Lazos

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Alana

Definitivamente soy una pervertida vieja rabo verde, que me pasa con mi alumno, por Dios es un niño de 19 años, pero cuando dijo mi nombre sonó como poesía y tuve un pensamiento pecaminoso, si lo tuve soy monstruo, pero es que es tan guapo y su cuerpo es el de un hombre aun que su rostro es juvenil pero se nota que esta madurando...mierda mierda Alana cálmate

— Alana sucede algo

— ¿he?, no nada porque

— Estas sonrojada

— Es que tengo calor

— Calor Alana si estamos a varios grados bajo cero

— Marcia tengo calor... punto y bueno que quieres

— Alana....

— ¿que?

— (suspiro), solo lo diré una vez, Alex es muy guapo lo se, pero es un mujeriego y no dudaría en que a apostado en que se ligaría a la profesora nueva... así que...

— Así que nada, Marcia el es menor que yo 6 años, tan vil me crees que engatusaría a un niño

— No me preocupa el, me preocupas tu, hermana eres muy enamoradiza y el tiene mucha experiencia en mujeres a pesar de su corta edad..

— Basta Marcia, por favor

— Bueno yo solo te lo advierto no quiero que te lastimen de nuevo te amo mucho y no soportaría verte destrozada otra vez

 — Esta bien y yo también te amo hermanita.

Bueno los días como profesora de este colegio no han sido tan malos claro si quitamos las miradas de odio que las chicas me hace cuando Alexander se queda después de clases, dándole la asesoría, me alegra que este mejorando, me pregunto que habrá provocado la baja tan descomunal de su nota en matemáticas, porque en las demás materias iba bien, quizás fue el cambio de didáctica de enseñanza.

Es viernes y mi hermana y mi cuñado harán un viaje de fin de semana, me invitaron pero la verdad no me siento muy bien, no termino a acostumbrarme a este clima tan extraño esta lloviendo a cantaros, es como si el cielo se haya roto, me sorprendí porque hoy Alexander no llego al colegio, uno de sus amigos me dijo que había tenido un percance y no podría asistir a la asesoría, me pregunto que percance, estará bien, estará enfermo, bueno eso a mi no me incumbe.

Aunque estos días he sentido una conexión con el como nunca antes lo había sentido, se que esta mal el solo debe estar jugando con migo parezco una adolescente pero cuando el me mira, esos ojos chocolate que me ven como si pudiera leer mi mente hace que sienta contracciones en el vientre, mierda me gusta mi alumno, estoy jodida. la lluvia no para, Jean me presto un carro y si voy a casa de Alexander a dejarle la tarea bueno con la escusa de que quería saber si estaba bien.

Voy camino a su casa, se que es una mala idea pero igual lo hago, sabia que los padres de Alexander tenían dinero pero vaya su casa es super lujosa, rayos la entrada esta lejos y no deja de llover, no puedo quedarme aquí a esperar que la lluvia se vaya y no traigo paraguas, se que lo lamentare pero ni modo ya estoy aquí así que me animo a salir , excelente en medio metro ya me moje hasta el trasero, metí la tarea en una bolsa así no se moja, que frió!!!, toco el timbre de la puerta... nada, de nuevo toco... así pasan cinco minutos, me resigno no esta me doy la vuelta y entonces la puerta se abre...

— ¿Alana?...¿que haces aquí?

— Bueno yo... yo supe que no podrías llegar a la asesoría y pues pensé en traerte la tarea así no te atrasas

— Ho!! bueno no debiste molestarte, gracias

— Esta tan guapo y solo lleva puesto un pantalón con el botón suelto y el pelo húmedo, que cuerpo, pero entonces la realidad cae en mi como patada en el hígado

— ¿Quien es mi amor?

Me quedo petrificada y él se tensa al escuchar esa voz, unos brazos lo rodean y es Tina, claro su novia, no fue a estudiar porque se quedo follando con su novia y yo de estúpida preocupándome por el, siento un nudo en la garganta, soy una idiota, bueno por lo menos así me doy cuenta que solo es un juego de ver si la profesora cae y vaya que caí como mosca, me esfuerzo por sonreír y aunque mi vos sale con dolor igual lo digo

— Hola Tina, solo vine a dejarle la tare a tu novio pero no los molesto mas sigan en lo que estaban

No doy oportunidad de que hablen, me doy la vuelta y salgo corriendo, unas lagrimas traidoras salen de mis ojos, no se por que lloro si no había pasado nada, el no me ha dicho nada, no hay nada entre nosotros, aunque yo.. yo si me hice cuentos en la cabeza, no aprendo, no aprendo de mis errores, a subir a mi auto voy cuando siento unas manos jalarme y darme la vuelta

— Alana no es lo que parece

— No tienes que explicar nada Alexander solo soy tu profesora, ve con tu novia y continua lo que hacías, no quise molestar

Alexander apretó mas su agarre y me acerco a el, es mas alto que yo pero también mas joven, aparto mi mirada de la de el, pero el levanta mi rostro tomándome por la barbilla, — Alana en serio no es lo que parece, puedo explicarlo

— Me tengo que ir Alexander

— Alana ¿estas llorando?

— No, déjame ir por favor

Sin que el reaccionara me solté y me subí al auto, salí de esa casa derrapando, era la idiota del año, no parezco una mujer de 25 años, maldición, lloro, lloro como una niña a quien le han mentido o a descubierto que santa no existe, que patética soy, me enamore de mi alumno, que bueno que no esta ni mi hermana ni mi cuñado, no soportaría sus sermones ni sus te lo dije.

Llego a la casa y sigue lloviendo bajo de auto sin importarme que me caiga mas agua, igual estoy empapada, todo comienza a darme vueltas y de pronto todo se pone oscuro...


La Matemática del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora