Capitulo 1: Corazon que no siente.

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Día: Martes 7 Mes: Marzo Hora: 21:14 Pm Año: 2006

Tengo mucho sueño. En mí habitación, solo, sin nadie, en una oscuridad profunda en cual solo una vela te alumbra. Estudiando, mientras se escucha los ruidos de una pelea interminable entre mí madre y padre, el dolor cae por el sendero de mí corazón, las lágrimas quieren salir pero son ocultadas por la esperanza de que todo acabara.

Sentado frente del escritorio que tengo en el cuarto, a un lado mío la cama desarreglada, aun teniendo las lágrimas de la noche anterior. A unos cuántos metros de mí, a la derecha, una estantería de mis libros preferidos, lastima, no podre leer ninguno de ellos o almenos no por el momento, Se dejaba oír el cantar del cielo, enfrente mío, en la ventana se visualizaba las lágrimas que dejaban una visión borrosa de la calle, la naturaleza tiene sentimientos y ahora los esta de mostrando.

Terminando la tarea impuesta por mi madre, decidí tomarme un momento para calmar el agotamiento. Me pare de la silla escuchando los fuertes alaridos de mis familiares, me dolía... Me dolía escucharlos pelear. -Es mi culpa- Dije en voz baja con lágrimas en los ojos-. Pero no podría hacer nada. Me quede paralizado viendo la linda vista de las gotas golpeando mi ventana esperando a que les abra el paso y le de el permiso de su entrada a la habitación.

Primera Planta: Comedor.

-¡¿Y que quieres que haga?!. Mierda, ¡Elio solo es un niño!- Exclamó Cesar ya un tanto molesto por la situación acontecida.

-¡Ese niño como tu le llamas pronto se convertirá en un adulto, tiene que esforzarse, tengo que ser estricta!. ¡¿Es tan difícil de entender!?- Dijo la madre dando un golpe un tanto fuerte en una mesa de madera que tenia a pocos metros a la derecha.

-No niego lo que dices, pero también tiene que divertirse, se la pasa hablando solo, casi nunca sale de su cuarto, no tiene amigos, ¿es eso lo que quieres para el? ¡¿es eso lo que quieres para nuestro hijo?!- Exclamo intentando que entre en razón, al parecer solo hizo que se molestara aún mas de lo que ya estaba, se sentía que las llamas de su interior querían ser sacadas, querían arder como nunca ardieron, pero... Se contenía.

-¡¿Y que hay de malo con eso eh!?- Un silencio profundo inundo el comedor, se notaba la hipocresía en el aire.

Se podían escuchaban las gotas caer en el pavimento de la oscuridad.

-¡¡El no necesita amigos, el tiene suficiente con su tutor!!, ¡¿para que quiere salir?!, ¡si le doy todo lo que necesita!-Dice mientras baja poco a poco su tono de voz.

El Caer del SolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora