My Neighbor

3. Gatito descuidado

El amar, conforma una de las facultades más hermosas y atesoradas que el ser humano tanto se ha empeñado en buscar. Un sentimiento supremo e irremplazable, con un júbilo inmenso ante la mínima posibilidad de encontrarlo.

"El yo que se refleja en otro ser diferente".

Suele describirse como algo nacido del más puro deseo sexual, discerniendo del impulso que busca ir más allá para poder conectar de manera incluso espiritual con la persona de la que más se ansia tomar su corazón.

No obstante, amar no solo puede implicar la buena afinidad que se presta a tener con otra persona; implica el tener respeto, conexión, libertad. Felicidad, simplemente, tu lugar seguro.

Además, el amor no solo está escrito para satisfacer los deseos de las psiques en encontrar a su destinado. Mas bien, el sentimiento no tiene una regla.

Puedes amar tanto a una persona sin la necesidad de buscar formar un lazo romántico, aparearte o una sagrada unión de almas por toda la eternidad.

Nishinoya Yū amaba a Tanaka Ryūnosuke; Tanaka Ryūnosuke amaba infinitamente a Nishinoya Yū.

Pero su amor, iba más allá del deseo carnal o la esperanza de ser una pareja. Eso no les interesaba en lo absoluto. Se amaban, se admiraban y se protegían entre ellos.

Simplemente dos almas que fueron destinadas a estar juntas, pero no como amantes.

Y estaba bien, ellos estaban bien de esa manera.

Nunca se cuestionaron los hechos ante las tantas veces que los habían emparejado solo por pertenecer a castas que son clasificadas específicamente para aparearse entre sí; tampoco las innumerables veces en que externos había intentado unirlos solo por la buena química que tenían y lo tanto que profesaban quererse.

Las personas no comprendían su sentimiento de querer, de amar; ellos no se tomarían el tiempo de explicarlo.

Ambos se conocieron cuando tenían solamente doce años, estaban cursando la escuela elemental en aquel entonces. Tanaka solía ser un chico que siempre estaba metido en peleas, pero no porque así lo deseara. Los otros niños solían molestarlo en exceso, solo por el simple hecho de ser un "Alfa defectuoso" y porque su hermana mayor siempre lo protegía.

Aquellos lo provocaban e insultaban, pero cuando intentaban llegar a la agresión física, el joven Alfa se las amañaba para defenderse.

Sin embargo, una ocasión estuvo a punto de salirse de control. Seis niños lo rodearon en un parque al finalizar las clases. Aquel día Saeko no paso a recogerle, por lo que estaba en completa desventaja.

Pero no se acobardo en ningún momento.

Solo suspiro con molestia, lanzo su mochila para evitar romperla y se levantó las mangas del uniforme, poniéndose completamente en guardia y con la idea de que llegaría a casa con muchos golpes y, seguramente, hematomas.

Pero jamás mostrando un carácter pusilánime, Saeko siempre le había enseñado a defenderse, y así lo haría.

Como lo esperaba, golpeo a tres de ellos, pero la desventaja numérica terminó cobrando un brazo adolorido, un ojo morado y sangre de su nariz. Pero se negaba a rendirse, y con la cara en alto y su orgullo de Alfa, se levantó del suelo volviendo a ponerse en guardia.

Y justo antes de recibir un próximo golpe, un pequeño cuerpo, que vestía su mismo uniformé, se abalanzo sobre uno de sus contrincantes, moliéndolo en el suelo con una velocidad abrumadora al momento de pasar con otro de ellos.