De su cuerpo emanaba sensualidad pura,
ella era el anheló de muchos hombres y mujeres, deseosos de probar todo aquel erotismo.
Cada palabra que de sus labios salía, eran una promesa...
¡Era puro Eros!
Le llamaban puta. Ella solo sonreía. Su sonrisa perversa que decía:
¡Oh! Lo soy, y no sabes cuánto disfruto de ello.
Para ella el placer era su religión, dejaba que solo los más creyentes se acercarán a disfrutar de la gloria que les daría.
A unos los condenaba a las cadenas eternas de desear más y más...
A otros los llevaba al éxtasis cuántas veces quisiera...
Unos decían que estaba loca, que estaba enferma... ¡Ninfomana! Le gritaban, te condenaras en el infierno...
Ella solo reía, una risa sensual que recorría cada terminación nerviosa de quién la escuchaba, luego les respondía: ¡Yo soy el infierno, soy la tentación, soy la lujuria, soy la gloría... Y si disfrutas de mi un día, jamás escaparás... Desearás más. Mis encantos te atraparán y solo vas a desear que sea la puta ninfómana que una vez ofendiste! Así de hipócrita sois.
Era el pecado, uno puro e irresistiblemente tentador... Por aquellas piernas se libraban batallas y por aquellos labios se condenaban almas.#fragmentosdeterciopelo
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Fragmentos de Terciopelo
PoetryPoemas cortos, que tienen como objetivos llegar al alma de las personas sensibles o perversas. Las almas que disfrutan tomar un buen vino o besar una tersa piel, a las que les gusta llorar o suspirar.