3.-Un pequeño accidente

62 4 5
                                    

Después de convencer a Emma de que se uniera, en total saldremos ocho: Alàn, Sofia, Rachel, Victor, Daniel, Emma, Anna -quién resultó ser la amiga a la que Emma se refería- y yo. Los demàs chicos que saldrían con nosotros al final cancelaron por distintos motivos, aunque para ser sincero me agrada màs la idea de salir solo nosotros ocho.

Emma me ha estado mensajenado constantemente, pero solo pregunta por Luna y como se ha acoplado a su nuevo hogar.
Al parecer a Luna realmente le agrado mi casa, estando en casa me sigue a todas partes y corre por el pasillo aunque aún le cuesta un poco mantenerse en pie, a veses se tambalea y termina en el suelo, es muy grasiosa.

Terminandó de desayunar hice los deberes de el hogar como: lavar los platos, sacudir los muebles, recoger mi cuarto entre otros màs.
Tomé mi telefóno de la barra y revise la hora, todavía me quedaban dos horas mas antes de salir con los chicos, decidí tomar un baño antes de irme. Cargue a Luna conmigo a la segunda planta, la subí en mi cama y me propuse a tomar un baño, pero antes de poder entrar a la ducha mi móvil comenzó a sonar, cogí el teléfono y revise quién llamaba, pude ver que se trataba de Alàn.

-¿Que pasa Alàn? -contesté mientras me quitaba la playera.
-Nada en particular, solo queria decirte que ya voy a tu casa.
-Aún faltan dos horas para reunirnos, ¿Porqué vienes tan prontó? -comenzé a quitarme los pantalones hasta que quede en boxer.
-Llegare en 10 o 20 minutos, adiós -colgó ignorando mi pregunta.

Ese idiota a veces parese el mejor amigo que podriàs desear, pero a la vez es tan cortante y arrogante. Termine por quitarme todo y me metí a la ducha, se sentía tan bien tomar un baño después de hacer todos lo quehaceres de mi hogar, la sensación relajante de el agua tibia, por lo regular el agua caliente no me gusta prefiero el agua tibia o fría. Terminé de ducharme y coloque una toalla cubriendome la mitad de el cuerpo, me observe en el espejo y no es que sea un narsicista pero realmente soy atractivo, el agua escurriendo por mi cabello y unas ligeras gotas resbalandose desdé mi rostro por mi cuello hasta mi abdomen, mi cuerpo no es del todo musculoso pero si tengo los musculos de mis brazos bien marcados y mi abdomen esta lo sufiente tonificado, eso es debido a que antes solía practicar karate, pero opté por dejarlo. Mi rostro no està de mal ver tampoco, mis ojos son de un color gris bastante llamativo, mis facciones son casi perfectas, labios medianos, una barbilla fuerte pero a la vez fina y delgada, mi cabello negro de un largo normal y lasio era el juego perfecto con mi rostro. Después de analizarme por completo me di cuenta de que normalmente nunca antes me había revisado con tanta exactitud -ahora entiendo porque Alàn dice que soy un playboy- aunque realmente yo creo que lo que menos importa en una persona es su aspecto, es como "no juzgues ese libro por su portada."
Antes de salir de el baño escuche un ruido en el piso de abajo como si hubieran abierto la puerta de la entrada, seguramente debía ser Alàn, no podía tratarse de otra persona, ya que Alàn era el único con una copia de la llave de mi casa.

-Jonhy ¿Dónde estàs? - ese gritó termino de aclarar mis sospechas, en efecto se trataba de Alàn.
-Estoy en mi cuarto, ¡ya bajó! -le grite desdé mi habitación, comenzé a bajar las escaleras y me quedé en la penúltima recargado de la pared antes de bajar por completo. Él me observó con sorpresa y no entendía la razón de sus acciones, hasta que me di cuenta que aún continuaba con la toalla cubriendome la mitad de el cuerpo, pero ya antes me había visto asi y no parecía incomodarle, ademàs somos hombres.

-¿Porqué sales asi imbécil? -me dijo algo desconcertado, seguía sin entender su reacción, el hacia una especie de seña apuntando hacia un lado pero no podía ver bien lo que intentaba mostrarme haci que baje a el ultimó escalón para ver lo que intentaba mostrarme.
-¿Que haces? -me empujó hasia atràs para que volviera a mi posición inicial pero yo no le tome importancia y continué bajando las escaleras, hasta que pude ver porque reaccionaba así. Pude ver a Emma acercarse a nosotros procediente de el lugar que antes me señalaba Alàn, en cuantó me vió se puso mas roja que un tomate, bajo la mirada a el suelo y solo se quedó ahí parada como una estatua. Yo por mi parte intentaba reaccionar pero no podía de alguna manera me congelé por unos segundos, cuandó la impresión de verla ahí desapareció intente subir las escaleras pero en un movimiento bruscó por subir, mi toalla termino en el piso ¡JODER! Volví mi mirada a Emma y Alàn; por unos cuantos segundos Emma levantó la vista pero en cuantó se percató de mi estado pude notar como lo sonrojado de su cara se paso a sus orejas -¡NO ME MIRES! -grité completamente avergonzado Emma no era la única que estaba roja hasta las orejas yo sentía que me encontraba igual o peor que ella, rapidàmente ella volvió nuevamente su vista a el suelo.

El hilo rojo del destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora