𝓟𝓸𝓼𝓼𝓮𝓼𝓼𝓲𝓿𝓮 [𝓢𝓲𝓷 𝓒𝓸𝓻𝓻𝓮𝓬𝓬𝓲𝓸𝓷𝓮𝓼]

Capítulo 2

IG: @13DepuisLeDebut13

DOS

SETH

-Nos vemos luego.-Plantó un rápido beso en mis labios. Hice una mueca de disgusto.

-Adiós, Kate.-Mi voz sonando demasiado seca. Como era lógico no volvería a follármela. Esta vez lo decía en serio.

Kate, otra puta más que me tiraba.

Me dirigí a la cafetería. Hoy no había asistido a ninguna de mis clases y por ende Kate tampoco.

Cuando llegué a nuestra mesa de siempre me fijé en una pequeña chica sentada en medio de los gemelos. Los tres hablaban muy cómodamente y reían. De hecho la chica reía con todos los chicos que estaban en la mesa.

-¡Eh! Seth, hoy no has venido a ninguna clase.-Dijo Tyler mirándome seriamente.

De los tres, Tyler era el responsable. Era el que se encargaba de despertarnos por las mañanas, el que no nos dejaba beber hasta perder la conciencia y esas cosas que hacen las madres.

-Lo sé. Kate fue esta mañana muy temprano a casa y no pude resistirme a sus manos en mi bragueta.-Hablé con simpleza.-La muy zorra no me dejó ni abrir los ojos.-Reímos.

La chica hizo una mueca de disgusto cuando dije que Kate era una zorra, pero es que es la puta verdad.

-¿Y tú quién eres, pequeña?-Sonreí con mi sonrisa más seductora.

Los gemelos soltaron una carcajada. Fruncí el ceño, no sabía a que le veían la gracia.

-Ni lo intentes, Walls. Ella es Alice, nuestra hermana.

-¿Vuestra hermana? ¿No me dijísteis que estaba en Alemania en un internado de..

-Así es, estaba, pero ya no.-Me interrumpió hablando por primera vez. Una voz baja y dulce.

No volví ha hablar en toda la comida. Simplemente me quedé mirándola todo el tiempo. El movimiento de sus manos cuando explicaba cosas, sus labios cuando hablaba, cuando se los humedecía. Sus ojos verdes. Su pelo oscuro y largo. Su flequillo y esos brackets que la hacían verse como una niña pequeña. Haciéndola verse malditamente inocente. Su voz suave, dulce que la hacían verse débil. Como a mi me gustaba.

-Walls, estás muy callado.-Habló Dylan haciendo que dejara de mirar a su inocente hermana.

-Lo sé, estaba pensando.

-¿En qué?-Esta vez fue Tyler el que habló.

A pesar de que éramos muchos en la mesa con los únicos que me relacionaba del todo era con los gemelos. Mis mejores amigos desde la secundaria.

-En quien me follaré el fin de semana.-Los gemelos rieron. Yo simplemente le dediqué una sonrisa maliciosa a Alice la cual me miró con los ojos muy abiertos.

-Ummh.. Tengo... Tengo q-que irme.-Yo reí al ver lo nerviosa que estaba.

-¿Qué ocurre?

-N-Nada, Ty. Está todo bien.-Sonrió forzadamente.-Adiós chicos, os veo luego./Besó a los gemelos en la mejilla y salió casi corriendo de la cafetería.

-Yo también me voy.-Cogí mi mochila colgándomela en el hombro.

Vi a Alice caminar por el pasillo tranquilamente. Éste estaba totalmente desierto. Sonreí, esta era mi oportunidad.

Me acerqué a ella sin hacer ruido, tapé su boca con brusquedad. Ella dio un respingo e intento soltarse.

-Tranquila, Pequeña.-Susurré en su oído. Acto seguido mordí el lóbulo de su oreja.

La llevé aun con la boca tapada a un salón vacío.

-¿Q-Qué estás haciendo?-Tartamudeó. Sonreí con malicia, nuevamente, haciéndola estremecerse.

-Aun no he hecho nada.-Me miró directo a los ojos. Negué con la cabeza.-No me mires a los ojos si no te lo he ordenado.-Dije haciendo que mi voz sonara más grave, firme, dura y autoritaria. Esto sería divertido.

Bajó la mirada inmediatamente. Definitivamente Alice es una muy buena sumisa. Una enorme sonrisa se dibujó en mi rostro.

Me acerqué en un movimiento rápido a ella. Agarré su cabello y tiré de él haciendo a su cabeza inclinarse hacia atrás. Una mueca de dolor y confusión estaba plasmada en su cara.

Me incliné y besé su cuello con rudeza, lo chupé y mordí dejando una marca en éste. Repetí la acción al otro lado.

-P-Para.

Solté su cabello alejándome unos centímetros de ella. Se llevó los dedos al cuello donde yo había dejado mi marca. Su boca se contrajo en un gesto de dolor cuando tocó mi marca.

-Ahora, pequeña Alice, eres mía. Si dejas que algún estúpido se te acerque te castigaré pequeña. Y no será agradable.

Tragó sonoramente. Su mirada claramente asustada.

La agarré del brazo atrayéndola hacia mí. La besé bruscamente, pegándola con fuerza a la pared a lo que ella soltó un gemido debido al golpe contra ésta. Agarré con fuerza su trasero haciéndola gemir nuevamente de dolor.

Sin duda escuchar sus gemidos de dolor me encantaba.

A partir de este momento los escucharía muy seguido.