Con el pasar de los años todos los de la clase 3°A habían cambiado un poco, ya fuese en aspecto o personalidad. Si se hablaba de comportamiento la mención más destacada era Bakugo, pues a pesar de que cuando se enfadaba su carácter seguía siendo muy explosivo, se había vuelto más sereno y calmado a la hora de tratar con la gente que apreciaba o de ser héroe; aunque en general todos habían madurado bastante gracias a todo lo vivido con la liga de villanos y similares. Si, por el contrario, se hablaba de aspecto físico ya habían más personas a destacar como por ejemplo, en el lado de los chicos, Midoriya, Todoroki y Kirishima, el primero a parte de crecer bastante se había dejado el pelo un poco más largo y portaba una diadema amarilla, el segundo también se había dejado crecer el pelo hasta los hombros y se lo recogía en una pequeña coleta y el tercero había vuelto a color de pelo negro natural pero había conservado las puntas rojas; en el lado de las chicas estaban Momo, que se había cortado el pelo a media melena y lo llevaba suelto, Uraraka y Jirou, las cuales se habían dejado el pelo largo y la última además se había hecho mechas tipo californianas de un morado más claro que su color natural. Había bastantes más cambios, sin embargo eran menos notables.
Era viernes. Faltaban apenas un par de horas para que regresaran a la residencia en la que llevaban conviviendo desde primero, esa misma residencia que dejarían en un par de meses tras su graduación; minutos después de que comenzara la clase Aizawa-sensei entró tras tocar a la puerta, a pesar de que él no era quien les impartía la asignatura. El héroe se aclaró ligeramente la garganta antes de posar su mirada cansada en Yaoyorozu, ignorando la estupefacción del resto de la clase por su repentina aparición.
—Lamento la interrupción pero vengo a por Yaoyorozu, hay alguien que quiere hablar con ella —anunció el profesor.
Momo le miró preocupada antes de contestar.
—¿Ha pasado algo malo, Aizawa-sensei?
—Creo que no, pero ha venido un familiar a verte. Vamos.
Yaoyorozu se levantó, todavía con una sensación desagradable en el cuerpo, y le dedicó una mirada a Jirou para calmarse, su mejor amiga correspondió el gesto sonriendo levemente. La todavía subdelegada salió de la clase jugueteando con sus manos, nerviosa. Aizawa y ella no hablaron mucho durante el camino, el primero porque notaba los nervios de su alumna y la segunda porque la noticia de que un familiar suyo estaba en la Academia se le hacía demasiado extraña.
Caminaron hasta la sala de profesores, pues era la única sala vacía a esas horas dado que el único al que no le tocaba dar clase era al propio Aizawa. El héroe tocó a la puerta antes de abrirla y se asomó.
—Señor Yaoyorozu, su nieta ya está aquí.
Aizawa lo dijo con su típico tono cansado, sin embargo, no se le pasó la reacción de Momo. Vio pánico en la cara de la futura heroína. El plan inicial era irse al patio y dejarlos hablar tranquilos, no obstante, pensó que lo mejor era quedarse cerca. Yaoyorozu no solía para nada actuar así.
—Yaoyorozu, estaré fuera si me necesitas —le susurró a su alumna, ella asintió levemente. El viejo empresario no lo escuchó.
Aizawa se retiró, mas, como le había prometido a Momo, se quedó cerca de la sala.
~*~
Usui Makoto era un hombre ocupado, en el instante en el que Overhaul cayó había pasado a ser, automáticamente, el yakuza más importante de todo Tokyo; además, desde que su padre le nombró como el nuevo líder del clan, quince años atrás, había consagrado a los Usui como la mejor familia con la que los empresarios y políticos corruptos podían hacer negocios. Yaoyorozu Gin era el más importante de todos ellos, por eso el casamiento de su hijo mayor con la nieta del empresario era tan crucial.
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Sombras azules
FanfictionLa clase A ya ha llegado a tercero, han pasado por infinidad de peligros y han combatido a cientos de villanos, han fortalecido sus lazos tras momentos felices y momentos desgarradores. Sin embargo, a sus casi 18 años, siendo ya prácticamente profe...