Capítulo 1.

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Un punzante dolor de cabeza hizo que mis recuerdos, ahora convertidos en un sueño, desaparecieran. Notaba mis parpados muy pesados y el cuerpo rígido como si llevara tiempo sin moverme. Dificultosamente me moví en la cama y fue entonces cuando noté que aquella no era mi cama y que la habitación donde me encontraba no tenía el ya tan familiar olor de casa. Olía a productos de limpieza. Perezosamente abrí mis ojos pero no veía nada. Todo estaba borroso y solo veía siluetas que no pude identificar. Pestañeé varias veces hasta que pude ver nítidamente. Me asusté al notar un peso en un extremo de la cama. Inmediatamente vi a una persona sentada en una silla, reclinada sobre la cama y con su cabeza apoyada en ella. La mujer se encontraba de espaldas. Parecía dormida. Eché un vistazo alrededor. Todo era blanco lo que me confirmó junto con el olor que me encontraba en una habitación de hospital. ¿Cómo había llegado yo allí? Al mover el brazo para frotarme los ojos noté un leve dolor y una punzada. Tenía el brazo lleno de arañazos y un par de vías iban de mi muñeca a lo que deduje que era una bolsa de suero y otra de calmantes. Intenté recordar qué había pasado pero al concentrarme mi cabeza volvió a dolerme demasiado. Tan solo tenía fragmentos del sueño del cual acababa de despertar. El ruido de una puerta abriéndose me sacó de mis pensamientos. Una figura alta y musculosa salía de lo que parecía ser el baño ¿Matty? Cuando se acercó vi el rostro que me resultaba tan familiar con una enorme sonrisa dibujada y sus ojos azules brillando. ¡Jake! ¿Qué hacía él aquí? Él debería de estar en Manchester estudiando. Intenté moverme pero todo a mi alrededor empezó a darme vuelt

-Enana, sé que no te gusta estar quieta pero será mejor que no te muevas.- los brazos de Jake me rodearon dándome un cálido abrazo. Luego me besó la cabeza.

-¿Qué haces aquí?- Mi voz era apenas audible. Me sentía realmente débil.

-A alguien le dio por pegarnos un buen susto- dijo con una mueca. Le miré sin comprender y en ese momento la persona que estaba dormida a mis pies se despertó.

-¿Jake, con quién hablas?- la voz de mi madre sonaba cansada. Tenía la vista fija en mi hermano y cuando vio la sonrisa que este llevaba desplazó su mirada hacia mí.

-¡Buenos días belladurmiente!- dijo mi madre mientras me apretaba entre sus brazos. Sonreí aunque estaba confundida ¿Cuánto tiempo llevaba dormida? Jake entró en la habitación acompañado de un médico. Me sorprendió ya que no me había percatado de la breve ausencia de Jake. Mi madre me soltó y me dio un rápido beso en la frente. Luego ambos salieron dejándome a solas con el doctor.

-Hola, soy Joseph, tú médico.- asentí levemente con la cabeza.- voy a examinarte para asegurarme de que todo está bien- asentí otra vez.

Después de examinarme detenidamente, Joseph dio el visto bueno a mi madre y luego dijo que en un par de días podría volver a casa. Una enfermera entró velozmente y me retiró el suero anunciando que hoy ya podría comer por mí misma. Jake se sentó en la cama mientras mi madre iba a desayunar.

- ¿Cómo te encuentras?- preguntó algo preocupado. 

-Bien, aunque me duele todo- hice una mueca al intentarme acomodar en la cama.

-Normal, te diste una buena- lo interrumpí.

-¿Qué me ha pasado?- pregunté intrigada.

-¿No te acuerdas?- negué a modo de respuesta- Bueno, Joseph dijo que era normal que no te acordaras. Te diste un buen golpe en la cabeza. Suponemos que saliste a correr ya que no se nos ocurre ningún otro motivo para que estuvieras en el bosque. Caíste por un barranco golpeándote la cabeza y causándote todos los moratones y arañazos que tienes- hizo una pausa y me miró con su mirada sobreprotectora de hermano mayor- Te prohíbo que me vuelvas a dar un susto como este-

Un nuevo comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora