dipper al imaginar de quien se trataba y salió disparado a la puerta. Los otros tres se miraron entre ellos para después salir corriendo también a espiar de quién se trataba.
Dipper llegó a la puerta y se sorprendió al ver a un peliazul de piel clara y pecas.
—¿Will?
—Hola Dipper...—murmuró por lo bajo este.
—¿Qué haces aquí? ¿Pasó algo?—añadió al ver los ojos rojos y llorosos de Will.
—... Bill está muerto—soltó sin más, ahogando un sollozo.
Dipper dio un paso atrás, repentinamente pálido.
—Es... Es broma, ¿no?—Dipper forzó una risa—. Dile a Bill que no es divertido.
Will no contestó.
—Will... Dime que es una broma...
De nuevo no contestó.
—¡Will Cipher, dime que estas bromeando!
Nada más que los hombros de Will sacudiéndose en una clara señal de su silencioso llanto.
—Will...—los ojos de Dipper se llenaron de lágrimas mientras este apretaba los labios, conteniendo un sollozo—... ¿Qué pasó?
—Otro demonio lo...—Will apretó también los labios.
En ese momento, Dipper se dejó caer al suelo de rodillas y dejó que las lágrimas cayeran mojando sus mejillas.
—Esto no puede... Él no pudo...—tartamudeó Dipper entre el llanto.
—Lo siento—susurró Will con pesar.
Dipper comenzó a llorar con algo más de fuerza.
—¡Dime que no es cierto, Will!—exclamó entre sollozos, elevando la voz—. ¡No puede ser cierto! ¡Él no...!—la voz de Dipper se rompió y el se cubrió el rostro con ambas manos mientras comenzaba a sollozar.
Segundos más tarde, Will lo abrazó y se unió a su llanto.
Los tres espías, preocupados, salieron de su escondite y se acercaron con cautela.
—Dipper...—Mabel habló, vacilante, escuchando el llanto desconsolado de su hermano—¿qué sucede?
Su única respuesta fueron más sollozos. Los tres ahí presentes decidieron esperar a que los llantos cesaran un poco, así que se quedaron en silencio hasta que ambos chicos comenzaron a amainar sus sollozos. No fue necesario que nadie hablara, todos se dirigieron a la sala, era obvio que había una explicación que dar.
Dipper se sentó en el único sillón disponible, el que solía ocupar su tío cada que había una maratón de pato-tective o trasmitían su película favorita, la duquesa dice sí; Will se mantuvo de pie a su lado, con la mirada baja, mientras los otros 3 estaban de pie frente al sillón.
—¿Y bien?—Mabel no quería presionar a su hermano estando este así de destrozado, pero realmente le desesperaba no saber que estaba sucediendo con él.
—Yo...—Dipper soltó un suspiro, mirando a un punto fijo en el suelo mientras empezaba su relato—. Hace un tiempo, Bill regresó. Pero lo hizo con forma humana, y con sus poderes reducidos—Dipper dio a todos una mirada rápida para indicarles que no interrumpieran—. Comenzamos a salir, y...—de pronto sus ojos se llenaron de lágrimas que se negaban a salir y una sonrisa nostálgica se instaló en su rostro—, él era demasiado lindo y detallista conmigo, siempre se preocupaba por mi antes que por él—Dipper soltó una leve risa cuando un recuerdo llegó a su mente—. Pero bueno, ahora él... Él ya...—Dipper sintió un nudo en su garganta y comenzó a llorar de nueva cuenta. Will, notando que no podía continuar su relato, puso una mano en el hombro de Dipper a modo de apoyo y decidió seguir él con la explicación.
—Mi nombre es Will Cipher, Bill es... Era, mi hermano mayor—Will tragó duro—. Él realmente quería mucho a Dipper, nunca lo había visto así por nadie... Se que mi hermano les hizo cosas malas, pero... Cambió. Cambió por Dipper.
—Si, claro—replico Wendy, sarcástica.
—De verdad lo hizo, amaba a Dipper.
—¿Bill amar a alguien? Eso debería de verlo para creerlo, después de todo era un demonio sin sentimientos y cruel...—Dipper se levantó de golpe, apretando los puños a sus costados y ahora con lágrimas también de rabia bajando por sus mejillas.
—Estaré en mi habitación—murmuró entre dientes antes de ir prácticamente corriendo escaleras arriba.
Will lo miró irse con algo de pesar y luego miró a Wendy.
—Si dices que tienes que verlo para creerlo entonces está bien—Will chasqueó los dedos, inmediatamente el escenario cambió y fue reemplazado por un bosque, claramente, el de Gravity Falls.
Wendy, Soos y Mabel abrieron la boca sorprendidos mientras Will suspiraba.
—No podemos interferir de ninguna manera, sólo son proyecciones del pasado; ahora miren—Will apuntó a una dirección en la cual todos miraron.
Ahí había un chico, alto y de cabello rubio, con pecas y ojos dorados, muy atractivo. Estaba recargado en un árbol, de brazos cruzados y aparentemente pensando hasta que una voz lo llamó.
—¡Bill!—Dipper se acercó sonriente al rubio, el cual sonrió igualmente al escuchar su voz y verlo.
—Pine Tree, creía que ibas a dejarme plantado.
—Sabes que no haría eso—Dipper soltó una risita ante el puchero de Bill.
—Bueno—Bill tomó a Dipper de la cintura y lo atrajo hacia él, para seguidamente mirarlo a los ojos y dejar un suave beso en sus labios—, te extrañé. Estas dos semanas sin verte fueron una tortura.
—Dímelo a mi, el tío Stan y el tío Ford se pusieron estrictos con el castigo... Aunque fue tu culpa que llegase 3 horas tarde.
—¿Y porqué mía?
—Porque tú—Dipper tocó el pecho de Bill— fuiste quien organizó esa cita, razón por la cual perdí la noción del tiempo y llegué a la cabaña a la 1:00 am.
—Vamos Pine Tree, se que te gustó todo lo que hice.
—Fue encantador—ahora fue Dipper quien dejó un suave beso en los labios de Bill—. Pero por eso los tíos me castigaron 2 semanas.
—Cómo sea—Bill se separó un poco para poder tomar la mano de Dipper—. Vamos, tenemos que recuperar el tiempo perdido.
Dipper sonrió antes de reafirmar su agarre en la mano de Bill y comenzar a caminar junto a este.
Will, mirando todo, les indicó a los otros 3 con un gesto que lo siguieran antes de empezar a caminar igualmente.
Unos minutos después, Bill y Dipper se detuvieron frente a un enorme árbol hueco, con una gran abertura en el tronco de este. Desde fuera parecía un tronco normal, pero una vez Dipper y Bill entraron por la abertura está pareció tragárselos.
Will avanzó y a su lado los demás también lo hicieron, entraron igualmente por la abertura, encontrando un lugar más amplio y vivo de lo que se suponía debería de haber estado siendo eso el interior de un árbol hueco.
El lugar era demasiado espacioso, con focos de color entre anaranjado y amarillo colgando de las "paredes" del lugar dando una iluminación muy colorida. También colgaban de las paredes varias fotografías que parecía habían sido tomadas con una cámara instantánea, cada una era de Bill y Dipper juntos en diferentes lugares y poses. En unos rincones había unos libreros abarrotados de libros, en otro había un escritorio con más libros apilados descuidadamente y varias hojas sueltas ahí esparcidas. En el fondo de todo, había una gran cama con cortinas de seda blancas y sábanas de color rojo, en la cual, sentado con la espalda recargada en la cabecera de la cama estaba Bill, con Dipper sentado igualmente y recargando su espalda en el pecho de Bill.
Dipper sostenía un libro abierto en su regazo mientras que Bill jugaba con su cabello castaño, la gorra de Dipper descansando a un lado de ambos.
Los dos se mantuvieron en silencio unos minutos hasta que Bill habló, sacando un sonrojo leve y una sonrisa a Dipper por sus palabras.
—¿Te das cuenta que hace dos semanas que no te digo que te amo?
—Hace dos semanas también desde la última vez que te lo dije yo a ti—Dipper sonrió leve.
—Bien, entonces te amo—Bill besó el cabello de Dipper.
—Yo igual te amo—Dipper se giró un poco para besar la mejilla de Bill. Ambos se sonrieron y se miraron a los ojos, sólo quedándose perdidos en la mirada del otro. Parecía que sólo mirándose podían saber que pensaba el otro.
Will, decidiendo que ya era suficiente tanto para él al ver a su hermano ahora muerto como para los demás al ver el amor en los ojos de Bill cada que veía a Dipper, chasqueó los dedos de nuevo, desapareciendo la escena y reemplazándola de nuevo con la sala de la cabaña del misterio.
—Aceptasen a Bill o no con esto, les pido que lo piensen. Él de verdad cambió, y así como él amaba a Dipper, Dipper lo amaba también. Ahora Dipper necesita el apoyo de todos, así que por favor, sean comprensivos con él.
Todos intercambiaron miradas y soltaron un suspiró unánime.
—Iré a buscarlo—Mabel subió al ático rápidamente, aunque así como subió de rápido así bajó—. Dipper no está.
Will hizo una mueca y se adelantó a la puerta de la cabaña.
—Creo saber dónde está—todos siguieron a Will una vez este cruzó la puerta, caminando un rato en silencio por el frondoso bosque hasta dar con un árbol hueco, el mismo que habían visto antes.
Sólo que ahora Dipper estaba parado junto a la abertura, acariciando la corteza del árbol y mirando dentro de el hueco negro con tristeza. No se volteó, pero sintió cuando todos llegaron, aunque nadie habló por minutos.
—Esta era nuestra guarida... Supongo que ahora, sin la magia de Bill, no volverá a abrirse. —Dipper suspiró.
Will mordió su labio y se acercó a Dipper.
—Yo... Podría abrirla, si quieres. Creo que puedo hacerlo.
Dipper le sonrió de manera leve y le dio una mirada de agradecimiento a modo de respuesta, siendo esto suficiente para que Will se concentrara e intentase abrir la entrada, seguramente sellada con algún tipo de magia de su hermano.
A Will le tomó unos minutos, pero finalmente lo logró y le dio una mirada a Dipper, el cual entendió y se apresuró en entrar por aquella enorme abertura. Los demás dudaron un segundo, pero finalmente lo siguieron.
Dentro, Dipper miraba todo con los ojos vidriosos. Se acercó a una de las paredes y miró con cariño las fotografías que colgaban de estas.
—A Bill le encantaba la fotografía —Dipper soltó una risita—, nunca logré hacer que soltase su cámara— Dipper admiró las fotografías unos segundos antes de dirigirse a uno de los libreros y pasar su mano distraídamente por los lomos de los libros— . Solía traerme libros de varias dimensiones diferentes, él sabía que me encantaba que lo hiciera.
Nadie contestó nada, de alguna manera, sentían que eran intrusos en un momento íntimo, pero a la vez sabían que Dipper quería compartir eso con ellos. Había guardado por mucho tiempo un secreto, un secreto que lo hacía feliz, y ahora había decidido que quería que dejase de ser un secreto.
Dipper se acercó por último al escritorio, tomando uno de los libros ahí apilados, de pasta dura y de color amarillo obscuro y miró la portada, que no tenía ni título ni autor.
—Bill nunca dejó que leyera estos libros, supongo que porque se avergonzaba de ellos y de que yo los llegase a leer, pero sé que en realidad él los escribió todos. —Dipper volvió a dejar el libro en su lugar con cuidado—. No te preocupes Bill, no los leeré si no quieres—murmuró.
—Dipper —comenzó Mabel, algo insegura de si decir lo que tenía en mente o no—... Tu querías demasiado a Bill, ¿no?
—Lo amaba —Dipper asintió, mirando un punto fijo perdido en la pared.
—Entonces supongo que habría aceptado a mi cuñado encantada —Mabel le sonrió a su hermano, el cual le devolvió el gesto, sólo que aún con la tristeza surcando sus ojos.
«Tus ojos son del color del chocolate derretido, me gustan. Los míos no son tan bonitos, son incluso raros entre demonios»
Las palabras de Bill llegaron a la mente de Dipper en cuanto este vio los ojos alegres de su hermana, del mismo color que los suyos. Apartó la mirada y la fijó en una fotografía, más precisamente, una de él y Bill por la noche, sonriendo y con las estrellas de fondo.
«Creo que soy el demonio más afortunado al tener a la constelación más brillante y hermosa a mi lado»
Dipper frunció los labios, mirando ahora en dirección a Will.
«Te presentaré a mi hermano menor, seguro se caerán bien, tienen varias cosas en común y son algo parecidos... Pero claro, tu eres más lindo»
Dipper suspiró. Todo le recordaba a Bill. 
—¿Me dejarían sólo un momento?— pidió Dipper, sin girarse a mirar a los demás. Todos asintieron y salieron del lugar. Una vez sólo, Dipper se acercó a la fotografía que más le gustaba, una que había tomado Bill cuando ellos comenzaron a salir.
La tomó con cuidado y retrocedió hasta la cama, abrazando la fotografía.
—Te extrañaré —fue lo único que murmuró Dipper, pues lo demás sólo fueron sollozos.

¡One Shot's BillDip!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora