-Justin ¡mira! -apunté explotando de risa.
-¿Conejos follando? ¿Eso es divertido?.
-¡Dios, sí! -hice una pausa- Quiero ese conejo, se parece a ti.
-¿Un dios del sexo?
-Más bien como un animalito indefenso.
-No es gracioso. Yo soy rudo. Un machote.
-Eres indefenso -dije recalcando indefenso sílaba por sílaba-. Pareces una chica a veces.
-¿Me estás diciendo gay?
-Te estoy diciendo tus verdades. Acéptalo. Tienes facciones de mujer.
-Pero anoche te gustó bastante besar a esta mujer -sonrió apuntándose.
-Oh cállate niñita, acompáñame a comprar el conejito. -dije entrando a la tienda.
-Uh si, espera un momento -Thrift shop sonaba por los parlantes de su celular- entra a la tienda -dijo viendo el celular- te alcanzo luego.
-Si, como sea -grité desde adentro.
Entré a ver que conejito elegiría y me decidí por uno blanco con los ojos grandes. -Hola, quiero un conejito -le dije a la anciana que atendía.
-¿Cuál quiere?
-El blanco con ojos gigantes -reí y lo apunté-. Este.
-Claro, gran elección -me guiñó un ojo-. Ven, te haré los papeles.
Resultó ser que el conejito era conejita y yo no sabía que nombre ponerle mientras lo observaba.
Lo toqué y empecé a acariciarlo cuando escuche que Justin grita, no me había dado cuenta de que los conejitos estaban en la ventana en la cuál se podía ver todo.
Me pegué a la ventana y logré escuchar algo. Justin estaba de espalda y tenía la mandibula apretada.
-¡Joder, no! Te prometo que si lo hice. -
¿Hacer qué?- me ha costado un poco, esa tía es terca -¿hablaba de mi?.
-Cariño toma los papeles y la jaula. La conejita es toda tuya.
-Uh si, gracias -respondí desconcertada- que tenga buena tarde. Salí de ahí y me encontré a Justin guardando el celular en su bolsillo.
-¿Con quién hablabas?
-Con... Uhm... Un amigo.
-¿Sobre qué?
-Nada importante.
No le creía una mierda.
-No importa, ya tengo mi conejita ¡mira!
Se lo mostré sacándola de la jaula.
-Oh, que linda, ¿cómo le pusiste?
-No sé cómo.
-Podrías ponerle Leah.
Y recordé a mi mejor amiga de nuevo, la extrañaba tanto. Al momento en que vio mi cara, se arrepintió de haberlo dicho.
-Morena perdón, y-yo no quería...
-No Justin no importa -respondí negando con la cabeza- esta bien, creo que Leah es perfecto para ella.
-Lo siento, se que no debí mencionarla.
-Ya, déjalo. Será mejor que invites el almuerzo, porque me estoy muriendo de hambre.
-¿Te gustan las hamburguesas grasosas y las papas fritas?.