Licantropos y Neófitos

Eres mío MANZANITA

Khaden.

Rave estaba sentado agarrando una manta, llevaba unos pantalones negros y una camiseta gris, era obvio que la verbena había salido de su sistema.

El sol impedía que el escapara.

—¿Cómo está hoy mi manzanita?

—Fuiste ingenioso con las luces ultravioleta, admito que es  sorprendente.

—Bueno te traje algo de comer.

Le pasó una botella con sangre que el abre y mete un dedo el cual se lo mete a la boca.

—¿crees que te envenenaria, cariño?

—Entonces ¿Porque sabe raro?

—Pues no es de animales, un hombre empezó a donar sangre especialmente para mi manzanita.

Los ojos de Rave se oscurecen y bebé de la botella con inseguridad, una gota se escapa y empieza a deslizarse por su mentón.

Khaden camina hacia el neófito que empieza a retroceder hasta chocar con la cama metálica, limpio esas gotas de su rostro y sus ojos lo miran alerta.

Agarró su rostro y beso sus labios rojizos y succióno su labio inferior haciendo que Rave cediera a las caricias que le proporcionaba, en los últimos días Rave había cedido a mi.

Levanto su camiseta para ver su abdomen muy bien trabajado, me inclino para besar su abdomen, el intenta alejarse pero se lo impido, estábamos avanzando, antes solo eran besos ahora serían caricias.

—Créeme que no me gusta tenerte aquí...si dejarás que te hiciera mío te sacaría de aquí Rave...

—Y-yo...

¿A quien engañaba? No podía tener sexo con el si ponía esa cara tan inocente, pero si quería hacerlo.

—Mañana te llevaré a un lugar especial ¿okay?

—No pienso tener sexo contigo..

—Yo estaba pensando en salir a mostrarte Moscú pero si quieres quedarte aquí para que podamos...

—Está bien, mañana.

—Duerme manzanita, mañana iremos a divertirnos.

Rave rueda los ojos, era obvio que no dormía, los neófitos no tenían la necesidad de hacer lo a meno que quisieran hacerlo.

Deja un beso en su cabeza y le deja para irse.

Salgo de la celda de manzanita y subo las escaleras, en el Sur nadie lo encontraría así que ahí estaba a salvo.

Rave.

Estar ahí era confuso, quería irse por que si no lo hacía Alucard me mataría pero estar con Khaden no era tan malo.

Intento mandarle algún mensaje a Alucard pero la celda estaba hechizada por alguna bruja, el sol se va y las luces ultravioleta se encienden «estúpido»

Agarró uno de los barrotes y mi piel empieza a calentarse hasta quedar quemada, podía dormir...en fin ya nadie me lo impedía y no había gran cosa que hacer.

Cada día era lo mismo, levantarse, pararse, esperar la botella de sangre, intentar salir «fracasó total», intentar comunicarme con mi jefazo y sentarse a esperar el día siguiente.

Me echo en la cama y empiezo a jugar con la llave que tenía en la pequeña cadena que siempre llevaba, normalmente Katy jugaba con el mientras Kilo empezaba a arañar las camisas del armario.

Katy era mía y no en el sentido sexual, la había rescatado cuando apenas tenía unos meses de nacida, desde que Mercy fue asesinada Kilo siempre estaba a mi lado.