Prólogo

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El día había llegado. El día que cambiaría mi vida. El día que nos marca a todos. El día que demostramos que va la facción antes que la sangre...

Me limité a remover la leche tibia con la cuchara mientras mi hermano se apresuraba en arreglarse. Alcé la mirada para toparme con la de mi padre y rápidamente la bajé hacia el cuenco.

—  Serena, no has dicho nada desde tu test de aptitud, ¿acaso no ha salido la facción que esperabas?

— James déjala, seguro que son los nervios. Por su cara deduzco que se quedará con nosotros en Cordialidad.

Tragué saliva y me limité a sonreír.

— El que está claro que no se quedará es Justin, ¿verdad? — observé como mi hermano se ajustaba la americana. Su rostro le delataba y es que estaba claro que él debía irse a Erudición. Mi madre contuvo las ganas de llorar. Verla así me partía el alma, y más sabiendo que yo no me quedaría en Cordialidad. Mi sueño siempre había sido formar parte de Osadía y ahora podía. Solo faltaba una cosa. Encajar. No llamar la atención de nadie. Ser una más. Porque si no descubrirían la verdad. Descubrirían que soy divergente.

ScarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora