Lord Garden nunca había tenido buena mano escogiendo mujeres, y su padre, el Marqués de Gales, tampoco había acertado eligiéndolas para su hijo.
La primera vez que contrajo matrimonio fue en el año 1871 con Lady Idunn, hija del Conde de Randers, un adinerado noble de raíces danesas. Ésta era considerada por la sociedad como una de las damas más bellas de la alta nobleza; sus ojos grises acompasaban el tono pálido de su tez, con lo que su largo y ondulado cabello castaño resaltaban en su rostro. Ella era esbelta y alta, pero nunca sobrepasaba a ningún hombre en altura; de otro modo nunca podría haber contraído matrimonio.
La joven pareja se trasladó a la residencia Plas Newydd, donde vivieron unos hastiosos diez años tratando de traer al mundo un heredero. Al fin, en el diciembre de 1882, en el invierno más frío que se recuerda en toda Gran Bretaña, Idunn dio a luz a un hermosa niña. Decidieron llamarla Elsa, haciendo honor al nombre de la madre de Idunn, hacía años fallecida.
La joven dama había heredado un hermoso y brillante cabello rubio y ondulado gracias a su padre; y cuyos hermosos ojos azules lo captaban todo con curiosidad.
Pero Lady Garden no pudo disfrutar de la infancia de su hija, ya que a los dos meses del parto, Idunn murió debido a una infección.
Lord Garden y Elsa le guardaron luto durante nueve meses, aunque continuaron acudiendo a todos los eventos a los que eran invitados o requeridos.
Pronto, en el Baile Musical que organizaban los hermanos McGaffin, el Lord conoció a una encantadora dama escocesa, de nombre Elinor, con la que casó dos meses después.
Al año siguiente, en el segundo cumpleaños de Elsa y por el que decidieron organizar un gran festejo, anunciaron el estado de Lady Garden, felizmente encinta.
En octubre de 1884 nació una preciosa niña de cabellos rojizos y lacios, adornando a la perfección su rosado rostro y enmarcando sus grandes ojos color plata; a la que llamaron Rose.
Se organizó una celebración que duró una semana, en la que hubo todo tipo de manjares y diversiones.
Este enlace duró cinco años más, cinco cortos años llenos de alegrías y diversiones por doquier. Pero la diversión no podía durar eternamente. Invitados a la boda de Lord Vandler, allá en la profunda Inglaterra, unos bandidos atracaron su carruaje, raptando a su mujer. Su búsqueda duró dos pesados años, hasta que se dieron por vencidos y guardaron el luto establecido durante otros nueve meses.
Mientras tanto, las niñas crecían en un entorno frío, falto de un amor maternal. Su padre bien podría haberlas dado todo su cariño, pensaréis; pero se encontraba realmente ocupado acordando otro casamiento, continuando con su esperanza de criar un niño varón que heredara sus riquezas.
Con lo cual, Elsa y Rose pasaron su infancia fortaleciendo sus lazos y jugando entre las faldas de sus criadas.
En 1888 Lord Garden contrajo matrimonio por tercera vez gracias a Lord Vandler, quien le presentó a su sobrina, Lady Clara, una duquesa con posibles y un busto con el que había conquistado a más de media Inglaterra.
Era una mujer francamente agradable y a quien las dos damitas acogieron estupendamente. Era la madre que siempre habían querido; dulce, cariñosa, atenta, la que jugaba con ellas en el gran jardín, aquella que llamaba al sastre cada domingo para encargar vestidos nuevos, la que las acompañaba a todas las celebraciones en lugar de su padre, la que las enseñaba a bailar y a montar a caballo, aquella que las daba un beso en la frente cada noche.
Pronto, con la entrada de la nueva década, el Marqués de Gales y abuelo de Lady Elsa y Lady Rose murió en un accidente de caza. Lady Clara les brindó un apoyo incondicional en tan duros momentos, mientras Lord Garden se mantenía ocupado arreglando su testamento, convirtiendose así a él y su esposa en Marqueses de Gales.
El entierro se sucedió al sexto cumpleaños de Lady Rose, el cual lo celebraron de luto en su gran residencia, con un festejo algo apagado y falto de ánimos. Sin embargo, un rayo de sol iluminó fugazmente sus caminos: la reciente Marquesa de Gales estaba encinta.
Toda la sociedad estaba sorprendida con el también reciente Marqués de Gales, que a sus casi cuarenta años de edad había logrado encintar a tres mujeres diferentes, dando un envidiable resultado. Cosa de la que él se enorgullecía tremendamente, y por la que las damas de la corte no dudaron en aletear sus pestañas hacia él más de la cuenta. Pronto se vio envuelto en agradables y divertidas noches bajo las faldas de cualquier condesa, duquesa o marquesa cuyo escote fuera de su agrado.
Al mismo tiempo, Lady Clara se ocupaba de la residencia, los pagos a los criados, cocineros y ayudantes, de que el jardín estuviese cuidado, sus damitas bien atendidas y educadas, recibiendo y contestando invitaciones a galas y festejos, cuidándose de cualquier sobreesfuerzo a causa de su estado... Mientras dudaba de que su esposo pudiera tardar tanto en sus reuniones con los lores.En 1892 nacieron dos cálidas muchachas en el cuarto de Lady Clara, en el cual su esposo no se encontraba. En las últimas semanas Lady Clara había estado sufriendo unas terribles fiebres y Lord Garden se encontraba en una reunión con un vizconde irlandés.
Marian y Flora fueron las adorables niñas que se unirían a la familia, cobrándose, sin embargo, la vida de su adorada madre. Las duras fiebres no ayudaron en su largo y doloroso parto, al cual el delgado cuerpo de Lady Clara no resistió y murió minutos después de que sus matronas se encargaran de sus dos bonitas hijas. Sin embargo, tuvo tiempo de despedirse de sus dos bellas flores, como le gustaba llamar a Elsa y a Rose. Estas, con el alma desgarrada, no la abandonaron hasta la llegada de su padre a la residencia.
El marqués no mostró emoción ninguna, y endurecido con los años, ni siquiera guardó un luto decente. Algunos rumores corrían por la corte de que el Lord estaba maldito, embrujado o ambas cosas. No era posible ni entendible que toda mujer a la que desposaba acabara muriendo irremediablemente. Otras malas lenguas susurraban entre las clases bajas que era él el responsable, provocando la muerte de todas ellas.
En vistas de que su padre no buscaba más casamientos, Elsa quedaba ahora como primogénita, heredera y regenta de la residencia. Con tan solo 10 años de edad, nuestra damita se ocupaba de acompañar a las cocineras al mercado y elegir los manjares, encargarse de que el jardín estuviese siempre floreado y bien cuidado, encargarse de que unos cuantos maestros educaran a sus hermanas como era debido, vigilar a los mozos encargados de los establos, llevar al día el servicio, organizar algún que otro festejo y cualquier otro desperfecto que no pasarían por alto sus grandes y tristes ojos azules.
Buenaaaasss jovenaaasosss!!! Primer capítulo de mi primera novela histórica! Espero de corazón que les guste, por favor comenten y voten todo lo que quieran, estaré encantada de oír sus pensamientos.
Lo quiero mucho!!!!!
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Big Girls
Historical FictionCinco hijas, fruto de los desafortunados matrimonios de Lord Garden, marqués de Gales. Cinco preciosas muchachas, que, viviendo bajo la sombra de su libertino padre y difunta madre, sobrellevan como pueden la vida en la corte. Viajes, amantes, eleg...