La hija del hombre y la noche.

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El ambiente era deprimente, el aire se sentía frío golpeando su piel que intentaba calentar con el viejo suéter que le habían regalado doscientas lunas atrás.

Sus ojos miraban cada detalle,desde las pequeñas deformidades de las rocas bajo sus pies hasta los arreglos de flores y luces he habían en el ataúd de la pareja del Alpha.

La Luna se alzaba con todo su esplendor en el oscuro cielo nocturno, todos estaban callados por la pérdida de la consorte de su Alpha, no era mi especie no debía sentir pena por ellos pero Brunnet siempre...

La vampiro mira a los demás licantropos y se aleja en silencio, debía alimentarse o quedaría débil, la luna roja era una señal de apareamiento para los licantropos pero ese enfrentamiento había arruinado esa noche de...¿Caricias?
No es que allá estado participando en la actividad sólo sabía de ello. Christopher había mandado a un escuadrón para seguir  a los vampiros que habían asesinado a su esposa, había querido ir con ellos pero Christopher había ordenado que me quedara en el refugió.

Brunnet siempre cuidaba de ella cuando algunos licantropos habían querido atacarla y ahora estaba muerta y era de esperarse que no se quedaría de brazos cruzados mientras sus asesinos huían¿No?

Agarró la el cinturón lleno de fundas de armas, desde dagas de las más pequeñas hasta m18 y otras armas junto a balas de plata.

Llevaba estacas y más cosas para sus lindos amigos, agarra el largo cabello en una coleta y se ajusta la gabardina de cuero.

Treparba por los árboles saltando de uno al otro haciendo el menor ruido posible, los veía caminar, fríos y elegantes.

Me dejo caer y todos la miran con los ojos rojos, se lanzan para atacarla y logra esquivar esos golpes que no se veían por la velocidad de cada uno, no podía darse a golpes con cada uno, tenía armas y eso evitaría que le saquen todo el jugo y termine como flopis desinflado.

Uno de los golpes llega hasta mi cadera y siento mis huesos romperse por la fuerza de su impacto, recargo la pistola de balas de hierro que llevaba grabado algunos signos religiosos.

El cae hecho cenizas, miro al único que seguía tranquilo caminando por el camino lleno de tierra y pastos.

—Imagino que no sientes nada al matar a los de tu especie ¿O si?—

Recargo el arma y los casquillos en el suelo hacen que el paisaje pierda su paz.

Camino hasta donde estaba el y susurro cerca de su oído..

—No siento nada y no sentiré nada al desprender tu cabeza de tu cuerpo.

El vampiro ríe y lleva todo su peso sin previo aviso golpeando contra uno de los árboles de ese inmenso bosque, había oído el sonido de la madera crujir bajo el potente golpe.

Ella le muestra los colmillos en señal que estaba dispuesta a pelear, no habría tregua.

Lleva su puño al vientre del vampiro pero este agarra su mano antes del impacto y la tuerce en la posición incorrecta sin poder evitarlo grita de dolor, siendo mitad humana y vampiro hacia que su regeneración sea lenta, sus ojos toman un color verde mostrando su lado vampirico, levanta la rodilla para estrellar la en la entre pierna del vampiro.

—Maldita puta—gruñe el—

Me suelto de su agarré y me apresuró a sacar una daga para lanzarla a su pecho pero el mal nacido la esquivó.

Sin previo aviso agarra a la mestiza del cuello con la fuerza necesaria para separar su cabeza de su cuerpo.

—Lamentaras el día en el que te uniste a esos perros—Escupe con odio.

Licantropos y NeófitosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora