Viva la juventud

2.8K 117 30
                                    

Otro Pharmercy pero este contiene otra pareja (un tanto leve) que me habéis ido nombrando.

Si queréis alguna en especial no dudéis en pedir y si os gusta el capitulo también lo podéis decir que eso me anima bastante a seguir.

Espero que os guste.

¡Un beso y que vaya bien la lectura!

********

Habían sido unos días duros de distancia entre ellas...

Pero un dulce día estaba empezando, el sol dejada que su luz entrará por la ventana pero una cortina hacía que esa luz frenase un poco su potencia abrumadora.

Para cierta persona molestaban demasiado ya que le daba en la cara y eso le despertaba un poco, pero la solución a ese problema la estaba abrazando.

Ángela o tan conocida como Mercy se acurrucaba en esos brazos egipcios y bien fornidos que le protegían, ocultándose de ese molesto sol.

Respiró profundo recordando que su aroma a incienso, hacía que cada día se volviera más adictivo, besó con dulzura esa clavícula sin poder evitarlo, esa piel morena era totalmente suave y deliciosa, brillando a contraluz. Escuchó esos latidos que tanto la tranquilizaban mientras sentía como sus piernas estaban entrelazadas. Era inevitable relajarse y sentir como cierta respiración parecía incluso melódico. Amaba ver a su Fareeah durmiendo tan mansa, esa expresión de satisfecha y con esa sonrisa en los labios... esos labios rosados que no podía negar que le volvía loca besar.

Aunque sin duda se sentía vieja tras ver a esa fina criatura durmiendo con ella, con ese cuerpo incitante y perfecto, que parecía hecho a mano por los dioses. Un cuerpo ejercitado y musculoso pero aun así terriblemente femenino. Adoraba que su mente le pidiera a gritos tocar esa piel cosa que no dudaba en hacer cuando ese pensamiento la golpeaba, paseando su por ese cuello y bajando por sus brazos protectores.

-Me gusta. -Esa voz con acento melodioso interrumpió las caricias. -Ángela estás provocándome con tu dulzura. -Aprisionó más entre sus brazos a su doctora preferida, mientras sus ojos se mantenían cerrados.

-Pues haz justicia. -Susurró contra la piel morena incitando a Fareeah.

-La justicia se hará ahora. -Sin duda el cuerpo de Ángela le estaba pidiendo que fuera tocada por ella y paseo sus manos por esa cintura, ese cuerpo de tez blanca que parecía hecho de perfecto para ser rodeado por sus brazos. -Me encantas. -Le susurró tras besar esos labios dulces que no podía dejar pasar por alto mientras la Egipcia se iba colocando encima.

Con tranquilidad, despacio, sintiendo cada movimiento.

Un beso que fue pasando de dulce a lujurioso, donde incitó a las manos a recorrer los cuerpo que ya estaban desnudos tras lo que pasó, dejando a la noche de testigo de lo que pasó tras la llegada de la Egipcia a altas horas de la noche y ahora a la mañana haciendo un nuevo recuerdo de su amor.

-Ángela te amo. -Le recordó tras seguir su camino en descenso de ese cuerpo que enseguida reaccionaba a sus caricias.

Estremeciendo aquel cuerpo de tez blanquecina, produciendo que se dejará llevar y que apareciera la piel de gallina producida por el placer que le estaba provocando.

La Egipcia fue bajando besando y mordiendo ese abdomen liso que se estremecía tras sus marcas. Sin duda escuchar ya los gemidos, jadeos y susurros de su amada la incitaba a querer hacerla sentir mejor cuanto antes.

Los gemidos y jadeos empezaban a inundar la habitación llenando el ambiente, solo se escuchaba a las dos mujeres que cada vez eran más traviesas con sus caricias y besos.

En mi menteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora