Licantropos y Neófitos

¿Adonde se fue Rave?

Isabella.

No podía dejar de pensar en el, sus manos sobre mi cuerpo, la forma en que pasaba sus manos expertas en dar placer se paseaban por mi cuerpo, como el habia...¡Te odio!

Su cuerpo quería a Gareth...ya habían pasado seis días desde esa noche, habían ido a ver un enorme castillo abandonado cubierto de rosas.

Había sido raro, en especial todos los dibujos que habían ahí, no habían señales de Rave desde hace días ¿Qué le había pasado?No habían ataques de supuestos animales o gente desaparecida.

Gareth empieza a jugar con el móvil, la habitación estaba en silencio hasta que las puertas se abren y Khaden entra con una sonrisa pícara en los labios.

—¿A que se debe la sonrisa de bobo?

—Nah...sólo estaba viendo una pelí.

Gareth lo mira con el ceño fruncido y empieza a echarse en el sofá, mira con curiosidad a Khaden.

—Por casualidad¿No sabes donde está Rave? El neófito que te mencioné.

—¿Y yo que voy a saber? Ni siquiera se su cuenta en Facebook.

Gareth suspira y se lanza sobre su primo quien lo tira al sofá y se lanza sobre el.

—¿Cómo se está comportando mi primito, princesa?

Gareth gruñe molesto pero Khaden le pone un cojín en el rostro.

—Nah..quédate sobre el, tal vez así me libró de el.

Khaden suelta una carcajada pero se levanta y agarra una botella de alcohol y sonríe como idiota.

Gareth se agarra el estómago y empieza a quejarse, Khaden se va de ahí con una sonrisa y agarrando una botella de cristal.

Una vez los dos solos Gareth sonríe maquiavélico haciendo que un escalofrío delicioso, conocía el juego que Gareth y eso la incita a jugarlo también.

Isabella se inclina dejando ver el escote de la camiseta, Gareth la mira con interés pero ella se levanta y se va caminando hacia el tocador.

Una vez ahí se lava las manos después de hacer lo que tenía que hacer. Gareth aparece en el marco de la puerta con una sonrisa pícara. El se acerca y me toma de la cintura de una forma posesiva que me pone tensa.

—Se lo que estás haciendo y me encanta, Isabella.

—No hago nada, ahora deja de invadir mi espacio.

—Te resistes y eso me encanta, pero no puedes seguir así por mucho¿no?

Su voz estaba poniendo mi estómago como las jodidas montañas rusas de Disneylandia.

El tenía razón, si fuera por ella ya se habría entregado a el pero la vampiro en su interior mostraba resistencia, odiaba ser humana.

—Te recuerdo que los neófitos no necesitan recibir placer de formas carnales, si lo que quiero es placer podría salir a matar algo.

—Tu teoría se equivoca mascota, te digo por experiencia y tu no eres un neófito al cien.

—¿Y tú que sabes? Sólo matas a los de mis especie y lo haces por diversión.

—Tu eres el mismo casó, matas a vampiros y te pones en su contra y los matas por placer.

—Eres despreciable, yo lo hago porque no tengo opción.

—Desde que tu dueño se fue a dormir ya puedes hacer lo que se te de en gana, Christopher ya no está aquí.

—Uy...que te odio.