CAMBIOS Y //

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Por toda la mañana y parte de la tarde Park Jimin tuvo clase tras clase. En el almuerzo trató de evitar al mayor; la razón es que se sentía algo "arrepentido" por hacer lo que el anterior mencionado dijo que no debería realizar. Pero ya no puede volver hacia atrás, así que tuvo que tragarse su arrepentimiento y hablar con su mejor amigo.

—Jimin, ¿Me estabas evitando? —preguntó Yoongi al encontrar al menor en un rincón de su universidad diez minutos antes de que el receso acabara. 

—No... Sólo... Me siento algo mal.

— ¿Y crees que te sentirás mejor escondido en ese lugar cerrado? Se supone que el aire hace bien. Ven, vamos al patio. —soltó y lo tomó de la muñeca. El menor ahogó un grito por el dolor. Le había tomado donde se había cortado la noche anterior. 

— ¿Estás bien? —cuestionó Yoongi al ver al menor. 

—Lo estoy. Mi cabeza giró un poco y... Temí caer; por eso grité—se justificó a la vez que agradecía llevar una camisa negra ese día. Estaba seguro de que sangre volvía a salir de su antebrazo. 

—Oh, yo te llevaré entonces. —hizo que Jimin coloque el brazo derecho sobre su hombro y él tomó su cintura. Giró su cabeza para preguntarle cómo se encontraba luego de salir de ese rincón a la vez que el menor la giraba para agradecerle. Sus caras quedaron tan cerca que podían sentir el aliento y la respiración del otro. Se quedaron en esa posición mientras realizaban las preguntas que tenían planeado hacer y se separaron cuando la campana sonó. Con las mejillas sonrojadas Jimin se despidió y corrió hacia su última clase.

 Cuando esta terminó y sin ganas de moverse, Jimin se dirigió a su "hogar". Decidió que antes de hablar con su administrador tomaría una siesta. Según había investigado el "reto" número dos es levantarse a las cuatro y veinte a.m y ver los vídeos de terror y psicodélicos que el administrador le envíe. Sinceramente era demasiado aburrido para él, ya que, había visto todas las películas posibles con el mayor, quién le había obligado a verlas. 

[...]

Durmió una siesta de cuatro horas y aún se sentía con sueño. Su alarma sonó a las doce de la noche. 

Cuando despertó, lavó su cara, dientes y prendió su computador ingresando a la dichosa página. Al entrar, esta le avisa al administrador que estás conectado. Unos minutos después un "Hola" se observó en su pantalla. 

"Hola" —devolvió el saludo. 

"Es tu segundo día ya. ¿Estás listo?"—preguntó. 

"Si preguntas si estoy listo para aburrirme, la respuesta es sí"—contestó. 

"¿Por qué lo dices? 

"Porque hoy debo mirar vídeos de terror."

"Oh, conmigo no harás eso."—leyó extrañado. 

"¿No lo haré?"

"No. Déjame explicarte. Aquí cada administrador hace los retos que quiera entre los 50. Puedes hacer menos, pero nunca más; y no puedes reemplazar, simplemente suprimirlos o inventarlos cuando el reto lo diga. ¿Entiendes?"—explicó.  

"Entiendo... ¿Y cuántos retos hace usted?"—preguntó algo feliz al saber que no debía despertarse a las cuatro y veinte.  

"Cuarenta. ¿Eres curioso, no es así?"

"Algo..."—soltó una risa al ser descubierto. 

"Lo que debes hacer ahora es algo fuerte igualmente, y lo siento, pero deberás cortarte otra vez. Aún cuando seguramente tu herida no se haya curado."—informó. 

"Diablos."

"¿Quieres que luego que lo hagas te cuente la historia de por qué elegí cuarenta retos?"

"Está bien..."

"Eso te entretiene, ¿No es así? Bien. Debes realizar tres cortes en ambos antebrazos con una hoja de afeitar a lo largo de las venas. No debe ser muy profundo o no podrías llegar al número cuarenta. Y luego enviarme una foto; si es que puedes."

"Lo haré... Espera."—escribió, le dio enviar y se dirigió hacia el baño. Tomó la cuchilla y repitió la acción del día anterior. Volvió a sentirse mareado. Con esfuerzo tomó la foto y se la envió a su curador recibiendo sus felicitaciones al ser visada.

"Te contaré... El número cuarenta simboliza el cambio de un periodo a otro. Siento que mi cambio es ahora... Y... Tal vez no tenga nunca más un cambio de la magnitud que estoy experimentando ahora. También significa algo más, pero es un secreto, Jimin."

"Increíble."

"Te contaré el resto algún día... Cuando estés por llegar al final, ¿Está bien?"

"Bien."—respondió sintiendo demasiada curiosidad. Todos tenían historias tan profundas en comparación a él... ¿O no? 





Ballena Azul | YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora