- ¿Lo escuchaste? Dicen que el otro día estaban la secretaria del jefe y ella juntas, y no parecían sólo amigas.
-¿En serio? ¿Esa mujer asquerosa que se acostó con el jefe para obtener ese puesto de trabajo? Wao, es cierto las personas cortadas por el mismo patrón acaban juntas. Pero, ¿Cómo sabes que no son sólo amigas?
- Porque esas dos zorras caminaron juntas de la mano, ¡a un love hotel! ¿te lo puedes creer? ¡En plena luz del día! ¡Qué vergüenza de seres humanos!
-¿Cómo puedes llamarlas "personas"? Me repugnan. ¿Por qué esas "cosas" no pueden suicidarse y así no hacer del mundo un lugar peor?
Ebba terminó de grapar los últimos documentos de la carpeta, y se estiró desde su silla. Tove aún miraba con ciertos rasgos de odio marcados por su rostro, obviamente dirigido a sus para nada queridos compañeros que echaban mierda de ella.
-¿Cómo puedes dejar que hablen ese tipo de cosas de vosotras? ¡No estáis haciendo nada malo! ¡No tienen ningún derecho de meterse en tu vida personal y decir ese tipo de gilipolleces sólo porque no les caes bien!- Protestó, haciendo el máximo intento de aguantar las ganas de golpearlas.
- Sé lo que la gente dicen de mí. También sé lo que la gente dicen de ella.- Dejó de ordenar las cosas de su mesa por unos momentos y miró fijamente con una sonrisa al chico que se encontraba sentado a su lado.- No importa si todo eso es verdad, sólo la quiero saliendo conmigo. – Clickeó en el botón de guardar.- Los rumores son sus únicos amigos. Esparcir esa mierda es lo único que les prende. Puedo ver como sus ojos se expanden. – Con un cuidado y elegancia extrema, se levantó de la silla y se preparaba mentalmente para salir de allí sin llamar más aún la atención, si es que se podía.- Además, ellos no pueden creer que la llevé a casa. – Tomó su maletín y salió del edificio sin borrar su sonrisa.
-Vas a caer en una trampa. Ella luce como el tipo de carta loca. Por algo será que nadie cerca de ella la quiere.- Masculló en un tono lo suficientemente bajo como para que Ebba no lo escuchase.
-¿Dijiste algo?
-No, nada interesante.
Ebba se encogió de hombros y tomó el autobús. Tras varias paradas, se levantó del sitio que había encontrado milagrosamente libre y se bajó delante de una cafetería, donde podía ver perfectamente a la chica por la que se le caía la baba.
-Ella es tan ardiente... - Tragó saliva ruidosamente, revisando que estaba todo en orden en su cuerpo y mente.
- Tampoco es como para que te vaya a dar una erección por ella, ¿no?
- En realidad ya la tengo.
Tove la miró incrédulo y suspiró.
- Nada excepto una mente sucia...
- Hablando de mi novia-todavía-no-novia, podrías...
- ¿dejaros a solas? Claro, gracias por abandonarme otra vez. Esta ya es la vigésimo novena vez que me lo haces en el mes. Pero da igual, ¿no? Simplemente vete a divertirte con ella.
- ¡Gracias Tove! Eres el mejor.- Irradiando felicidad, entró al edificio, y se sentó junto a ella. Se la veía claramente feliz, comparado hacía un mes atrás, donde lo único que tenía en su cabeza era el ascenso tan importante que necesitaba. Comparado cuando llegó él, es más feliz, junto a la secretaria.
Una punzada de dolor cruzó la cabeza de Tove, dejando de oír por unos segundos, y también ver. Como decía él, un ruido blanco apareció en su cabeza. Pero esta vez era diferente. En unos momentos que le pareció eternos al chico, creyó que estaba desapareciendo, poco a poco, borrándose de aquella realidad en la que vivía. Se acercaba su ida, su adiós.
Miró de cuenta nueva al escaparate, observando como Ebba explotaba en risas, y machacando su corazón con una mano. Arrancó el problema desde la raíz, pero, de alguna manera debió hacerlo mal, porque había perdido sus años de vida aún por ver.
-Tú sí que me das una erección, tú, manojo de perfectas imperfecciones con errores y lecciones no aprendidas. – Se tragó las lágrimas irreales, y se dio la vuelta, marchando a un lugar, sabe quién donde.- Tú, que estás sucia por dentro, que simplemente te quedarás sin nada excepto tu orgullo, sólo porque quieres salir con ella.
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Imaginary friend #CloudAwards
NouvellesEbba sólo es una chica común y corriente que no se va a dejar pisotear por nadie. Y por mucho que el mundo sea una mierda, lo tiene a él, que la hará soñar, por siempre. -No sé, yo supongo que es como una voz en mi corazón, recordándome que no hay n...