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3:00 am, no puedo encontrar nada de lo que ya sé, intento buscar lo más que puedo, Angel lleva encerrada días en su habitación, por lo que Chris viene después de clase para no estar tan solo, en verdad me preocupa no saber nada de ella, ver este ambiente tan serio y... ¿triste? No lo sé.
Ignoré mis pensamientos para comenzar mi búsqueda, logré ver páginas llenas de teorías sobre la caída de Oregon Hall, indicaban que los experimentos realizados se volvían tan fuertes, que la locura fue consumiendo todo el lugar.
Después de buscar más profundamente llegué a una página con el título "El caso de Sarah" no se miraba tan confiable el sitio, pero de esto a nada prefiero abrirlo, al entrar parecía un blog, con el fondo negro y letras blancas, el documento habla sobre una niña del nombre Sarah, fue catalogada como una víctima representativa de Oregon Hall, cuando el lugar cayó en manos de la locura, tomaron a la paciente más joven para someterla a procedimientos y torturas inimaginables a modo de experimento, no pude investigar más porque me quedé dormido...

. . .

-¿Tommy? ¿¡Tommy!? ¡Arriba Tommy!-
Angella me sacudía y yo despertaba lentamente, mi cuello me dolía demasiado por dormir sobre el escritorio, lo froté un poco y me levanté, al ver a Angel a la cara me percaté de sus ojos hinchados, ¿Pero qué le pasó? salté un poco de la sorpresa.
-¿¡Qué te hiciste en los ojos!? ¿No te duele?-
Pasé mi dedo por debajo de sus ojos, solamente sonrío y tomó mi mano.
-Estoy bien, luego se me quita- dijo con una pequeña sonrisa.
Se la devolví y bajamos a desayunar.
A mitad de la comida, Angel interrumpió el silencio para darme una extraña noticia.
-Vamos a salir - dijo como si no hubiera estado días encerrada sin siquiera comer, levanté la mirada sorprendido hacia ella.
-¿Qué? ¿A dónde?-
-Pronto verás-
Además de la sorpresa, no podía evitar sentirme algo enojado con ella, estuve preocupado por días enteros sin saber nada de ella, para que después llegue como si nada a llevarme a algún lado, tuve que aceptar a regañadientes y finalmente irme.

. . .

Angella me conducía por rutas que no conocía, hasta llegar a un paisaje en realidad hermoso, rodeado de árboles y césped junto con un gran lago cristalino, los colores del cielo revelaban que pronto atardecería, se estacionó del otro lado de la calle y bajamos del auto para cruzarla, Angella no dijo ni una palabra, solo admiraba el paisaje mientras caminábamos, hasta sentarnos a la orilla del lago.
Estuvimos un rato mirando el sol esconderse entre los árboles, el ambiente relajado y misterioso me anunciaba como si Angel tratara de decirme algo, no pude esperar más por lo que yo comencé la conversación.

-...Es bonito este lugar- fue algo tonto, pero la verdad no tenía idea de que decirle.
-Lo sé- dijo sin despegar la mirada del atardecer.
-¿Cómo lo encontraste?-
-Investigué- ésta vez volteó a verme con una sonrisa, al parecer no era el único que se desvelaba investigando.
-¿Y...por qué vinimos aquí?- mi curiosidad era enorme.
-Scarlett dijo que es bueno un lugar relajante para despejar la mente-
¿Despejar la mente? ¿De qué? ¿Y por qué la sigue llamando por su nombre? Tantas dudas invadiendo mi mente, me encontraba tan confundido que ni si quiera pensé lo que dije
-¿Por qué la llamas por su nombre, y a papá también?- ella abrió sus ojos con sorpresa, jamás me había escuchado tan seco, al momento de reflexionar lo duro que fui también abrí los ojos como platos y cubrí mi boca con las mangas de mi sudadera tan roja como una parte del cielo en el atardecer, Angella al mirarme así apenas rió y volvió su vista a las nubes.
-Esta bien- dijo con un tono tierno, dándome a entender que podía preguntar y que de algún modo entendía mi curiosidad
Giró sobre su lugar y me miró a los ojos.
-Mira, Tommy, mamá y papá son palabras que como todas las personas, para mí no significan nada cariñoso ni lindo, decirles por su nombre es más...agradable para mí- me decía entre sonrisas y haciendo movimientos con sus manos, yo escuchaba atento mientras ella volvía  a desviar la mirada para después acostarse en la hierba con un enorme suspiro.
-Sabía que algún día preguntarías- sostenía su cabeza entre sus manos, yo me acosté en su abdomen, sobre su sudadera negra.
-¿Por qué nunca me lo dijiste? Pensé que nos teníamos confianza- le dije, ella despegó de su nuca uno de sus brazos y dibujaba líneas imaginarias en mis mejillas hasta la parte inferior de mis lentes.
-Porque no quería que me vieras distinto, o con lástima...- espero un momento y tragó saliva, después prosiguió.
-Pero ahora...creo que puede ser un buen momento, has sido muy amable conmigo y quiero que me conozcas completamente-
Yo la miré con una sonrisa llena de ilusión, me va a dejar conocer lo que fue antes de mi hermana, no me pude contener y la abracé con mucha fuerza.
-Gracias, hermana- susurré, ella correspondió al abrazo y nos quedamos así por un largo rato hasta que anocheció y volvimos, hoy fue un buen día, y espero que así sea siempre...

TrappedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora