Fragmento 3

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Cada poro de mi piel
pedia a gritos el rose de  su cuerpo.
Cada espació,
cada punto sensible
anhelaba el recorrido de sus labios.
Mi boca,
deseosa por perderse
en la infinidad de la suya,
mis ojos querían conectar con su alma.
Estaba ardiendo de deseo.
Mis pezones sensibles
solo pedían el roce de su lengua...
Estaba perdida,
el infierno y el cielo se habían apropiado de mi cuerpo
convirtiendome en lujuria,
en puro fuego...
Quería volar,
caer una y otra vez en
el universo de sus caderas.

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